MEDELLÍN, ESA DESCONOCIDA
(Cinco crónicas para conocerla por
dentro)
Emilio Alberto Restrepo Baena
I . MEDELLIN UNDERGROUND
La ciudad , tal
como la conocemos, es nuestro hábitat
natural, el lugar donde transcurre
nuestra cotidianidad y nuestro quehacer. La gran mayoría vivimos en ella
y de ella. Allí trabajamos, estudiamos , nos recreamos, casi siempre en una
forma convencional, normatizada, predecible, organizada. Tenemos rutinas
predeterminadas que condicionan nuestro comportamiento social en un equilibrio
mas o menos justo entre nuestros derechos y deberes. Casi todos somos así. Casi
todos tenemos un trabajo socialmente aceptado, estudiamos en una institución
conocida, vivimos en un barrio nomenclado.
Pero hay otra
ciudad que no conocemos. Hay otra urbe subterránea en total contravía de la que
asumimos a diario, verdadero laberinto oscuro, impreciso, indefinible, que vive
a su propio ritmo y con unas reglas de juego sorprendentes y a veces
aterradoras. Es lo que se conoce entre iniciados como el “Medellín
Underground”. Y no solamente nos
referimos al crimen organizado, que en toda ciudad ocupa su lugar dentro del
espectro de lo “normal”, de lo esperado. Por eso no nos sorprende que haya traficantes
de droga, de armas, sicarios, ladrones de autos, guerrilleros, paramilitares,
asaltantes callejeros, etc, que ya se convirtieron en parte del paisaje natural
de las grandes y aún pequeñas ciudades.
Nos referimos a
otros mundos menos definidos, más volátiles, más borrosos . Por ejemplo hay un
grupo de desposeídos que asumen su tragedia de parias con una dignidad distinta
a la de los tugurianos o de los desplazados. Se trata de errabundos de más astucia que viven del
descuido de las agencias de arrendamientos, cuya rutina consiste en simular que son potenciales clientes de un
apartamento de barrio de clase media o alta, sobre el cual averiguaron que hace
mucho tiempo no se alquila . Se presentan bién vestidos, con cédula en mano y
piden prestada la llave para supuestamente verlo y alquilarlo . Le sacan copia,
la devuelven, y luego por la noche entran
subrepticiamente a él. Usualmente repiten el ciclo por varios meses,
hasta que tienen que salir, pero pasan a ocupar otro que previamente detectaron
. Allí expertos en silencios y oscuridades pernoctan, cocinan, se aman, pasan
la vida en espera de mejores tiempos. No es extraño; esta población
evanescente es más abundante de lo que
uno piensa.
Otros con menos
fortuna viven bajo los puentes de las quebradas y más aún, en el sistema de alcantarillas
aledaño al río, donde hay todo un submundo laberíntico ocupado por familias
enteras, clanes que no necesariamente conforman rufianes o pillos.
Ingeniosamente se instalan servicios públicos de contrabando y la policía
conoce de verdaderas batallas campales y tragedias en la lucha por el
territorio, pero se ven intimidados para ejercer allí la autoridad. En los
barrios de bajos fondos existen casonas viejas colonizadas por hordas de
viciosos que se encierran allí para consumir drogas en condiciones extremas de
hacinamiento, suciedad y promiscuidad. Todos recordamos el allanamiento por
parte de las autoridades de un viejo edificio ubicado en “Barrio Triste”
conocido como “Las cuevas”, de donde expulsaron más de doscientas personas que
vivian día y noche durante meses consumiendo toda clase de sustancias; se
encontraton túneles que comunicaban con otras construcciones para huir en caso
de emergencia, se encontraron niños de meses que habían nacido allí y nunca los
sacaron a la calle y mucho menos los registraron ante la ley, en una situación
aberrante de desnutrición y descuido, conviviendo como bestias con todo tipo de
roedores e insectos.
En el mundo del
entretenimiento, no todo son centros comerciales, parques públicos, teatros o
museos. Además de la prostitución profesional tradicional tan ancestralmente
arraigada en todas las poblaciones, hay
sistemas especializados en sexo para satisfacer todos los gustos,
dejando casi sin límites a la imaginación : prostitución de niños de ambos
sexos, sin discriminación de estrato social, a domicilio, sin limitaciones en
el momento de satisfacer al cliente ; ofrecimiento de sexo real con animales o bestialismo, que
sorprende por el entrenamiento que
tienen para ejercer el oficio ; casas de citas con colegialas de verdad, que a escondidas de su
familia ejercen su labor aún en locales de lujo y por catálogo. Modelos de
moda, que si se logran contactar en forma precisa, venden sus favores por
millonarias cifras. Estudiantes de ambos sexos
que hacen visitas domiciliarias para practicar por una suma de dinero
masajes de todo tipo, shows de nudismo privado o para pequeños grupos, sexo
colectivo, espectáculos de sado-masoquismo, despedida de solteros, uso de los
más sofisticados aparatos, etc. Es común contactarlos en los medios
universitarios y en publicaciones especializadas . También existen en la ciudad
salas de cine “snuff”, donde proyectan películas de filmaciones reales de sexo
“duro”, donde derrochan altísimas dosis de violencia sexual y física e incluso
ocurren muertes reales, no fingidas por la víctima .
Hay quien
asegura sin poderlo demostrar que varias de esas películas han sido filmadas en
la ciudad . También hay sitios especializados en intercambios de parejas,
clubes y bares de homosexuales, todo tipo de shows de striptease , salas de lucha libre nudista,
clubes de pelea con sistema de apuesta; ahora florecen las líneas calientes,
donde se da rienda suelta a todo tipo de
expresiones sexuales y pornográficas por teléfono, lo cual ha resultado ser un
negocio redondo. Tambien se hacen revistas eróticas y se filman videos
comerciales de pornografía.
En el campo de
la rumba, con énfasis en la población de
adolescentes y adultos jóvenes, han proliferado
locales anónimos y bién camuflados donde se rematan las fiestas o donde
la gente sigue bailando y bebiendo una vez cerradas las tabernas y discotecas.
Se conoce como salas “after party” y
allí, a puerta cerrada, con discreción para la admisión de los clientes, muelen
música a volumen y ritmo estridente hasta
ver el amanecer . Se consumen todo tipo de licores sin restricción y parece que
la droga circula a manos llenas .
El bajo mundo
también tiene sus expresiones poco convencionales en el submundo urbano. Según
un conocedor, en Medellín es posible conseguir absolutamente cualquier cosa.
Desde narcóticos de todo tipo como la
marihuana y la cocaína, hasta droga dura como la heroína y el ácido (
LSD ) , pasando por las pastas, de las cuales ahora hacen furor unas llamadas
“éxtasis”, “Blues”, “Pulpos”,etc. Hay un tráfico descomunal e ilimitado. Se
consiguen armas de corto y largo
alcance, de todos los calibres, profesionales y también de confección casera
artesanal o “hechizos”.
Se venden y
compran cheques, facturas de difícil cobro, contenedores con mercancía,
medicamentos europeos y americanos originales y falsificados, dólares buenos y
falsos, marquillas de ropa fina, animales exóticos y en peligro de extinción, etc.
Este mercadeo de
todo tipo de artículos se hace en lugares públicos que operan bajo otra
fachada en edificios
de oficinas y aún en las grandes plazas de mercado . Solo se necesita un
buen contacto y efectivo en la mano . Allí mismo funcionan oficinas para
contratar sicarios, para hacer cobros de
deudas difíciles por vía de la intimidación, para trabajos de detectivismo
informal o seguimiento y espionaje de
víctimas potenciales de secuestro y extorsión, de infieles
o de socios sospechosos de fraude,
para ejecutar actos de terrorismo o para intervenir teléfonos, para
falsificar firmas o documentos, para
“lavar” o borrar cheques. Se fabrican cédulas, pasaportes , visas
falsas, tarjetas del seguro de U.S.A.; se cambian marcaciones de motores, de
máquinas y vehículos, etc. Es real. Todo
es posible . Siempre hay un experto
dispuesto a realizar cualquier tipo de trabajo sin escrúpulos ni
condicionamientos de tipo moral y ético .
En este comercio
ilícito, posiblemente el más increible y aberrante es el humano. Como en la
mejor tradición de la esclavitud o del feudalismo a usted le venden mujeres
campesinas de extrema pobreza venidas de la costa y del Chocó . Allí los padres
de familia solo necesitan hijos varones para trabajar la tierra y no pueden
darse el lujo de criar y sostener mujeres . Solo necesitan una que cuide la
casa, haga la comida y cumpla funciones sexuales y reproductivas . Es más útil
un burro, un perro cazador, herramientas, utensilios de cocina y víveres .
