sábado, 21 de junio de 2014

SAN ANTONIO DE ABURRA Hugo Bustillo Naranjo


NOTAS DEL BELÉN ANTIGUO


Don Fernando de Toro y Zapata, Encomendero y quien ejerció, en la Provincia de Antioquia, como Alcalde Ordinario, Contador Real, Tesorero de la Real Hacienda, Alguacil Mayor, Teniente de Gobernador, Capitán de Infantería y Sargento Mayor de la Conquista de Tarama; se hace cargo de las encomiendas de Alonso de Rodas, cuando este hace dejación de ellas en manos del gobernador don Manuel Velásquez de Atienza.  Los títulos de confirmación sobre las mismas, le son reconocidos en la Ciudad Madre, en abril 3 de 1636.

Ni Musa sin jarra ni Enamorado sin guitarra

Don Fernando quien nació en Nuestra Señora de los Remedios en 1595, ocupa entonces la estancia, su hacienda de campo y ganadería, del Valle de Aburrá, perteneciente al mencionado legado, sobre la otra banda (occidental) del río de los Aburráes y que pasaría a llamarse el Sitio del Guayabal (Aburrá de los Yamesíes) por la cantidad de arbustos que con guayabas de todos los tamaños, colores, olores y sabores, existían en esta sabana y ancón; de las tribus antes descritas.

De su unión con la noble dama, descendiente de españoles, doña María García de Ordaz y Figueroa nace su única y legítima hija, Ana María, que  heredaría no una sino tres encomiendas (además las de Melchor Márquez y Bartolomé de la Rúa) cuando fallece el ilustre Oficial Toro y Zapata, a mediados de 1653.

Don Fernando de Toro también tuvo como hijo natural, y después reconocido, al clérigo don Jacinto de Toro.

Doña Ana María Toro-Zapata y Ordaz-Figueroa asume el control de las posesiones de la mano de su hijo-dalgo esposo, el español natural de Albacete, don Antonio Zapata Gómez de Múnera.  Ellos, en la ciudad de Antioquia, habían recibido la bendición nupcial en los primeros años de la década de 1640.  Don Antonio, probando su  linaje, nobleza y su carrera militar en la Armada Española, ocuparía los cargos de Capitán de Infantería, Capitán de Caballos Corazas, Alcalde Ordinario, Alguacil Mayor, Regidor y Maese de Campo General de la Gobernación de Antioquia.

El Patrón del Amor

El desarrollo del sector que se conoció también como Otrabanda (por tratarse del otro territorio que dividía el río Aburrá) se le adeuda a estos emprendedores esposos.  El ibérico, un enamorado de la  minería, pues como buen español seguiría a pié de letra el consejo del Almirante Cristóbal Colón, quien afirmaba que el oro era un metal tan precioso que  “hasta almas llevaba al cielo”; descubrió en compañía de su suegro, en los valles de San Nicolás, los Osos, Ovejas y en los distritos de Piedras Blancas, Tierradentro y Guarne, sendas minas que explotó hasta su muerte y que dejó de herencia a sus quince descendientes. 

En junio 13 de 1647, en honor a San Antonio de Padua, inauguran la primera capilla del hoy Belén, la cual es llamada, igual que al territorio de la encomienda, San Antonio de Aburrá.  

En este nuevo templo, a partir del siguiente año, bautizan su numerosa descendencia los esposos Zapata-Toro, empezando con su primogénita. Su tío-abuelo, el cura doctrinero y propietario de la iglesia de Ciudad de Antioquia, vicario y juez eclesiástico y de diezmos, Comisario y Calificador de la Suprema y General Inquisición, doctor Lorenzo Cortés de Ordaz y Figueroa la nombra como Marina Gertrudis. En sus dos hijas siguientes, la Matrona, dividiría su nombre y las hace llamar Ana y María. El décimo integrante de la familia recibe el bautizo como Antonio, perpetuando el nombre del padre.  Otros (as) fueron llamados como sus abuelos (as) paternos y maternos.

En la misma iglesia es llorado, rezado y cantado; don Antonio cuando fallece, en noviembre 29 de 1672.     

Quien de poder se alimenta hambriento despierta

Doña Ana María, al empezar su viudez, se transforma en el poder y el terror de aquella enorme extensión. Nacía en el límite con la quebrada doña María en Itagüi, abrazando todos los cerros, lomas y montañas, que se vislumbraban hacia el occidente. Rumbo al norte, hasta los terrenos cuarteados de la quebrada la Madera, besando los matorrales, terraplenes y helechales de Hatoviejo, para terminar mirando al oriente en la caricia compartida entre sus dos afluentes, a norte y sur, con el río de los  Aburrás.

Su tenebroso matriarcado lo ejerció a punta de látigo, torturas, sentencias de muerte y ejecuciones, dando con ellas principio a la pena capital, en su latifundio, que impartía su esclavo, el mulato Luis Romero, verdugo oficial, en Patuca  En 1905, en el antiguo centro de solemnidades de los Yamesíes, Eleuterio Ospina fue ejecutado en el cadalso.  Al final de esta década se pondría fin a la pena de muerte en Colombia.

Desde mediados del siglo XVII y hasta el principio del siglo XVIII, doña Ana María fue la máxima autoridad, dueña, ama y señora; de aquel latifundio en patronazgo al Santo Milagroso de Padua y cuya influencia se extendía al más alto nivel económico, político, religioso, educativo y judicial; respaldada por los cargos regentados por sus hijos, yernos y demás familiares como veremos.

Juan Zapata y Gómez de Múnera, alcalde, regidor y alguacil mayor del Santo Oficio. Alcalde Ordinario de la Villa de Medellín varios períodos.  

Don Fernando: Sacerdote jesuita del Colegio Mayor y Seminario de San Bartolomé. Rector en Cartagena y  Procurador. Profeso de cuarto voto.  