De esto se aprovechan intermediarios que hacen
la conección y las venden a las familias de la ciudad para el servicio
doméstico a bajo costo, sin sueldo y sin prestaciones sociales y a veces
terminan en la prostitución . En su mente se asumen como propiedad exclusiva
del dueño en una actitud sumisa e incondicional. Tambien se dá el caso de
personas que alquilan niños que son utilizados para pedir limosnas en las
calles .
En la ciudad
proliferan las sectas satánicas, con sus rituales y convicciones y en varias
ocasiones han sido vinculadas a episodios de robo de niños, oleadas de
suicidios, intoxicaciones colectivas, etc. Suelen hacer sus reuniones,
conocidas como aquelarres o “sabbaths”
en garajes, sótanos e incluso cementerios y ocasionalmente acompañadas de un
grupo de rock fuerte, bailando una música violenta y frenética conocida
como “pogo”, terminando en desenfrenadas
francachelas de alcohol, drogas y sexo promiscuo . Algunos aseguran que
hay pederastría y bestialismo, y los han
asociados con crímenes varios, como
vandalismo, profanación de tumbas, violación de menores, sacrilegios religiosos
e incluso asesinatos.
En fin, el
laberinto interminable del Medellín subterráneo que desconocemos o que no
queremos ver, sigue su marcha a su propio ritmo y con sus propias leyes, muchas
veces entrelazando sus tentáculos con el Medellín “normal”, el cotidiano, el
que nos ocupa nuestro día a día. El que la mayoría no lo conozcamos, no implica
necesariamente que no exista y en
ocasiones el descubrirlo abruptamente es una terrible y confrontadora
experiencia que puede tocarnos directamente en carne propia o en la de nuestros
propios hijos.
Lo más
impresionante es que los protagonistas de muchas de estas historias oscuras que
realmente estan ocurriendo están a nuestro lado, pasan camuflados por nuestras
narices sin que nos percatemos de ello, bien sea como ejecutores o como víctimas
de ese retorcido mundo. El anonimato, la doble vida, el carácter soterrado, lo
subrebticio es característica fundamental para que el vecino, el hermano, el
hijo o el esposo pasen desapercibidos.
II. CRONICA ESOTERICA DE
MEDELLIN
Cuando aún era un niño, por allí en los tempranos años
setenta, era de mucha usanza en Medellín el jugar con esoterismo, trivializando
conceptos como el espiritismo, la tabla
ouija, el hipnotismo, etc., que fueron moda entre los jovencitos, usualmente
dirigidos por alguien más mayor, pero no más experimentado, haciendo un manejo
irresponsable de estas tremendas fuerzas en fincas, fiestas y cementerios. La motivación era básicamente curiosa, cuando no
morbosa. Nos producían gran atracción las historias de espantos, de invocación
de espíritus y de extrañas energías del mas allá.
Era común convocarse alrededor de una tabla ouija, dirigidos
por un médium de pacotilla y empezar a hacer contactos con muertos cercanos a
nuestros afectos. Muchas veces no ocurría nada objetivo, solo confusas
interpretaciones de nuestros crispados y excitados nervios. En otras veces, las
menos, puedo jurarlo, hicimos contacto con energías que venían de otras
dimensiones extrafísicas e incluso a través de la tabla, contestaban preguntas
o traían mensajes.
No era gratuito el molestar el descanso eterno de las almas
en pena. En la casa de una amiguita, una tarde, al escondido por supuesto,
hicimos contacto con un espíritu al que no fuimos capaces de controlar. Se quedó enquistado en la casa de ella y a
partir de ahí fue el horror. Pesadillas y terrores nocturnos de los dos
niños menores. Nuestra amiga quedó con
una cefalea crónica, una irritabilidad y una depresión que la hicieron retirar
del colegio.
Ruidos, luces, movimientos extraños y anormales de las cosas
y un estado de ansiedad generalizada en la familia, que solo se vino a dilucidar cuando se confesó que todo ocurrió
después del mal manejo de una tabla ouija. Había quedado suelta un alma
errante, un espíritu burlón sin descanso ni sosiego que vivía en muerte su
situación de purgatorio infinito, mal traído a un estado más físico en la
tierra. Solo los buenos oficios del padre L.
lograron hacer desocupar la casa de tan incómodo advenedizo.
Este furor del manejo de la tabla aparentemente dejó brechas
abiertas o mal cerradas que propició que
muchos espíritus, mucha energía del más allá quedaran circulando en
torno a la ciudad. Ciertos estudiosos del esoterismo creen interpretar este
fenómeno como el desencadenante de la
terrible ola de violencia y maldad que a partir de los años ochenta invadió la
ciudad como una peste, como una plaga de carácter apocalíptico. La teoría es
simplista pero efectiva. Muchos
espíritus errantes, furiosos por ver violentado su estado etéreo, con muchos
pecados aún sin purgar, circulan en torno a la ciudad. Tienen especial
apetencia, según esta teoría, por los hijos de madres solteras, o en pecado
original, o producto de violaciones, o con proclividad para el crimen y la
delincuencia. Transmutan su energía al alma de la criatura en gestación o en
parto y corrompen su alma llenándosela
de odio, resentimiento y maldad. Esto explicaría porqué cuando fueron
creciendo, a mediados de los años ochenta, tantos jóvenes se tornaron en
delincuentes, sicarios y rufianes. Según esta hipótesis, los indígenas del Valle de Aburrá se
asentaron a orillas del río Medellín y allí tenían sitios
de ritual religioso llenos de
poderosa energía; en sus cementerios ocultos reposan los cuerpos de hombres y
mujeres buenos que murieron en santa paz y llenos de una fe pura en sus dioses naturales, con poco componente
de suciedad en sus almas; los espíritus liberados en las fallidas secciones de
espiritismo son repelidos por esta fuerza protectora y empiezan a girar
centrífugamente hacia las montañas que hoy ocupan las laderas laterales de la
ciudad, por donde empezó la gran descomposición criminal de la ciudad que luego
se generalizó. La ola de asesinatos, los accidentes de tránsito, las muertes
violentas en personas jóvenes y poco piadosas que no tienen tiempo de
arrepentirse o de hacer transición energética hacia otros niveles superiores de
conciencia, supuestamente generan una liberación brutal de energía nefasta que
perpetúa el fenómeno y genera un círculo vicioso de ruindad y perdición que
penetra en todos los rincones.
Esta original teoría, creída fanáticamente por sus adeptos,
trata de explicar el origen metafísico de la mala onda de Medellín.¿Y por qué a
Medellín? ¿ Porqué involucró en esas épocas las comunas noroccidental y
nororiental?, ¿ Porqué en hijos de hogares descompuestos o de madres pobres
cabezas de familia?.Las respuestas estarían en el párrafo anterior. Analizan
los aterradores niveles de violencia de la ciudad, los extremos de criminalidad
comparados con todas las otras capitales.
Para contrarrestarla,
hicieron una discreta pero efectiva campaña de erradicación de las
secciones aficionadas de espiritismo,
del uso de tablas ouija por inexpertos,
de crear terror reverencial a irrespetar
sin convicción y sin necesidad el descanso de los muertos . Y es cierto que hoy
escasamente se juega con éstos elementos en fincas o fiestas o paseos, ni son
dirigidas por muchachitos juguetones.
Como toda acción tiene una reacción, empezaron a proliferar
todo tipo sectas religiosas, de todos los orígenes y todas las clases para
tratar de contrarrestar con misticismo, el exceso de energía maligna.
.
Según estudios, en Medellín se encuentra la mayor
concentración de todo el país de ritos paralelos al catolicismo. No solamente
cristianos protestantes, sino afectos al hinduismo, musulmanes, meditadores,
egiptólogos piramidales, rosacruces, masones, grupos de sanación, seguidores del reverendo Moon, etc., en una búsqueda frenética de un
camino, de una razón, de una verdad, de un sentido que dignifique y justifique
la existencia. También es cierto que
aquí se encuentra la mayor incidencia de profanación de tumbas, de robo de
cadáveres, de violaciones y secuestro de niños para involucrarlos en rituales
satánicos, que incluso obligó a la fiscalía a crear un grupo específico para
contrarrestar estas expresiones de satanismo en Medellín, que según el
diagnóstico ya se volvió un problema epidémico y de salud pública.
III. LEYENDAS URBANAS DE LA TRADICION ORAL DE
MEDELLIN
Siempre me ha fascinado la tradición oral de las ciudades. Me ha llamado poderosamente la atención el poder de convocatoria que tienen las leyendas urbanas. Es increíble su capacidad de replicación y cómo circulan a la velocidad del sonido de boca en boca sometiéndose en este proceso a sutiles deformaciones que las distorsionan, las masifican y les confieren el carácter de verdad pública, de hecho cierto sin atenuantes ni discusión.