Don Antonio: Fue comisario de la Santa Cruzada en la ciudad de Ibagué, que pertenecía al arzobispado de Santafé. Comisario del Santo Oficio de la Inquisición en la Villa de Medellín.  

Don Pedro: Comisario de la Sagrada Cruzada de las villas de Medellín y Marinilla. Calificador del Santo Oficio de la Inquisición.  Examinador Sinodal del Obispado.  Visitador Eclesiástico de las ciudades de Arma, Anserma, Antioquia y sus provincias. Cura Interior de los Osos.  

Doña Gregoria: religiosa adscrita al Convento de las Carmelitas en Cartagena de Indias.

Pedro de la Serna Palacio, yerno: Capitán, egresado del Colegio Mayor y del Seminario de San Bartolomé, casado con doña Marina Gertrudis. Encomendero de los indios de Sopetrán.  

Juan de Londoño y Trasmiera, yerno: Teniente de Gobernador, después General, español nacido en la villa de Requena, casado con doña Bárbara.  Fue el padre de doña Javiera Londoño y Zapata, ilustre dama precursora de la abolición de la esclavitud en Colombia.  

Antonio de Atehortúa y Ossa, yerno: Alcalde Ordinario, Contador de la Real Hacienda, vascongado de noble estirpe, a él se le debe este apellido en la provincia de Antioquia.

Doña Ana María llegó a poseer la más grande cantidad de esclavos, indígenas, mulatos, mestizos y hasta blancos empobrecidos, bajo sus dominios, en virtud de su encomienda la más vasta y poderosa en la historia del Valle de Aburrá.  Esta unida a las dos anteriores, tenía a su cargo los indios llamados Peques, Béjicos, Guaracúes, Aburrás o Aburráes, Yamesíes, Nutabaes o Nutabes, Ciritabaes, Omagaes, Niquíes, Brutos de la Loma de la Fragua y agregados al pueblo de San Antonio de Buriticá y los de la Sabanalarga.

Amarrados de la Libertad

Los negros bozales, o sea los nacidos y capturados en África, (Sudán, Congo y Angola) eran sus más preciados trofeos traídos desde Cartagena de Indias. Se consideraban piezas exclusivas de minería llevadas de un lado para otro según las necesidades. Ana María, era la principal abanderada en ese proceso de transculturación, donde se les obligaba a aprender la lengua castellana, a perder la maternal y a adoptar el cristianismo.  Por esto también sintió en carne propia las revueltas y fugas cimarronas que darían origen a sus palenques, o fortalezas militares, en el Valle de Aburrá.  

El primero o primera de esas fortificaciones se levantó en el inmemorial bosque y humedal del Ñeque, en la colina que cobija al Rincón de Belén o Belén Rincón (hoy, sobre su antiguo lomo, es una travesía que conduce al Cerro de Las Tres Cruces) donde fieramente opusieron resistencia a la aniquilación física y social los ex-esclavizados, además de retomar sus elementos culturales. Homólogo se localizó en la Floresta en la altura del sector del Coco. En Robledo despuntó alguno equivalente. Todavía los buses de este barrio exhiben el distintivo de Palenque-Robledal, ojalá, en su recuerdo. Cerca de la quebrada Santa Helena, en la vereda Media Luna, florecería otro semejante…

 Endemia y epidemias

Debido a las enfermedades que siempre rondaron entre sus subordinados, como la fiebre tifoidea, la disentería, la enteritis, la diarrea, el beriberi, el tétanos infantil o varillas, el paludismo y la incurable viruela (para esa época), doña Ana María sintió la obligación de hacer construir un panteón especial para enterrar a sus oprimidos, menguados por estas, y contrarrestar en parte las epidemias; sepultándolos en un sitio totalmente apartado de su capilla principal.

En el tiempo de la Colonia, los muertos eran enterrados en las iglesias o en recintos contiguos a ellas. Era una costumbre tomada del cristianismo medieval, donde se creía que la proximidad al sitio sagrado, garantizaba  al difunto la salvación de su alma. Las familias más adineradas pagaban a perpetuidad su cercanía al altar, donde tendrían el derecho de asiento, sepultura y rezos; y con toda seguridad su camino al cielo.

Sólo a finales del siglo XVIII, las reformas borbónicas trajeron al Nuevo Reino de Granada nuevas ideas que propugnaban por la salud pública. En los templos, la proximidad entre los vivos y los muertos era contagiosa y contaminante. Los olores fétidos que exhalaban los cadáveres a causa de su inhumación, eran fuente de numerosas enfermedades. El rey Carlos IV, en la Cédula Real de 1804, insistió en la erección de camposantos fuera de los poblados y adjuntó los planos para sus construcciones.

Ana María Toro y Zapata-Ordaz y Figueroa, se adelantó al futuro (gracias a sus cautivos) y levantó sobre el costado derecho, en el rectángulo que hoy forman la quebrada Altavista con la carrera Bolívar o 76, hasta la calle 26 y por ésta hasta la carrera 77 hasta empalmar nuevamente con el riachuelo, el cementerio que después se le conocería como de San Luis Gonzaga. Hablamos del primer  camposanto que tiene vida propia y separada de los comunes en las iglesias, en el Valle de Aburrá. Este tiene duración hasta el final del siglo XVIII.

La Patrona fallece en su hacienda (Belén la Palma) el 12 de noviembre de 1702.  Pasado algún tiempo sus descendientes emprenden las reformas que cambiarían la vida cotidiana que se respiraba en San Antonio de Aburrá…


Hugo Bustillo Naranjo.
Montreal, Canadá.
Marzo de 2005.










lunes, 16 de junio de 2014

BELEN: ANOTACIONES VARIAS de Hugo Bustillo Naranjo

El historiador Hugo Bustillo Naranjo, actualmente residenciado en Canadá,  tiene una miscelánea de anotaciones varias en torno a Belén. Veamos algunas:                                                         

BELEN PATUCA  


Como Patuca designaban los indios Yamesíes su lugar de ceremonias, encuentros y sitio de sus más importantes reuniones tribales. Sólo existe un edificio sobre la calle Céspedes (30 A) con la carrera 73, que rememora este antiguo y sonoro nombre del sector principal, conocido ahora como Belén Parque. El perímetro donde se encontraba enmarcado, figuraba entre las quebradas Altavista y la Picacha en su canal natural, y desde la carrera 78 o Colón, hasta la carrera 72 o el Zanjón de los Búcaros. A quienes habitaban entre éstos límites los apodaban “patucos”. El Instituto del Seguro Social, hasta los años noventas, en las tarjetas de atención a sus afiliados, reportaba y respetaba el nombre de Patuca como su sede de Belén.  

Juan María Céspedes, uno de sus párrocos más queridos y admirados, quedó honrado en la nomenclatura del barrio. Para no ir muy lejos, enfrente del primer inmueble, arriba mencionado, se ubicaba antiguamente la Fábrica de Cigarrillos de Ricardo Escobar.  Producía los afamados, baratos y alquitranados; cigarrillos Cruz y Ginebra. También el Cientocho y Cientocatorce, donde  esa era la cantidad en cada taco o paquete. Igualmente clasificaban los tabacos, con o sin anillo de papel, pues en éste llevaba registrada la marca.  Además elaboraban las baratas y ordinarias Calillas, que por gruesa salían más económicas. Era la  placentera competencia de Coltabaco.

Barro, Cadalso y Plomo

La vida de Patuca era la plaza y su entorno, con casas de estilo colonial, altos muros de tapia arcillosa, otras de bahareque con caña entretejida, de techos generosos, amplios porches, zaguanes y corredores, protectores aleros, puertas y marcos de madera tallada, grandes aldabones, ventanas arrodilladas y tejas de barro-greda elaboradas en los cercanos tejares de Quebraditas, Altavista o el Rincón; que entregaban al visitante y a los propios el más gentil panorama.

En el centro de aquella, la especie nativa Bala de Cañón o Cocuelo, que aun perdura, del cual sólo  existen tres en Medellín, acompañada de árboles de caucho, guayacanes y palmas; eran testigos mudos, imponentes e impotentes de las ejecuciones que allí se llevaban a cabo.  Igual destino sucedía dentro del mismo territorio, en el Puente de la Concordia, tristemente llamado después de Guayaquil. En 1907 recibe a Fructuoso Pareja, su último condenado y fusilado. Con su deceso se pone fin oficial a la pena de muerte en el Departamento de Antioquia   

Barajas, Tabaco y Ron

De los Alcaldes que disfrutó Otrabanda en el siglo XIX siempre se recordará con cariño a Miguel Velásquez. Y, gracias a la terquedad de Bernardino Pérez, pudieron desmembrar eclesiásticamente este territorio de la Parroquia de la Candelaria. Con sus gendarmes (que eran los mismos padres cabezas de familia de Patuca rotados cada semana entre sí) mantenían la severa vigilancia sobre los pícaros que ya todo el mundo conocía, sobre los tahúres y los vendedores clandestinos de tabaco, chicha y tapetusa. Con sus rondas de medianoche, trataban de evitar cualquier obscenidad en las parejas que se perdían entre los vados, piedras y arenales, de las quebradas y en los matorrales y las mangas, adyacentes a Patuca.

Marquitos Mesa y Ananías González; oídos sordos le prestaban a cualquier advertencia. Muy orondos esperaban los arrieros de Ebéjico, Sevilla, Armenia y Heliconia, que desfilando, entraban por Aguas Frías, Guanteros y Pantanohondo, para tratar de desplumarlos tirándole sobre sus ruanas, las muelas de Santa Apolonia. Si no, en la tahuriada de tute y fierro, a la luz de su lámpara caperuza, alimentada con petróleo, y acompañados del apetecido guarrús, en las mangas del Llano de los Pérez, hoy barrio Granada. Cuentan que alguna vez esas “alhajitas”, un Jueves Santo, mandaron envuelto en una sábana rota, y sin una marmája para su casa, a Rafaelito Cataño. Su señora, Joaquinita Quiceno, le reclamó airada y le aseguró que eso le había sucedido por jugar en Semana Santa. Rafita, muy resignado, le contestó que dejara de ser boba que los que le ganaron no estaban en la Semana de Pascua.  

El Camino de la Chúcura

A propósito de Aguas Frías, la mayoría de las señoras del barrio se dedicaban al lavado de ropas y a la elaboración de sombreros de caña. Extendidas, en las márgenes de la Picacha, asemejándose a grandes manchas de nieve, era muy común ver de lunes a viernes grandes cantidades de sábanas, fundas y sobrecamas blancas.  Las que contenían algunas manchas las dejaban durante la noche para que el sereno la despercudiera.  La de trabajo y color, a punta de garrote la organizaban en tandas separadas. Los sábados en la mañana, muy tempranito, emperifolladas, bajaban las matronas, con sus cargas de ropa almidonada y planchada (con planchas de carbón) montadas en los carros de bestia de los hermanos Torres, hasta el parque de Patuca donde las entregaban y recibían su pago; como también los nuevos atados o bultos para la siguiente semana.   

Albergues, Misceláneas y Queso de Bola

Este marco de la plaza tan lleno de nostalgias y de historias, también albergó en la calle de la Pola  (la 31) el hotel de Carmelita Escobar donde, tiempo atrás, reposaban maestros, inspectores, estanqueros, empleados ocasionales, comerciantes y viajeros. Su esposo Eduardo Maya tenía montada su peluquería, en el primer piso, que era la más barata de aquellos años.  Mientras que Avelino Gallón Saldarriaga, la competencia, cobraba 0.15 centavos por motilada, “Mayita” cobraba 0.09 centavos y encimaba un banano.