Por eso cada cual las siente como suyas, las expresa como una anécdota personal, siempre el referente es un familiar cercano, el primo, el hermano del mejor amigo, alguien que no ofrece dudas, protagonista sin reparos de la historia, lo que supuestamente le da credibilidad al relato y hace imposible cualquier duda o desconfianza en él. Pero en último término nadie conoce a alguien de carne y hueso que haya vivido lo narrado, nunca hay testigos de primera mano, no hay quien de verdad desmienta o confirme la situación sin lugar a cuestionamientos.
Estas historias se las cuentan a uno en todas partes, en todos los estratos, en todos los barrios, siempre partiendo del supuesto de que a pesar de lo increíble es absolutamente cierto lo que relatan, siempre con el aire de verdad incontrovertible, con cierto dramatismo y con testigos volátiles e inconfrontables. Recordemos algunas:
- Supuestamente secuestraron a un profesor en una pesca milagrosa. En el campamento guerillero reconoció a un compañero de bachillerato que llevaba 20 años en el monte. Conversaron mucho, desempolvaron recuerdos y afectos y finalmente el subversivo decidió que le iba ayudar a fugarse. En confidencia le pidió el favor de localizar a sus padres para advertirles que se fueran de Medellín en tal fecha (depende de la época, se la cuentan a uno con diciembre, semana santa, el 20 de Julio, el 7 de Agosto) porque iban a realizar una toma guerrillera masiva a sangre y fuego de la ciudad, por todas las goteras, bloqueando las entradas y las salidas, probablemente ocasionando miles de muertos y destrucción a granel. Finalmente el profesor (o el ingeniero o el médico) logra escapar y advertir oportunamente a unos cuantos elegidos.
- Otro de secuestrados es el de un rico señor que después de seis meses de cautiverio es liberado luego de pagar el rescate. Cuando logra volver a salir de su casa, su esposa lo convence de ir a un gran almacén de cadena a mercar y cuál no sería su sorpresa cuando en una de las cajas descubre a uno de los guerrilleros que lo custodiaba en el monte. Asustado, corre donde el gerente del hipermercado, le cuenta la historia, pero éste le dice que sí, que es cierto, pero que no puede hacer nada pues es la cuota de vacuna que deben pagar para que no les incendien el almacén o no les secuestren ejecutivos: dejar infiltrar informantes para detectar personas de buenos recursos económicos y aplicarles seguimiento.
-Otro personaje fue secuestrado y aparentemente le aplicaron escopolamina. A los tres días apareció en Policlínica, todavía obnubilado, con una gran cicatriz quirúrgica debajo de las costillas: lo habían retenido para robarle un riñón, posiblemente para un transplante. Por supuesto, a pesar de que todo mundo la cuenta como cierta, no explican cómo se logra coordinar la impresionante logística económica, científica, ética y técnica que esta cirugía requiere.
- Un ejecutivo en busca de programa y diversión, se deja seducir por una hermosa chica en una de las discotecas de la ciudad. Luego de bailar, se van bastante ebrios para un motel. Allí, luego de una agitada noche de pasión y licor, el fulano despierta con severa resaca y descubre que su fugaz conquista ya no está. Asustado, busca su billetera pensando que fue víctima de un robo, pero no, todo su dinero está intacto. Cuando va al baño empieza su infierno; en el espejo, pintado con lápiz labial, está escrita la sentencia fatídica: “Bienvenido al mundo del SIDA”.
- Hablando de moteles, hay quien jura que allí, a través de cámaras secretas filman a las parejas. Luego editan las películas, escogen las más fogosas o las más ardientes, o las mejor dotadas y las publican en videos que se venden en Venezuela, en Panamá o en Estados Unidos. Mucha gente jura haber reconocido a alguien cercano. Por ejemplo la pareja de veteranos que en un hotel de Italia descubre a la propia hija o la recién casada en luna de miel que al poner el canal de cine erótico aparece en una escena fogosa con el compañero de oficina de su esposo, y varias combinaciones más.
- Es muy común la leyenda del par de amantes que murieron accidentalmente en un motel, bien sea por la combinación de cocaína más alcohol en cantidades tóxicas luego de una jornada de desenfreno o por la aspiración de humos de dióxido de Carbono que sale por el tubo de un carro que queda encendido dentro de una habitación cerrada. Es tan frecuente que en el motel de moda se describa que una pareja se muere porque llegaron tan borrachos que al bajarse del carro lo dejaron encendido y los gases les fueron haciendo perder lentamente la conciencia, como el de la esposa del mafioso que tenía un romance con el chofer de su esposo. Al saber que el cornudo y ofendido traficante había puesto precio a la cabeza de ambos por saberse engañado, se dan cuenta que todo está perdido y que no tienen opción: saben que se pueden dar por eliminados, y si los pescan, sin ninguna consideración en medio de las más terribles torturas. Entonces deciden una romántica muerte juntos, con pétalos de rosa en la cama, bajo el manto de una música de vals y champaña en una dosis generosa que los va envolviendo en la ebriedad de una muerte dulce: en el garaje un carro prendido emite la dosis letal de gas que los llevará juntos al paraíso. La policía encontró dos cuerpos fundidos en un último abrazo de felicidad prohibida que trasciendió la muerte misma.
-Otra de casas de citas es el de la colegiala de clase alta cuya madre fue informada que varias veces había faltado al colegio. Extrañado su padre que siempre la transportaba, un día decidió espiarla. Luego de dejarla en la puerta del plantel, fingió despedirse. A los 15 minutos, la chica salió apurada, fue recogida por un lujoso carro y llegaron a una casa del barrio El Poblado. Extrañado, el papá le preguntó a un vendedor ambulante quien le dijo que allí funcionaba un putiadero de lujo. Desesperado, tocó la puerta, lo atendieron, le ofrecieron un catálogo especializado en quinceañeras, lo vio, reconoció a si hija en una poco virginal actitud, la escogió diciendo que quería estar con la sardina; ella lo esperaba en el cuarto. Una vez subió, se encerró y después del gran susto de la niña, le disparó y luego se suicidó.
- También se cuenta la historia de un médico que practicaba abortos y que a falta de un quirófano o un consultorio discreto, se llevaba las pacientes para moteles, fingiendo que eran pareja; así no tenía testigos y realizaba tranquilo sus procedimientos clandestinos. Un día una chica hizo una fatal reacción a la anestesia y se murió en el habitación. Ríanse de las peripecias del galeno para deshacerse del cadáver. Unos cuentan que lo tiró al río Medellín, otros que lo llevó a un centro de salud y allí lo dejó, otros dicen que con un amigo influyente lo regaló a la morgue de una facultad de medicina.
- Otro fue el médico de urgencias de una prestigiosa clínica de clase alta de la ciudad que se negó a atender a un paciente herido porque no tenía dinero para pagar la consulta diciendo “ si no tiene plata, que se vaya a caridad del San Vicente”. En el trayecto del traslado, el paciente murió y luego se supo que resultó ser hijo del médico en mención, quien enloqueció de remordimiento y pena moral y terminó en las calles convertido en un indigente. Otros dicen que se suicidó, otros que se fue de monje.
- Unas niñas de clase alta fueron invitadas a una rumba donde les dieron licor y escopolamina , luego fueron violadas y amenazadas de muerte si contaban a alguien lo sucedido. Una no se aguantó y le confesó a su padre lo que realmente pasó. Este fraguó un plan. Se hizo amigo de uno de ellos y con paciencia a través de un grupo juvenil fue ganándose la confianza de todos. Cuando la tuvo, organizó una reunión donde repartió generosamente licor y somníferos. Cuando los muchachos despertaron descubrieron que a todos los implicados les había cortado el pene…Esta la cuentan hasta con un ex presidente de la república o su hermano, en fin, con un personaje hijo de una familia prestante.
- Otra venganza famosa que cuentan con diferentes protagonistas es la de la esposa de un supuesto narcotraficante que le echó pegamento en el pelo de una modelito que estaba saliendo con su marido. La relatan con diferentes nombres , con todos los centros comerciales de la ciudad como escenario y aparentemente medio Medellín fue testigo de la mechoniada.
- De narcotraficantes también recordamos que cuando Pablo Escobar estaba preso, era leyenda que salía de la cárcel a su antojo y muchas personas juran que lo vieron en tal discoteca donde cerró las puertas y le pagó a todo mundo la cuenta, en tal fiesta, manejando taxi por Envigado, vendiendo chance en Sabaneta, en el estadio, por Palmas, etc. Aparentemente tenía el don de la ubicuidad, o la fantasía de nuestro pueblo es muy rica y vivaz.
-Una muy común, de aire picaresco, es la que cuenta la desaparición accidental, o más comúnmente por robo, de un cadáver de alguien allegado que se murió en la mitad de un paseo y las peripecias por traerlo de nuevo al sitio de origen, en medio de graves limitaciones económicas. Es así como hemos oído de la abuelita que se murió en la costa y el traslado costaba una fortuna, entonces decidieron meterla en un baúl, o en la caja de un televisor enorme, o envuelta en una alfombra. Lo gracioso es que en la mitad del camino, generalmente durante una parada para almorzar o para ir al baño, no falta quién se la robe, creyendo que es una mercancía y no un fiambre camuflado. Oh problema descubrir que se robaron la abuelita y tratar de imaginar la cara de sorpresa de los malandrines al destapar el supuesto botín. Otros pintan la anécdota como que montaron al muertico en un taxi, sentado entre dos como si estuviera borracho o dormido. Siempre hay algún reten o una varada en mitad de trayecto o un derrumbe y una patrulla rondando.
- Hablando de personajes encubiertos o con doble vida, todos conocemos alguna historia de un mendigo que cuando murió resultó ser un multimillonario, o de la célebre “Piragua”, una graciosa y vulgar loquita del centro cuya diversión favorita era agarrarle los genitales a los hombres que se atravesaban a su paso mientras emitía una sonora carcajada de bruja. Dice la leyenda que este personaje tenía dos hijas profesionales que estudiaron en el exterior en medio del lujo y la comodidad.
- Otra muy mentada era la esposa de un alcalde de Medellín con una agitada vida nocturna, que en medio de la euforia de sus noches de bohemia solitaria y supuestamente de incógnito mantenía relaciones sexuales en las discotecas con jovencitos recién conocidos. Muchos aseguran haber recibido los favores de tan generosa y agraciada dama. Otros dicen que acompañaba los operativos de allanamiento a los narcos de la época y aprovechaba para tomar sin permiso joyas y tesoros de gran valor. Incluso dicen que por esto, llegó a ser amenazada de muerte.
- Una de las más populares y difundidas es la del diablo en Mango´s. Las crónicas la relatan así: "Una noche de Semana Santa de 2005, se hizo una fiesta en la discoteca Mangos´s, la más famosa de las nuevas, por entonces toda una novedad en la ciudad; en un momento determinado de la noche, entró al lugar un joven, que atraía las miradas de todas las jovencitas que se encontraban en el lugar; era alto ,muy bien vestido, con unos ojos algo extraños pero encantadores…Tomó una mesa y al rato sacó a una joven a bailar. Todo en él era elegancia y exquisitez...Cuando estaban en la pista, él le advirtió al oído: "no me vayas a mirar a los pies".
¡Claro!, la curiosidad mata, ella no aguantó la tentación y fue lo primero que hizo. Su sorpresa fue grande cuando en lugar de pies le vio unas pezuñas como de macho cabrío. De inmediato se regó un olor a azufre, la chica cayó desmayada y el supuesto galán ya había desaparecido del lugar, se perdió en una nube de humo.
-Era el Diablo que les quiso dar una lección-, decían los comentarios de la gente. Y el rumor se hizo mito...
La muchacha cayó en un terrible estado de coma, y sus padres ordenaron revisar las cámaras del lugar para identificar al hombre que todos creían que era el culpable de su estado, pero para sorpresa de todos, en el video de seguridad se veía claramente que la jovencita se movía sola por toda la pista de baile, el hombre no se reflejaba en la grabación. Para confirmar esta escalofriante historia en el baño del establecimiento en uno de los espejos decía:
“Viernes Santo, muerte de Cristo, Viernes Santo yo revivo y riego sangre y temor entre los humanos”…
La discoteca estuvo varios días impregnada con un olor a azufre y la joven murió después de un tiempo con unas marcas de quemaduras en la espalda…en las cuales se creía identificar un 666 y varias cruces al revés."
Esta Leyenda hizo carrera e Internet contribuyó a difundirla con Medellín como sede. De todas maneras es universal y la cuentan en muchas otras ciudades.
- Aseguran los conocedores de la vida social que durante el mandato de un presidente de la república, éste se enamoró perdidamente de un famoso gay de la ciudad, probablemente el marica más carismático y popular de la región, famoso por su pinta, gracia y extroversión. Con malicia se presentaba como “El primer damo de la nación” y su romance trascendió los chismes de la época, así como las rumbas y las expresiones de pasión del uno por el otro. Ya viejo, terminada la relación pero no su afición por la juerga y la francachela de alto nivel, recuperó su prestigio y vigencia social al organizarle las más grandes fiestas y bacanales al presidente de turno, uno de los sibaritas y rumberos más reconocidos que recuerde este país del sagrado corazón. Eran de antología sus fiestas a lo romano, sus bailes de disfraces y su colección de mozuelos y jovencitas ávidos de diversión para disfrute de tan encopetados personajes. Mucha gente asegura haber estado en tales reuniones o conocer a quien lo hizo.
- La historia de la chica que el día de su cumpleaños pelea con el novio. En un centro comercial se encuentra con un exnovio, se toma unos buenos tragos y decide invitarlo para la casa a terminar la velada, aprovechando que sus padres están supuestamente en la finca; al cabo de un rato de estar demostrándose apasionadamente sus afectos reprimidos y cuando están completamente desnudos, se encienden las luces y una muchedumbre grita: ¡Sorpresa, Feliz cumpleaños!, entre ellos el atónito y engañado novio quien con los padres de la casquivana habían decidido celebrarle a escondidas el onomástico, fingiendo la discusión y la ida para la finca, convencidos que ella regresaría sola a la casa. Los sorprendidos ciertamente fueron todos. A uno se la cuentan con asesinatos o suicidios de por medio, con traslados de la ciudad o al exterior luego de la vergüenza, con confinamientos en conventos y toda suerte de finales escabrosos. Muchos juran haber sido testigos o conocer a los protagonistas.
- A finales de los años 80´s, en uno de los múltiples enfrentamientos de los estudiantes de la Universidad de Antioquia contra el ejercito, hubo un hecho especialmente grave: al parecer una monja fue asesinada cuando el carro en el que iba, supuestamente fue incendiado por los revoltosos, que les tiraron una granada,o una bomba Molotov o una papa explosiva. Varios sindicados capturados y condenados purgaron varios años de prisión. La sabiduría popular dice otra cosa: Nunca hubo tal monja, fue un montaje del estado para tener positivos y desprestigiar el movimiento estudiantil. Dicen que los culpables fueron apresados en unas cuadras cercanas pero no estaban participando de la revuelta. Fueron arrastrados hasta el carro y tiznados con sus cenizas, dejando huellas por todas partes. Al parecer nunca hubo certificado de autopsia y no fue posible ubicar a la religiosa en ninguna comunidad. Los periodistas no pudieron dar con el paradero de sus familiares para indagar por su historia. El tiempo ha diluido esta anécdota y al parecer pertenece más a los capítulos de la infamia y la guerra sucia, que a las crónicas del movimiento estudiantil. La leyenda urbana se apoderó de ella y hoy no se sabe con certeza qué fue verdad y qué fue mentira.
Muchas otras leyendas han hecho carrera:
- El recién nacido malformado que antes de morir anuncia de su propia voz el fin del mundo para tal fecha en medio de terribles catástrofes.
- El pollo de origen norteamericano alimentado con hormonas y que dejaba estériles a las personas como estrategia del imperialismo para el control de la natalidad en los países subdesarrollados.
- Con los muertos famosos, siempre hay mucha especulación. De Carlos Gardel siempre se dijo que no había muerto, sino que había aprovechado el accidente para huir de la fama que ya lo tenía hastiado. Muchos aseguran haberlo visto viviendo en Guarne o Marinilla, unos decían que con la cara desfigurada por las quemaduras, otros decían que era ermitaño, o monje o pordiosero. Debe tener más o menos ciento veinte años y se mantiene muy conservado. De personajes al margen de la ley como Pablo Escobar, Daniel Mejía y Carlos Castaño, también se dijeron cosas parecidas, insistiendo en nuevas identidades, cirugías plásticas, refugio en el exterior. Alguien creyó reconocerlos por el brillo de los ojos y la profundidad de la mirada.
- Los clonadores de teléfonos que le piden a la víctima que marque tal o cual número para hacer llamadas a larga distancia a costos abismales y endosándoles la cuenta.
- Los repartidores de Atinkar, sustancia que supuestamente excita a las mujeres, les provoca un deseo sexual irrefrenable que hace que inmediatamente tengan relaciones con el primer hombre que encuentra a su lado.