En esta misma calle estaba la joyería y a la vez prendería de Bertoldo Pérez. Muchas veces veía con alegría, regresar sus antiguos aderezos, anillos, cadenas y relojes; ya no en sus cajitas originales de terciopelo, donde los había empacado para su venta, sino envueltos en pañuelos, para ponerlos a “cantar” en esa “peña”. Las joyitas se “ahogaban” cuando por descuido, alguno perdía la boleta o no pagaba a tiempo los subidos intereses.

A sólo unos pasos se encontraba  la sastrería del violinista José Pabón. “Chepe” era sastre por herencia pero violinista por vocación. En las tardes sus notas dormitaban a Tenchita, quien vendía, después de la misa de seis de la mañana y hasta las horas de la tarde, las ricas golosinas a todos los escolares. El puesto de Hortensia Ramírez, en el atrio parroquial lo heredaría, Teresita Mesa. A ella, los muchachos, por hacerla rabiar, le gritaban “mamoncillo”. Tere, les contestaba tirándoles las piedras y palos que encontraba. Cuando a las palomas les faltaba el maíz, de su bolsillo, les costeaba el alimenticio grano.  

La zapatería que más vendía y que no daba abasto, en Patuca, era la de Miguel Escobar. Jairo, uno de sus hijos estudió música y se consagró como reconocido tenor. Dos de sus hijas Ángela y Mariela, se unen al recuerdo con sus hermosas voces y por ser siempre, en su tiempo, invitadas de honor a los espectáculos presentados en todo Belén.    

A pocos metros, los hermanos Cuartas Cadavid, Valentín y Eugenio, con sus graneros mixtos en los ángulos de la plazoleta, hacían ochas y panochas, con la venta de cacharros, víveres, materas, picadura y licor. La parva caliente era punto aparte. La pregonaba una proporcionada morena, que con un cajón, sobre la cabeza y una canasta en las manos, recorría los vericuetos de Patuca, era Candelaria Ortiz, o la Cajonera de Tenche. 

Fabio Galeano, conocido también como “requesón”, los fines de semana, venía desde San Pedro de los Milagros, y ocupaba su marcado lugar del costado derecho.  Vendía el queso de banco para los buñuelos,  el queso de ojo, el quesito de hoja y un quesillo, llamado de bola o de capas, además de la mantequilla, que era pura crema.

Boticas, Demandas y Camposantos

El médico más caritativo y bondadoso fue el doctor Miguel Velásquez Escobar. Su farmacia la administraba el honesto marinillo, Samuel Ramírez. Los pacientes salían aliviados no sólo con la consulta, sino con la rebaja y muchas veces el regalo que hacía con sus medicinas a los más necesitados. Su hijo, David Velásquez Cuartas, siguió su ejemplo, practicó la caridad con sus enfermos y llegó a ocupar la decanatura de la Facultad de Medicina, de nuestra querida Universidad de Antioquia.

Ejercían el oficio de “abogados” en el altozano de la iglesia, de Nuestra Señora de Belén, uno a cada costado, el llamado maestro Eudocio Pabón y Juan de Dios Cuartas a quien, por sus ínfulas de jurista, apodaban “Midiocito”. Las consultas jurídicas, querellas, reclamos y memoriales; pasaban por las manos de estos amables leguleyos, quienes daban un visto bueno para los abogados titulados de la ciudad.

Al lado de la iglesia, en los terrenos donde hoy la tradición educa la niñez, en la Escuela Rosalía Suárez, se acostaba el segundo cementerio de Belén, que reemplazó al de San Luis Gonzaga. Con la pérdida de los libros eclesiásticos de Belén, relativos a  los siglos XVII y XVIII, muchos datos histórico-religiosos en polvo se convirtieron. El cementerio actual en Miravalle hizo el cambio cuando dejó de funcionar el del atrio a mediados de 1850. Aunque se le llama de Belén su nombre real es Cementerio de la Candelaria, pues pertenece a esta corporación adscrita a la Curia Arquidiocesana de Medellín.   

A propósito, el padre Carlos Cadavid, considerado el mejor orador, en los años sesentas recalcaba, desde el púlpito, que no entendía porque los fieles de la parroquia se estaban llevando sus muertos a enterrarlos en otros cementerios, cuando él les podía garantizar que el de Belén era el de mejor clima y que allí jamás se aburrirían los fallecidos.  Pero en la década siguiente, el presbítero Ernesto Villegas, se quejaba solicitando ante la feligresía, en los sermones dominicales, que le ayudaran a descubrir y encarcelar a los muchachos, que para los 30 y 31 de diciembre de cada año, se robaban los ataúdes, para celebrar los festejos al muñeco del año viejo, dejando a sus difuntos a la intemperie.

Con Tranvía, Sueños y Vinotinto

Recién comenzó la dorada época de tranvía (1919) a la fracción de Belén, en aquel tiempo corregimiento de Medellín, le adjudicaron los que tenían los colores amarillo y rojo. Su recorrido empezaba en el Parque de Berrío, continuaba por la Calle de los Tambores, se descolgaba por la avenida Amador, besaba la Estación Medellín para internarse por el Camellón de Guayaquil, hasta el intercambio de rieles, donde estaban los cafés Medellín al Día y el Copa Roja.  El gualda-bermejo continuaba congraciándose con el Puente de la Concordia, divisando el caserío del mismo nombre, además de Tenche y el Lucero, rumbo al Paraje de Belén.     