-La picadura de “La Machaca”, insecto que hace un efecto similar al anterior y que provoca la muerte de la víctima si no se desfoga sexualmente antes de doce horas.
-Las cadenas de felicidad, o “El Avión”, o “La pirámide” que prometen aluviones de dinero a los incautos que invierten en ellas y sólo enriquecen rápidamente a los primeros que las echan a rodar.
-La historia de una hermosa mujer que muchos taxistas recogen en la portería de tal cementerio, rumbea con el conductor, lo seduce, y deja olvidada la chaqueta en el carro. Al otro día el chofer le lleva la prenda a la casa donde la dejó y la madre de aquella, en medio del asombro y las lágrimas, le cuenta que su hija fue asesinada a puñaladas por un taxista hace 5 años.
- El niño que jugando en una piscina de pelotas de un centro comercial es picado por una culebra. Luego de eso fallece, y se siembra el terror entre las madres. Esta también la cuentan con una señora escogiendo verduras en un supermercado.
- El tipo al que le roban de su carro el maletín ejecutivo con muchos papeles importantes; esto le ocasiona la quiebra económica por lo cual decide vengarse poniendo todos los días una caja de pasteles dulces envenenados en el auto como carnada en el mismo sitio donde le hicieron el primer robo. Le llegaron a robar hasta diez cajas de pasteles con cianuro.
- El sádico de los buses que chuza a las muchachas bonitas con agujas infectadas de SIDA, o les corta las nalgas o los senos con una navaja, en retaliación por una pena de amor.
- Los animales muertos con número marcados en su pellejo, ideales para jugar al chance, y que luego se descubrió que no eran más que una gran estafa hábilmente orquestada.
En fin, la lista es interminable. Hay tantas leyendas urbanas como ciudades existen y no hay límites a los rumores que como bola de nieva circulan en una ciudad y que al final terminan como ciertos de tanto recrearlos en el imaginario colectivo de una sociedad que no mide los alcances de su imaginación y que necesita del chisme como herramienta fundamental de comunicación.
Siempre me ha fascinado la tradición oral de las ciudades. Me ha llamado poderosamente la atención el poder de convocatoria que tienen las leyendas urbanas. Es increíble su capacidad de replicación y cómo circulan a la velocidad del sonido de boca en boca sometiéndose en este proceso a sutiles deformaciones que las distorsionan, las masifican y les confieren el carácter de verdad pública, de hecho cierto sin atenuantes ni discusión.
Por eso cada cual las siente como suyas, las expresa como una anécdota personal, siempre el referente es un familiar cercano, el primo, el hermano del mejor amigo, alguien que no ofrece dudas, protagonista sin reparos de la historia, lo que supuestamente le da credibilidad al relato y hace imposible cualquier duda o desconfianza en él. Pero en último término nadie conoce a alguien de carne y hueso que haya vivido lo narrado, nunca hay testigos de primera mano, no hay quien de verdad desmienta o confirme la situación sin lugar a cuestionamientos.
Estas historias se las cuentan a uno en todas partes, en todos los estratos, en todos los barrios, siempre partiendo del supuesto de que a pesar de lo increíble es absolutamente cierto lo que relatan, siempre con el aire de verdad incontrovertible, con cierto dramatismo y con testigos volátiles e inconfrontables. Recordemos algunas:
- Supuestamente secuestraron a un profesor en una pesca milagrosa. En el campamento guerillero reconoció a un compañero de bachillerato que llevaba 20 años en el monte. Conversaron mucho, desempolvaron recuerdos y afectos y finalmente el subversivo decidió que le iba ayudar a fugarse. En confidencia le pidió el favor de localizar a sus padres para advertirles que se fueran de Medellín en tal fecha (depende de la época, se la cuentan a uno con diciembre, semana santa, el 20 de Julio, el 7 de Agosto) porque iban a realizar una toma guerrillera masiva a sangre y fuego de la ciudad, por todas las goteras, bloqueando las entradas y las salidas, probablemente ocasionando miles de muertos y destrucción a granel. Finalmente el profesor (o el ingeniero o el médico) logra escapar y advertir oportunamente a unos cuantos elegidos.
- Otro de secuestrados es el de un rico señor que después de seis meses de cautiverio es liberado luego de pagar el rescate. Cuando logra volver a salir de su casa, su esposa lo convence de ir a un gran almacén de cadena a mercar y cuál no sería su sorpresa cuando en una de las cajas descubre a uno de los guerrilleros que lo custodiaba en el monte. Asustado, corre donde el gerente del hipermercado, le cuenta la historia, pero éste le dice que sí, que es cierto, pero que no puede hacer nada pues es la cuota de vacuna que deben pagar para que no les incendien el almacén o no les secuestren ejecutivos: dejar infiltrar informantes para detectar personas de buenos recursos económicos y aplicarles seguimiento.
-Otro personaje fue secuestrado y aparentemente le aplicaron escopolamina. A los tres días apareció en Policlínica, todavía obnubilado, con una gran cicatriz quirúrgica debajo de las costillas: lo habían retenido para robarle un riñón, posiblemente para un transplante. Por supuesto, a pesar de que todo mundo la cuenta como cierta, no explican cómo se logra coordinar la impresionante logística económica, científica, ética y técnica que esta cirugía requiere.
- Un ejecutivo en busca de programa y diversión, se deja seducir por una hermosa chica en una de las discotecas de la ciudad. Luego de bailar, se van bastante ebrios para un motel. Allí, luego de una agitada noche de pasión y licor, el fulano despierta con severa resaca y descubre que su fugaz conquista ya no está. Asustado, busca su billetera pensando que fue víctima de un robo, pero no, todo su dinero está intacto. Cuando va al baño empieza su infierno; en el espejo, pintado con lápiz labial, está escrita la sentencia fatídica: “Bienvenido al mundo del SIDA”.
- Hablando de moteles, hay quien jura que allí, a través de cámaras secretas filman a las parejas. Luego editan las películas, escogen las más fogosas o las más ardientes, o las mejor dotadas y las publican en videos que se venden en Venezuela, en Panamá o en Estados Unidos. Mucha gente jura haber reconocido a alguien cercano. Por ejemplo la pareja de veteranos que en un hotel de Italia descubre a la propia hija o la recién casada en luna de miel que al poner el canal de cine erótico aparece en una escena fogosa con el compañero de oficina de su esposo, y varias combinaciones más.
- Es muy común la leyenda del par de amantes que murieron accidentalmente en un motel, bien sea por la combinación de cocaína más alcohol en cantidades tóxicas luego de una jornada de desenfreno o por la aspiración de humos de dióxido de Carbono que sale por el tubo de un carro que queda encendido dentro de una habitación cerrada. Es tan frecuente que en el motel de moda se describa que una pareja se muere porque llegaron tan borrachos que al bajarse del carro lo dejaron encendido y los gases les fueron haciendo perder lentamente la conciencia, como el de la esposa del mafioso que tenía un romance con el chofer de su esposo. Al saber que el cornudo y ofendido traficante había puesto precio a la cabeza de ambos por saberse engañado, se dan cuenta que todo está perdido y que no tienen opción: saben que se pueden dar por eliminados, y si los pescan, sin ninguna consideración en medio de las más terribles torturas. Entonces deciden una romántica muerte juntos, con pétalos de rosa en la cama, bajo el manto de una música de vals y champaña en una dosis generosa que los va envolviendo en la ebriedad de una muerte dulce: en el garaje un carro prendido emite la dosis letal de gas que los llevará juntos al paraíso. La policía encontró dos cuerpos fundidos en un último abrazo de felicidad prohibida que trasciendió la muerte misma.
-Otra de casas de citas es el de la colegiala de clase alta cuya madre fue informada que varias veces había faltado al colegio. Extrañado su padre que siempre la transportaba, un día decidió espiarla. Luego de dejarla en la puerta del plantel, fingió despedirse. A los 15 minutos, la chica salió apurada, fue recogida por un lujoso carro y llegaron a una casa del barrio El Poblado. Extrañado, el papá le preguntó a un vendedor ambulante quien le dijo que allí funcionaba un putiadero de lujo. Desesperado, tocó la puerta, lo atendieron, le ofrecieron un catálogo especializado en quinceañeras, lo vio, reconoció a si hija en una poco virginal actitud, la escogió diciendo que quería estar con la sardina; ella lo esperaba en el cuarto. Una vez subió, se encerró y después del gran susto de la niña, le disparó y luego se suicidó.
- También se cuenta la historia de un médico que practicaba abortos y que a falta de un quirófano o un consultorio discreto, se llevaba las pacientes para moteles, fingiendo que eran pareja; así no tenía testigos y realizaba tranquilo sus procedimientos clandestinos. Un día una chica hizo una fatal reacción a la anestesia y se murió en el habitación. Ríanse de las peripecias del galeno para deshacerse del cadáver. Unos cuentan que lo tiró al río Medellín, otros que lo llevó a un centro de salud y allí lo dejó, otros dicen que con un amigo influyente lo regaló a la morgue de una facultad de medicina.
- Otro fue el médico de urgencias de una prestigiosa clínica de clase alta de la ciudad que se negó a atender a un paciente herido porque no tenía dinero para pagar la consulta diciendo “ si no tiene plata, que se vaya a caridad del San Vicente”. En el trayecto del traslado, el paciente murió y luego se supo que resultó ser hijo del médico en mención, quien enloqueció de remordimiento y pena moral y terminó en las calles convertido en un indigente. Otros dicen que se suicidó, otros que se fue de monje.
- Unas niñas de clase alta fueron invitadas a una rumba donde les dieron licor y escopolamina , luego fueron violadas y amenazadas de muerte si contaban a alguien lo sucedido. Una no se aguantó y le confesó a su padre lo que realmente pasó. Este fraguó un plan. Se hizo amigo de uno de ellos y con paciencia a través de un grupo juvenil fue ganándose la confianza de todos. Cuando la tuvo, organizó una reunión donde repartió generosamente licor y somníferos. Cuando los muchachos despertaron descubrieron que a todos los implicados les había cortado el pene…Esta la cuentan hasta con un ex presidente de la república o su hermano, en fin, con un personaje hijo de una familia prestante.
- Otra venganza famosa que cuentan con diferentes protagonistas es la de la esposa de un supuesto narcotraficante que le echó pegamento en el pelo de una modelito que estaba saliendo con su marido. La relatan con diferentes nombres , con todos los centros comerciales de la ciudad como escenario y aparentemente medio Medellín fue testigo de la mechoniada.
- De narcotraficantes también recordamos que cuando Pablo Escobar estaba preso, era leyenda que salía de la cárcel a su antojo y muchas personas juran que lo vieron en tal discoteca donde cerró las puertas y le pagó a todo mundo la cuenta, en tal fiesta, manejando taxi por Envigado, vendiendo chance en Sabaneta, en el estadio, por Palmas, etc. Aparentemente tenía el don de la ubicuidad, o la fantasía de nuestro pueblo es muy rica y vivaz.
-Una muy común, de aire picaresco, es la que cuenta la desaparición accidental, o más comúnmente por robo, de un cadáver de alguien allegado que se murió en la mitad de un paseo y las peripecias por traerlo de nuevo al sitio de origen, en medio de graves limitaciones económicas. Es así como hemos oído de la abuelita que se murió en la costa y el traslado costaba una fortuna, entonces decidieron meterla en un baúl, o en la caja de un televisor enorme, o envuelta en una alfombra. Lo gracioso es que en la mitad del camino, generalmente durante una parada para almorzar o para ir al baño, no falta quién se la robe, creyendo que es una mercancía y no un fiambre camuflado. Oh problema descubrir que se robaron la abuelita y tratar de imaginar la cara de sorpresa de los malandrines al destapar el supuesto botín. Otros pintan la anécdota como que montaron al muertico en un taxi, sentado entre dos como si estuviera borracho o dormido. Siempre hay algún reten o una varada en mitad de trayecto o un derrumbe y una patrulla rondando.
- Hablando de personajes encubiertos o con doble vida, todos conocemos alguna historia de un mendigo que cuando murió resultó ser un multimillonario, o de la célebre “Piragua”, una graciosa y vulgar loquita del centro cuya diversión favorita era agarrarle los genitales a los hombres que se atravesaban a su paso mientras emitía una sonora carcajada de bruja. Dice la leyenda que este personaje tenía dos hijas profesionales que estudiaron en el exterior en medio del lujo y la comodidad.
- Otra muy mentada era la esposa de un alcalde de Medellín con una agitada vida nocturna, que en medio de la euforia de sus noches de bohemia solitaria y supuestamente de incógnito mantenía relaciones sexuales en las discotecas con jovencitos recién conocidos. Muchos aseguran haber recibido los favores de tan generosa y agraciada dama. Otros dicen que acompañaba los operativos de allanamiento a los narcos de la época y aprovechaba para tomar sin permiso joyas y tesoros de gran valor. Incluso dicen que por esto, llegó a ser amenazada de muerte.
- Una de las más populares y difundidas es la del diablo en Mango´s. Las crónicas la relatan así: "Una noche de Semana Santa de 2005, se hizo una fiesta en la discoteca Mangos´s, la más famosa de las nuevas, por entonces toda una novedad en la ciudad; en un momento determinado de la noche, entró al lugar un joven, que atraía las miradas de todas las jovencitas que se encontraban en el lugar; era alto ,muy bien vestido, con unos ojos algo extraños pero encantadores…Tomó una mesa y al rato sacó a una joven a bailar. Todo en él era elegancia y exquisitez...Cuando estaban en la pista, él le advirtió al oído: "no me vayas a mirar a los pies".
Esta Leyenda hizo carrera e Internet contribuyó a difundirla con Medellín como sede. De todas maneras es universal y la cuentan en muchas otras ciudades.
- Una de las más populares y difundidas es la del diablo en Mango´s. Las crónicas la relatan así: "Una noche de Semana Santa de 2005, se hizo una fiesta en la discoteca Mangos´s, la más famosa de las nuevas, por entonces toda una novedad en la ciudad; en un momento determinado de la noche, entró al lugar un joven, que atraía las miradas de todas las jovencitas que se encontraban en el lugar; era alto ,muy bien vestido, con unos ojos algo extraños pero encantadores…Tomó una mesa y al rato sacó a una joven a bailar. Todo en él era elegancia y exquisitez...Cuando estaban en la pista, él le advirtió al oído: "no me vayas a mirar a los pies".
¡Claro!, la curiosidad mata, ella no aguantó la tentación y fue lo primero que hizo. Su sorpresa fue grande cuando en lugar de pies le vio unas pezuñas como de macho cabrío. De inmediato se regó un olor a azufre, la chica cayó desmayada y el supuesto galán ya había desaparecido del lugar, se perdió en una nube de humo.
-Era el Diablo que les quiso dar una lección-, decían los comentarios de la gente. Y el rumor se hizo mito...
La muchacha cayó en un terrible estado de coma, y sus padres ordenaron revisar las cámaras del lugar para identificar al hombre que todos creían que era el culpable de su estado, pero para sorpresa de todos, en el video de seguridad se veía claramente que la jovencita se movía sola por toda la pista de baile, el hombre no se reflejaba en la grabación. Para confirmar esta escalofriante historia en el baño del establecimiento en uno de los espejos decía:
“Viernes Santo, muerte de Cristo, Viernes Santo yo revivo y riego sangre y temor entre los humanos”…
La discoteca estuvo varios días impregnada con un olor a azufre y la joven murió después de un tiempo con unas marcas de quemaduras en la espalda…en las cuales se creía identificar un 666 y varias cruces al revés."
- Aseguran los conocedores de la vida social que durante el mandato de un presidente de la república, éste se enamoró perdidamente de un famoso gay de la ciudad, probablemente el marica más carismático y popular de la región, famoso por su pinta, gracia y extroversión. Con malicia se presentaba como “El primer damo de la nación” y su romance trascendió los chismes de la época, así como las rumbas y las expresiones de pasión del uno por el otro. Ya viejo, terminada la relación pero no su afición por la juerga y la francachela de alto nivel, recuperó su prestigio y vigencia social al organizarle las más grandes fiestas y bacanales al presidente de turno, uno de los sibaritas y rumberos más reconocidos que recuerde este país del sagrado corazón. Eran de antología sus fiestas a lo romano, sus bailes de disfraces y su colección de mozuelos y jovencitas ávidos de diversión para disfrute de tan encopetados personajes. Mucha gente asegura haber estado en tales reuniones o conocer a quien lo hizo.
- La historia de la chica que el día de su cumpleaños pelea con el novio. En un centro comercial se encuentra con un exnovio, se toma unos buenos tragos y decide invitarlo para la casa a terminar la velada, aprovechando que sus padres están supuestamente en la finca; al cabo de un rato de estar demostrándose apasionadamente sus afectos reprimidos y cuando están completamente desnudos, se encienden las luces y una muchedumbre grita: ¡Sorpresa, Feliz cumpleaños!, entre ellos el atónito y engañado novio quien con los padres de la casquivana habían decidido celebrarle a escondidas el onomástico, fingiendo la discusión y la ida para la finca, convencidos que ella regresaría sola a la casa. Los sorprendidos ciertamente fueron todos. A uno se la cuentan con asesinatos o suicidios de por medio, con traslados de la ciudad o al exterior luego de la vergüenza, con confinamientos en conventos y toda suerte de finales escabrosos. Muchos juran haber sido testigos o conocer a los protagonistas.