Cambiando de rollo, hasta mediados del siglo XX Belén no veía un teatro. La oposición del párroco y de las Sociedades Pías dejaba “velados” los sueños de las personas. Contra viento y marea, en el costado suroriental de la plaza, el teatro Mariscal tomó su palco.   La capilla parroquial tuvo que renunciar a sus representaciones en vivo de vespertina y noche, como a sus “ganchos” (dos con una boleta) para dar paso a: los pechos presurosos de Jayne Mansfield, Silvia Pinal, Ava Gardner, Brigitte Bardot y Sophía Loren; a los alaridos embejucados como tarzanes de Johnny Wesmuller y Lex Barker; a las flechas y espadas que no daban tregua de Errol Flynn y Alain Delon; a los plomos que sin rendición  repartían Gary Cooper y Burt Lancaster; a los boleros rancheros de Pedro Infante y Javier Solís, unidos todos éstos, a las locuras y disparates de  Jerry Lewis en compañía de Los Tres Chiflados.     

Con el nombre de Ciudadela de Belén como tratando de protegerla de las influencias que generaban “los vicios y malas costumbres” que estaban tan arraigados en otros sitios de la ciudad, el locutor y periodista Carlos Cañola, mejor conocido como Martinete, en La Media Hora del Pueblo, su programa diario de la emisora Ecos de la Montaña (Cúcuta x Av. de Greiff) no se cansaba de martillar consignas benévolas a su terruño de residencia; al que había colocado ese cariñoso apelativo.

En 1937 se pavimentó la nueva carretera a Belén. A este, con los barrios Fundadores y Antioquia (el último llamado así porque sus calles y carreras portan los nombres de varios municipios antioqueños) los unía un idílico puentecito sobre la quebrada Altavista, lugar donde desembocaba la calle Caldas.

En la década de 1950 una nueva parroquia, la de la Santísima Trinidad, le daría perpetua separación de Belén como había sucedido al principio de la misma, cuando los vecinos de Guayabal  levantaron su templo al Cristo Rey. Tres lustros antes de ver la luz el siglo XX, el paraje de la Granja (barrio la América), igual se había escindido, buscando con su reciente curato la advocación de Nuestra Señora de los Dolores  

Claro que no por esto Tartarín Moreira pensó en jamás volver, ni el célebre Dueto Kalamary se extravió en su cantar, ni el eminente Francisco de Paula Pérez olvidó de hacer las defensas a personas del lugar, mucho menos Jorge Franco (Hildebrando) y su primo Luis Tirado dejaron de recetar, ni Belisario Betancur se negó, en su tertulia, a recitar y mucho menos María Eugenia Dávila en sus parlamentos escénicos a sus ascendientes  recordar…

Este parque de Patuca, que también navegó en las baladas ilusionadas de la Palmaseca, que se maravilló con los secretos, a mil voces, de los amantes en el Portal, que acarició sus sueños encantados y sus corazones partidos, en la Soraya, que trasnochó los besos y se llenó de lúcidas promesas en la Tía; guarda por siempre en su memoria ancestral, sus complacientes ritos, sus felices visiones y sus dolorosos silencios; desplegando por todos los rincones su halo respetable, misterioso y embrujador…

Hugo Bustillo Naranjo.
Montreal, Canadá.
Noviembre 2005.
    
ANOTACIÓN:

Orlando Ramírez Casas

17:08 (Hace 20 minutos.)
para 
Joven médico:

Acabo de leer los interesantes aportes del cronista e historiador Hugo Bustillo Naranjo sobre el sector de Patuca en el barrio de Belén, y me encuentro con un dato sobre el último ajusticiado de Medellín que parece tener una inconsistencia con relación a lo que leí hace poco en el blog Rabo de Ají*(creo que pertenece al escritor Esteban Carlos Mejía). Me refiero al nombre de Fructuoso Pareja. Dice Rabo de Ají que:

Los tres últimos ajusticiados en Medellín fueron:

1.  Jesús María Tamayo en 1902, fusilado encima del puente de Guayaquil.

2.  José Leonardo Agudelo en 1906, fusilado bajo el puente de Guayaquil.

3.  Fructuoso Pareja en 1907, fusilado en la escalinata del Palacio Nacional.

Según esto, Fructuoso Pareja fue el último fusilado en la ciudad; José Leonardo Agudelo el último fusilado bajo el puente de Guayaquil; y Jesús María Tamayo el último fusilado encima del puente.

Un abrazo,

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)

* En realidad, Rabodeají es Pascual Gaviria (corrección del administrador del blog)

jueves, 12 de junio de 2014

EL BARRIO BELEN EN LA WIKIPEDIA

Belén (Medellín)

Belén
Barrio de Medellín
Belen-Medellin.png
Ubicación de Belén en Medellín.
PaísBandera de Colombia Colombia
• CiudadFlag of Medellín.svg Medellín
Superficie88,312 km²
Población
• Total1159.390 hab. (2005)
• Densidad180 hab./hectárea hab./km²
IDH(2011) 0.908 - Muy Alto.1
La Comuna n.º 16 Belén es una de las 16 comunas de la ciudad de Medellín, capital del Departamento deAntioquia. Está localizada en la zona suroccidental de la ciudad. Limita por el norte con la Comuna n.º 11Laureles - Estadio; por el oriente con la Comuna n.º 15 Guayabal; al Sur y al Occidente con el Corregimiento de Altavista. Es de anotar que el límite al sur aún no está muy claro ya que las municipalidades de Medellín e Itagüímantienen un conflicto limítrofe desde hace más de un siglo.

Geografía[editar]


Cerro Nutibara.
La comuna de Belén ocupa un área de 883.12 hectáreas, equivalentes al 9% del total de la zona urbana y al 2.7% del total de Medellín.
El terreno de esta comuna se caracteriza por presentar pendientes suaves a moderadas en gran parte de su territorio, excepto la parte alta constituida por los barrios Belén Rincón, Primavera (Zafra), Tanque, Montenegro, Cantarranas, Los Alpinos, "El Morro", Altavista y La Violetas.
Está atravesada por las vertientes de las quebradas Guayabala, La Pabón, El Saladito, Caza Diana, Altavista, Picacha o Aguas Frías. El régimen hidráulico de éstas presenta alteraciones notorias en las temporadas invernales debido a la inadecuada explotación de materiales para la construcción en sus cabeceras, generando sedimentación en sus cauces, y a un acelerado proceso de deforestación en las cuencas. Como principal accidente geográfico y punto de referencia de toda la ciudad, se destaca el Cerro Nutibara.