- A finales de los años 80´s, en uno de los múltiples enfrentamientos de los estudiantes de la Universidad de Antioquia contra el ejercito, hubo un hecho especialmente grave: al parecer una monja fue asesinada cuando el carro en el que iba, supuestamente fue incendiado por los revoltosos, que les tiraron una granada,o una bomba Molotov o una papa explosiva. Varios sindicados capturados y condenados purgaron varios años de prisión. La sabiduría popular dice otra cosa: Nunca hubo tal monja, fue un montaje del estado para tener positivos y desprestigiar el movimiento estudiantil. Dicen que los culpables fueron apresados en unas cuadras cercanas pero no estaban participando de la revuelta. Fueron arrastrados hasta el carro y tiznados con sus cenizas, dejando huellas por todas partes. Al parecer nunca hubo certificado de autopsia y no fue posible ubicar a la religiosa en ninguna comunidad. Los periodistas no pudieron dar con el paradero de sus familiares para indagar por su historia. El tiempo ha diluido esta anécdota y al parecer pertenece más a los capítulos de la infamia y la guerra sucia, que a las crónicas del movimiento estudiantil. La leyenda urbana se apoderó de ella y hoy no se sabe con certeza qué fue verdad y qué fue mentira.
- A finales de los años 80´s, en uno de los múltiples enfrentamientos de los estudiantes de la Universidad de Antioquia contra el ejercito, hubo un hecho especialmente grave: al parecer una monja fue asesinada cuando el carro en el que iba, supuestamente fue incendiado por los revoltosos, que les tiraron una granada,o una bomba Molotov o una papa explosiva. Varios sindicados capturados y condenados purgaron varios años de prisión. La sabiduría popular dice otra cosa: Nunca hubo tal monja, fue un montaje del estado para tener positivos y desprestigiar el movimiento estudiantil. Dicen que los culpables fueron apresados en unas cuadras cercanas pero no estaban participando de la revuelta. Fueron arrastrados hasta el carro y tiznados con sus cenizas, dejando huellas por todas partes. Al parecer nunca hubo certificado de autopsia y no fue posible ubicar a la religiosa en ninguna comunidad. Los periodistas no pudieron dar con el paradero de sus familiares para indagar por su historia. El tiempo ha diluido esta anécdota y al parecer pertenece más a los capítulos de la infamia y la guerra sucia, que a las crónicas del movimiento estudiantil. La leyenda urbana se apoderó de ella y hoy no se sabe con certeza qué fue verdad y qué fue mentira.
Muchas otras leyendas han hecho carrera:
- El recién nacido malformado que antes de morir anuncia de su propia voz el fin del mundo para tal fecha en medio de terribles catástrofes.
- El pollo de origen norteamericano alimentado con hormonas y que dejaba estériles a las personas como estrategia del imperialismo para el control de la natalidad en los países subdesarrollados.
- Con los muertos famosos, siempre hay mucha especulación. De Carlos Gardel siempre se dijo que no había muerto, sino que había aprovechado el accidente para huir de la fama que ya lo tenía hastiado. Muchos aseguran haberlo visto viviendo en Guarne o Marinilla, unos decían que con la cara desfigurada por las quemaduras, otros decían que era ermitaño, o monje o pordiosero. Debe tener más o menos ciento veinte años y se mantiene muy conservado. De personajes al margen de la ley como Pablo Escobar, Daniel Mejía y Carlos Castaño, también se dijeron cosas parecidas, insistiendo en nuevas identidades, cirugías plásticas, refugio en el exterior. Alguien creyó reconocerlos por el brillo de los ojos y la profundidad de la mirada.
- Con los muertos famosos, siempre hay mucha especulación. De Carlos Gardel siempre se dijo que no había muerto, sino que había aprovechado el accidente para huir de la fama que ya lo tenía hastiado. Muchos aseguran haberlo visto viviendo en Guarne o Marinilla, unos decían que con la cara desfigurada por las quemaduras, otros decían que era ermitaño, o monje o pordiosero. Debe tener más o menos ciento veinte años y se mantiene muy conservado. De personajes al margen de la ley como Pablo Escobar, Daniel Mejía y Carlos Castaño, también se dijeron cosas parecidas, insistiendo en nuevas identidades, cirugías plásticas, refugio en el exterior. Alguien creyó reconocerlos por el brillo de los ojos y la profundidad de la mirada.
- Los clonadores de teléfonos que le piden a la víctima que marque tal o cual número para hacer llamadas a larga distancia a costos abismales y endosándoles la cuenta.
- Los repartidores de Atinkar, sustancia que supuestamente excita a las mujeres, les provoca un deseo sexual irrefrenable que hace que inmediatamente tengan relaciones con el primer hombre que encuentra a su lado.
-La picadura de “La Machaca”, insecto que hace un efecto similar al anterior y que provoca la muerte de la víctima si no se desfoga sexualmente antes de doce horas.
-Las cadenas de felicidad, o “El Avión”, o “La pirámide” que prometen aluviones de dinero a los incautos que invierten en ellas y sólo enriquecen rápidamente a los primeros que las echan a rodar.
-La historia de una hermosa mujer que muchos taxistas recogen en la portería de tal cementerio, rumbea con el conductor, lo seduce, y deja olvidada la chaqueta en el carro. Al otro día el chofer le lleva la prenda a la casa donde la dejó y la madre de aquella, en medio del asombro y las lágrimas, le cuenta que su hija fue asesinada a puñaladas por un taxista hace 5 años.
- El niño que jugando en una piscina de pelotas de un centro comercial es picado por una culebra. Luego de eso fallece, y se siembra el terror entre las madres. Esta también la cuentan con una señora escogiendo verduras en un supermercado.
- El tipo al que le roban de su carro el maletín ejecutivo con muchos papeles importantes; esto le ocasiona la quiebra económica por lo cual decide vengarse poniendo todos los días una caja de pasteles dulces envenenados en el auto como carnada en el mismo sitio donde le hicieron el primer robo. Le llegaron a robar hasta diez cajas de pasteles con cianuro.
- El sádico de los buses que chuza a las muchachas bonitas con agujas infectadas de SIDA, o les corta las nalgas o los senos con una navaja, en retaliación por una pena de amor.
- Los animales muertos con número marcados en su pellejo, ideales para jugar al chance, y que luego se descubrió que no eran más que una gran estafa hábilmente orquestada.
En fin, la lista es interminable. Hay tantas leyendas urbanas como ciudades existen y no hay límites a los rumores que como bola de nieva circulan en una ciudad y que al final terminan como ciertos de tanto recrearlos en el imaginario colectivo de una sociedad que no mide los alcances de su imaginación y que necesita del chisme como herramienta fundamental de comunicación.
IV. MEDELLIN: EL PARAISO DE LOS
DINOSAURIOS OLVIDADOS
En cuanto a lo
que se refiere a la música popular, Medellín ha sido considerado el paraíso de
los dinosaurios olvidados. No es gratuito. Si repasamos las crónicas de los
últimos cuarenta años, esta ciudad ha
acogido en forma maravillosa, entusiasta, rotunda a muchos artistas que ya
reposaban en los fríos cuarteles del
ostracismo, artríticos por la nostalgia de aplausos, anquilosados por falta de
reconocimiento y admiración.
Como los
elefantes viejos que presintiendo su muerte buscan los valles secretos de
África, donde después de una peregrinación solitaria se acuestan a esperar la
muerte dejando cementerios llenos de huesos y marfil, testigos de antiguas
fuerzas y lejanas batallas, muchos artistas vienen a Medellín en donde se
encuentran un público que aún los ama y que con generosidad reencauchan los
afectos de siempre, reeditando éxitos pretéritos, sacudiendo el pesado lastre
del anonimato que tanto duele en el ego.
Y es que el
fenómeno desatado por la muerte trágica de Carlos Gardel en la ciudad,
disparando por los siglos de los siglos una veneración que raya en la
idolatría, un ascenso inmediato al Olimpo de los dioses, un regodeo eterno con
la gloria perenne de los inmortales, hace que en el inconsciente colectivo se
fije la tradición de Medellín como elixir mágico contra la desmemoria. No en
vano, mucho más que en otras ciudades, han terminado su vida artistas como Pepe
Aguirre, Orlando Contreras, Edmundo Arias.