Demografía[editar]

Población por grupos de edad
Comuna n.º 16 Belén
Rango
de edad
n.º de
habitantes
 %
Porcentaje
0 - 1438.48124.1
15 - 3967.85642.5
40 - 6443.50327.3
65 y más9.5505.9
Total159,390100.0
De acuerdo con las cifras presentadas por el Anuario Estadístico de Medellín de 2005,2 Belén cuenta con una población de 159,390 habitantes, de los cuales 71,746 son hombres y 87,644 son mujeres. Como puede observarse en el cuadro, la gran mayoría de la población está por debajo de los 39 años (66.6%) del cual el mayor porcentaje lo aporta la población adulta joven (42.5%) con rango de edad de 15 a 39 años. Sólo un 5.9 % representa a los habitantes mayores de 65 años es decir la población de la tercera edad.
Según las cifras presentadas por la Encuesta Calidad de Vida 2005 el estrato socioeconómico con mayor porcentaje en Belén es el 3 (medio-bajo), el cual comprende el 36.3 % de las viviendas; seguido por el estrato 4 (medio), que corresponde al 30.6 %; le sigue el estrato 2 (bajo) con el 19.4 %, después esta el estrato 5 (medio-alto) con el 13 % y solo el 0.6 % corresponde al estrato 1 (bajo-bajo).
Belén se desarrolla en una extensión de 883.12 hectáreas, con una densidad de 180 habitantes por hectárea.

Etnografía[editar]

Según las cifras presentadas por el DANE del censo 2005, la composición etnográfica de la comuna es:

División[editar]


Belén, división barrial.
Según el Acuerdo n.º 997 de 1993 la comuna está compuesta por 21 barrios.
  • Fátima
  • Rosales
  • Belén parque
  • Granada
  • San Bernardo
  • Las Playas
  • Diego Echavarría
  • La Mota
  • El Rincón
  • Loma de los Bernal
  • La Gloria
  • Altavista
  • La Palma
  • Los Alpes
  • Los Alpinos
  • Montenegro - Cantarranas
  • Primavera (Zafra)
  • Las Violetas
  • Las Mercedes
  • Nueva Villa del Aburrá
  • Miravalle
  • Nogal - Los Almendros
  • Cerro Nutibara

Infraestructura vial y transporte[editar]

En general, la comuna presenta una buena trama vial, excepto en los asentamientos ubicados en la periferia, los cuales obedecen a desarrollos urbanos informales. Esta malla vial existente presenta una sección pública adecuada para las demandas vehicular y peatonal locales.
La comuna está conectada al resto de la ciudad por por sur- norte como son las carreras 65, 70, 76, avenida 80-81 y la carrera 83-84, que le permiten una buena integración con las zonas del sur y del norte de la ciudad. Adicionalmente, cuenta con buenos corredores oriente - occidente – oriente como son las calles 30 y 33 que permiten el acceso al centro de la ciudad. Sin embargo, en este sentido tiene deficiencias dado que el Aeropuerto Olaya Herrera representa una barrera para lograr una adecuada integración con las comunas 15 (Guayabal) y 14 (El Poblado). Asimismo, se presenta saturación del flujo vehicular en las intersecciones de esta red vial estructurante de la comuna, generándose problemas de congestión especialmente en las horas pico del día.
Es de resaltar el apoyo que dan a la red arterial las vías laterales a las quebradas La Picacha, Altavista y Guayabo, que permiten mayor fluidez y posibilidad de maniobrabilidad al conjunto de la estructura vial principal.
El acelerado incremento de urbanizaciones en los sectores de El Rincón y la Loma de Los Bernal, ha contribuido a generar un aumento del flujo vehicular, con baja infraestructura vial de acceso (calle 1 sur, laterales a la quebrada La Guayabala y la carrera 76) que hacen críticas las intersecciones a nivel con la avenida 80-81.
El servicio de transporte público en la zona de Belén es el más eficiente de la ciudad con un cubrimiento del 99% en ambas direcciones: norte-sur y oriente-occidente, servido por las rutas, 170, 171, 172, 173, 174, 176, 178, 179, 190, 192, 193, 300, 301, 302, 303, 315, 316.
Actualmente se ha construido por la calle 30 una de las líneas del Metroplus, un nuevo sistema de transporte masivo que permite mejorar el transporte del sector.

Una de las mejores Instituciones de la Comuna[editar]

La Institución Educativa Ramón Giraldo Ceballos ubicada en la ciudad de Medellín. Específicamente en la Calle 21 Nº 82A - 56, del Barrio Belén Altavista parte baja. Este sector cuenta con una Parroquia que lleva el nombre de María Madre Admirable. La Unidad Deportiva de Altavista, centro de eventos deportivos, recreativos y culturales. Una Junta de Acción Comunal, centro de gran importancia para barrio y toda la comunidad de Altavista parte baja, por su labor cultural y formativa.

Referencias[editar]

  1. Volver arriba Idh de Medellín, sus comunas y corregimientos
  2.  Anuario Estadístico de Medellín 2005
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Véase también[editar]





Iglesia de Nuestra Señora de Belén (Medellín)

Iglesia Nuestra Señora de Belen-Medellin(1).JPG
Parroquia de Nuestra Señora de Belén

TipoIglesia
PatronoNuestra señora de belén
UbicaciónMedellínAntioquia
Bandera de Colombia Colombia
Uso
CultoCatólico
DiócesisArquidiócesis de Medellín
Rectorpbro. Jose Mauricio Velez Garcia
Vicario parroquialpbro. Jose Mauricio Velez Garcia
2.º Vicario parroquialpbro. Juan David Vanegas
Sacerdotepbro. Jose Mauricio Velez Garcia
Arquitectura
ArquitectoIgnacio Duque

La Iglesia de Nuestra Señora de Belén, es un templo colombiano de culto católico, está dedicado a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Belén, y se localiza en el Barrio Belén, al costado occidental del parque de Belén, al sur-occidente de la ciudad de Medellín.
El templo es de planta rectangular, su interior está dividido en tres naves longitudinales, la principal o central y dos laterales. La fachada principal está conformada por dos torres rematadas en cúpulas, unidas por un cuerpo que enmarca la nave central.

Historia[editar]


Nave Central.

Altar mayor.
Según los historiadores, Jerónimo Luis Téjelo, acompañado de 25 hombres hizo el descubrimiento del Valle de Aburrá el 24 de agosto de 1541 y le dio el nombre de San Bartolomé de los Alcázares. Entró por los Altos de los Cruces, Quebrada Larga, El Barcino yAltavista y bajó la cordillera por el territorio que hoy pertenece a la fracción de Belén en Medellín.
La parroquia fue erigida el 7 de marzo de 1714,y en 1870 estaba de Párroco el Pbro. Lorenzo Escobar y comenzó el ensanche de la capilla que servía de templo Parroquial, Cuando el Pbro. Aparicio Gutiérrez estuvo de Cura por 25 años, le hizo ensanches y reparaciones. Finalmente el Canónigo Ignacio Duque reedificó el templo, con frontis, torres y cúpula, Allí se venera un cuadro de Nuestra Señora de Belén, muy antiguo y de gran veneración, que fue traído o de España o de Quito en los principios del siglo XVII.
A esa misma época pertenecen Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín y Nuestra Señora de Chiquinquirá de la Estrella, Sobre este cuadro corre una leyenda según la cual en1757 una creciente arrasó la capillita donde se veneraba el cuadro y lo arrastro en sus corrientes, hasta que una niña lo rescató de las aguas. Como era costumbre, las gentes de esa época regalaban, como muestra de agradecimiento por beneficios recibidos, joyas para los cuadros. A este retablo de Belén también le regalaron muchas. En 1792, en la visita del obispo de Popayán Ángel Velarde dispuso: "Siendo esta capilla de Belén tan reducida que escasamente se acomodarán cuarenta personas y pasando del ciento las que suelen concurrir a ella, mandamos que se le dé extensión necesaria y para este gasto destinamos: el incensario de plata y las alhajas siguientes de Nuestra Señora: un par de zarcillos de oro con esmeraldas; otros dos pares de oro con perlas; otro par de oro con dos piedras, una sortija de esmeraldas, una gargantilla de tres hilos de perlas con ocho cuentas bordadas en oro", El Retablo fue escondido durante la guerra de 1879 con Rengifo, debido a muchas atrocidades que se estaban cometiendo en algunos templos, En 1880 fue rematado en $20,00, por la familia Mesa, Luego, cuando era Párroco de Belén el Pbro. Rogelio Arango, al celebrar una misa en casa particular esa familia adornó el altar con el retablo famoso. El Párroco pidió fuera entregado nuevamente al Templo, para veneración y lo consiguió. En mayo de1962 fue trasladado de un altar de una de las naves al camarín central. El Papa Pablo VI decretó su coronación canónica en diciembre de 1963 y el 15 de agosto del siguiente año se realizó la ceremonia por el Sr, Arzobispo Tulio Botero Salazar.

Véase también[editar]

Enlaces externos[editar]


Altavista (Medellín)

Altavista
Corregimiento de Colombia
Ubicación de Altavista
EntidadCorregimiento
 • PaísBandera de Colombia Colombia
 • DepartamentoFlag of Antioquia Department.svg Antioquia
 • MunicipioFlag of Medellín.svg Medellín
Superficie
 • Total27 41 km²
Población (2005)
 • Total17,474 hab.
 • Densidad637 hab/km²
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Altavista es uno de los 5 corregimientos (divisiones de la zona rural) del municipio de Medellín. Limita al norte con el corregimiento de San Cristóbal y el área urbana de Medellín, al occidente con el corregimiento de San Antonio de Prado, al sur con el municipio de Itagüí y al oriente con la zona urbana de Medellín. Altavista está localizado al suroccidente del Municipio de Medellín a 9.4 kilómetros del área urbana.

Historia[editar]

El comienzo y consolidación del Corregimiento de Altavista, está ligado a las actividades generadas en torno al camino de herradura que comunicó a Medellín con los municipios del suroccidente del Departamento de Antioquia, a través de San Antonio de Prado, como parte de la ruta para la entrada del oro proveniente de Santa Fe de Antioquia y la salida de mercancías y productos agrícolas. El desarrollo del territorio ha estado asociado al proceso de poblamiento del área de influencia de la quebrada Altavista, subordinado y dependiente del núcleo principal del los barrios Belén y La América.
De esta forma, el proceso de poblamiento de Altavista en el pasado distante, lo determinó su condición de sitio de paso en la ruta hacia otras zonas del Departamento. En el pasado reciente y el presente, su desarrollo ha sido condicionado por la dinámica de la expansión urbana que mediante la sucesiva ampliación del perímetro urbano, incorporó a la malla urbana todas las tierras planas urbanizables de la fracción de Belén. Simultáneamente la consolidación de las actividades extractivas y la relativa tecnificación de la producción de ladrillos configuraron las características socioeconómicas, ambientales y espaciales actuales del Corregimiento.
A partir de 1987, mediante el Acuerdo No. 54 que redefinió la sectorización de Medellín, se creó el Corregimiento de Altavista como unidad político administrativa.

Geografía[editar]

El área total de Altavista es de 27.41 km² (2.741,22 ha), equivalente al 10.1% del total de la zona rural de Medellín. El territorio de Altavista, como parte de la vertiente occidental de la cordillera central, posee un relieve quebrado de cañones intramontañosos que conforman un sistema de valles longitudinales, paralelos y rectilíneos. Alturas comprendidas entre 1.600 y 2.400 m.s.n.m. dando origen a los pisos térmicos templado y frío y temperatura de 12 a 21ºC. Precipitación promedio anual de 1.000 m.m. Las principales cuencas hidrográficas del corregimiento son: Quebrada Altavista, Quebrada la Picacha, Quebrada Ana Díaz, y la Quebrada La Guayabala, que cruza el territorio de forma paralela entre ellas en dirección occidente-oriente y cuentan con numerosos afluentes que le llegan de las montañas. Las mayores alturas están localizadas sobre las estribaciones de las cuchillas El Barcino y Piedra Gorda y en los Altos el Corazón y el Manzanillo, cuyas alturas están comprendidas entre los 2000 y los 3000 m.s.n.m.

Demografía[editar]

De acuerdo con las cifras presentadas por el Anuario Estadístico de Medellín de 2005,1 Altavista cuenta con una población de 17,474 habitantes, de los cuales 8,494 son hombres y 8,980 son mujeres. El corregimiento presenta una población dispersa, se tienen cuatro asentamientos situados a partir de las vertientes de las quebradas Ana Díaz (asentamiento El Corazón), La Picacha (asentamiento Aguas Frías), Altavista (asentamiento Altavista) y La Guayabala (asentamientoSan José de Manzanillo). Todos asentamientos dispersos a escala general, pero nucleados en su interior. Altavista es el tercer corregimiento más poblado de Medellín después de San Antonio Prado y San Cristóbal, y cuenta con una densidad de 637 hab./km².
Según las cifras presentadas por la Encuesta Calidad de Vida 20052 el estrato socioeconómico que predomina en Altavista es el 2 (bajo), el cual comprende el 83.1 % de las viviendas; seguido por el estrato 1 (bajo-bajo), que corresponde al 11.1 %; y por último le sigue el estrato 3 (medio-bajo) con el 5.8 %.

División[editar]

El corregimiento de Altavista agrupa bajo una sola unidad administrativa cuatro asentamientos rurales: Altavista, Aguas Frías, El Corazón y San José del Manzanillo, las cuales conforman las áreas urbanas del corregimiento. El Corregimiento está conformado por 8 veredas.
Corregimiento de Altavista-Medellin.png
Veredas de Altavista
La Palma
La Esperanza
Aguas Frías
San Pablo
El Corazón - El Morro
San José del Manzanillo
El Jardín
Patiobonito - Buga

Economía[editar]

La principal actividad económica se centra en la industria ladrillera y la extracción de materiales de construcción. Las actividades agropecuarias son otro factor importante en la economía del corregimiento. La naranja por ejemplo es la base de la economía de la vereda Manzanillo, donde además de naranja, se cultiva el café, plátano y variedad de frutas, que los campesinos de la localidad, salen a vender en los mercados, del centro y de la ciudad. El resto de los sectores del corregimiento, también basan su economía en la agricultura y la crianza de animales; que poco a poco, van desarrollando una cultura, en el corregimiento; para demostrarle a la ciudad; que Altavista es un territorio, no solo donde se fabrican ladrillos; sino un pulmón verde más para la ciudad.

Transporte[editar]

Existen cuatro corredores viales independientes que cumplen con la función básica de comunicar las diferentes veredas con el centro de Medellín, no hay vías transversales de importancia, solamente algunas sin continuidad que van de los corredores a fincas particulares. En general la trama vial es compleja y sin especificaciones, dado lo dispersa de la población y la baja densidad en los extremos sur y occidental del corregimiento.

Sitios de interés[editar]

Los caminos de herradura ubicados en el corregimiento Altavista, fueron construidos inicialmente por los indígenas Nutibara, a travésados posteriormente por los colonizadores españoles y hoy son considerados patrimonio histórico por su valor cultural. Se pueden apreciar en recorridos a caballo, con buen sombrero y poncho.
La Virgen, el Alto El Barcino y las casas típicas, son algunos de los lugares que se pueden apreciar, junto con la panorámica sobre el Valle de Aburrá. La reserva natural Alto de Manzanillo es otro sitio de gran interés ecológico
La "Piedra de los Encantos" es una especie de entierro indígena; ubicado en el alto de los encantos, muy cerca de la vereda el Jardín y los límites con el vecino corregimiento San Antonio de Prado. Antes de llegar al lugar de la piedra, se encuentra una vegetación bastante espesa; con variedad de árboles y bosques semitropicales, nacimientos de pequeños riachuelos, como lo es la quebrada la “Guayabala”. Frente a dicha piedra se han tejido una serie de mitos y leyendas, que hacen parte de la tradición oral de la vereda Manzanillo y sus alrededores.

Festividades y eventos[editar]

  • Fiestas Patronales Nuestra Señora del Rosario de la Piedra: Desde 1857, con la aparición de la Virgen en la Piedra, se realizan durante 9 días las fiestas patronales cada año para disfrutar de bazares, misas y ofrendas a la virgen.
  • Festival de Cometas: Se realiza anualmente finalizando el mes de julio, aprovechando los vientos que ofrece el clima por esos días. El festival convoca a cinco mil cometistas aproximadamente, los cuales se reúnen en torno a una gran fiesta amenizada por músicos y orquestas; el único requisito para participar en el evento es llevar su propia cometa.
  • La fiesta tradicional del campesino, la cuál se celebra a finales de junio o principios de Julio.

Referencias[editar]

  1. Volver arriba Anuario Estadístico de Medellín 2005
  2. Volver arriba Estrato socioeconómico, Alcaldía de Medellín, Encuesta Calidad de Vida 2005.

Véase también[editar]