Y antes de
morirse, ya muy ancianos y en precarias condiciones de salud, vinieron y
cosecharon laureles Leo Marini, Daniel Santos, Alfredo Sadel, Lidia Mendoza,
Hugo Romani, José Alfredo Jiménez donde un público complaciente y amable los
vitoreó frenético y emocionado.
En los últimos
años se presenta una especie de reedición de los cantantes de los años sesenta
y setenta. Es común que un empresario junte para un mismo espectáculo a tres o
cuatro artistas que forma individual no convocarían a nadie y aprovechando las
cinco o seis canciones que a cada uno le dieron cierto reconocimiento y
recordación, logra elaborar un repertorio digno y garantizar un aforo del
teatro que recupere la inversión y divierta al público. Es por eso que
personajes que ya habíamos desterrado de la memoria, o que creíamos muertos o
confinados en un ancianato vienen más rejuvenecidos que nunca, embebecidos de
nuevos bríos y entusiasmos a refritar sus antiguos temas.
De ahí que nos
hayan visitado muchos baladistas en
representación del paleolítico inferior y lo sorprendente es que aún
diviertan a la masa y la emocionen, que asuman con dignidad la oportunidad para
saborear de nuevo un aplauso luego de muchos años de estar cesantes, sin
contratos, sin giras, sin temas y hasta sin voz. Este género conocido como “música
de peluquería” o música “romanteca” o música “para planchar”, tiene plena
acogida en nuestro medio, donde hay gran entusiasmo por estos temas cursis y de
dudoso buen gusto, que evocan amores dulzones, con ritmos pegajosos y letra
simples que permean rápidamente el oído de un sector muy grande de la
población.
No es exclusivo
de muchachas del servicio doméstico, ni de policías ni choferes de buses. En
realidad gustan en todos los estratos. Y tienen temas para todos los gustos.
Desde los virtuosos como Nino Bravo y Raphael hasta los limitados de voz como
Cacho Castaña o Juan Ramón. Desde los líricos con alto nivel poético como
Alberto Cortez o José Luis Perales, hasta los simples a más no poder como
Palito Ortega o Luis Aguilé. Desde los melosos como Julio Iglesias, ( recordado
como mister arequipe o señor melcocha) hasta los de voz ronca y carrasposa como
Alberto Bourbón o Rabito (conocido
cariñosamente y en confianza como “culito”. Desde los súper internacionales
dueños del jet set europeo y norteamericano como Julio Iglesias o Charles
Aznavour o hasta José luis Rodriguez “el Puma”, hasta los integrantes del
proletariado estelar criollo como Galy Galeano
(recordado como el rey de las guisas) o Raúl Santi, otro campeón súper favorito de
nuestras nunca bien ponderadas sirvientas, o la nunca bien ponderada Vicky, que
a toda hora parece convaleciente de una fiebre tifoidea.
También hay
temas de gran elaboración literaria y factura
poética impecable que se internacionalizan rápidamente y son versionados
por múltiples artistas y orquestas , hasta adefesios que solo invitan a la risa
y a la burla como esos que impusieron los argentinos cuando la mitad de la
canción transcurría hablando por teléfono luego de timbrar varias veces, o
ponían a niños a establecer diálogos lacrimosos con supuestos padres
irresponsables o en lo más lamentable del melodrama, ponían a sollozar a una
amante engañada desarrollando el más insoportable de los culebrones, con
llantos descompuestos y deglución llorosa de efusiones nasales.
Definitivamente
es un género de contrastes. Fluctúa sin reparos de lo brillante a lo mediocre,
de lo original a la burda copia, de altos vuelos líricos y creativos a
insufribles bodrios que generan lástima . Y
hay público para todos. Y siempre
hay quien los admire. Es por eso que en la misma emisora pasan de Juan Gabriel
o Miguel Bosé a Charlie Zaa. De Víctor Manuel a los Pasteles Verdes. De Emmanuel a los
Terrícolas. Y en fauna criolla recordemos a los íconos: Billy Pontoni, Oscar Golden, Claudia Ozuna,
Claudia de Colombia, Tiziano , etc.
Retomando el
tema del papel de Medellín como caja de resonancia de la nostalgia, recordemos
a los que han venido a dar con el fardo de sus fósiles a la ciudad. La lista es
enorme.
Superestrellas
como Camilo Sesto, auténtico ídolo de los años setenta, lleno de pergaminos y
de éxitos, vino en plena euforia de su vigencia realizando conciertos
inolvidables. Con los años trató de repetir su experiencia con resultados poco
menos que lamentables. En el último vino como parte integrante de un
multiconcierto de ancianos, uno más entre otros artistas. Ya no era la figura
central, sólo uno más. Y el resultado fue desastroso. Su privilegiada voz era
ya solo un mal remedo de sí mismo; su cuerpo ya cincuentón lucía anacrónico con
su estado actual, pues se negaba a reconocer el paso de los años, sobre todo en
él, reconocido como un adonis de belleza gallarda y varonil. Sin embargo, el público fue benigno, por no decir que
excesivamente tolerante y lo aplaudió de continuo en forma entusiasta, más como
homenaje y reconocimiento a su
carrera que a su presentación esa noche.
Es sobre todo cuando se oyen las grabaciones que uno siente vergüenza ajena al
oír sus aullidos ya carentes de sutileza y tesitura , volcados en unos gritos
histéricos más cercanos a la cacofonía que a la armonía.
En esa
presentación fue acompañado por otro par de venerables patriarcas: el
venezolano Rudy Marquez, conocido
cariñosamente como “carequeso”, “el absceso de la canción” o “la espinilla que
canta” pues el particular aspecto de su rostro
haría las delicias de un esteticista o
de un cirujano plástico, y de Leo
Dan, el argentino que hizo las delicias de nuestros bisabuelos con mil
canciones todas rítmicas, todas parecidas, simples a más no poder, pero llenas
de un sonsonete que las hacía pegajosas y
con éxito garantizado. El viejo Leo hizo su función con la misma voz de
siempre ( no hay riesgo que se le desgaste) obeso como un hipopótamo, casi
anciano, lo que hacía un gracioso contraste con sus temas tan livianos y
juveniles e irradiando la simpatía de siempre. El público, por supuesto, le dio
tratamiento de gran estrella y su ego se enmaletó una gran ovación que aún debe
estar añorando.
Otros que
circulan en este carrusel del recuerdo fueron el argentino Heleno, recordado
como “la rodilla que canta” o “Meleno”,
por su cabeza brillante como una bola de billar, quien a falta de una orquesta o una banda pues por
cuestiones de presupuesto no la puede pagar,
trae una pista grabada, sobre la cual, sin ningún rubor , recrea sus
antiquísimas canciones con la voz melosa y acaramelada de los viejos tiempos.
Otro argentino ya casi olvidado fue Elio Roca. También vino, cantó y venció. Su
voz de tenor permanece intacta y poderosa, en contraste con su imagen de postín
decadente, con tumulto de chicas contratadas incluido, las cuales al verlo,
gritaban, lo besaban, lo acosaban en tropel. Patético pero divertidísimo
deleitarse con este galán de pacotilla, quien no ha podido entender que estos
trucos generan más risa compasiva que admiración.
También vino el
español Manolo Galván, decrépito y macilento, más ronco que nunca, bebiendo en
el escenario, fumando sin pudor entre canción y canción, regañando al público
porque fue silbado cuando intentó a las malas cantar sus canciones nuevas
mientras el respetable le pedía a gritos los temas de hace treinta años. Cuando
se resignó y se concentró, estuvo a la altura de sus mejores días.
El argentino
Sabú se debió haber sentido en el cielo cuando salió casi en hombros de su presentación.
Tanto en físico como en vitalidad, energía y voz está intacto. El público así
lo reconoció y lo aplaudió a rabiar. Quedó un grato sabor con su espectáculo.
Lo mismo ocurrió con el español Juan
Erasmo Mochi, quien conserva una gran voz, un carisma a toda prueba, una
simpatía natural que conecta inmediatamente con la gente; salió aplaudido.
Para no extender
más el recuento, simplemente enunciamos a Manolo Otero, Emilio José, José Velez
, Victor Heredia , José José , Leonardo
Favio, Tormenta, Los Galos, Los
terrícolas, Los Iracundos que también con el sol a sus espaldas han sabido
venir a divertir a sus admiradores, ya viejos, ya baratos, ya un poquito en el
olvido por no decir en la decadencia.
En fin, hay
muchos artistas que han desfilado en el ocaso de sus años idos por nuestros
auditorios y los han llenado, recreando
glorias y desempolvando las nostalgias de su propia desmemoria y las de un
público que los necesita para sentirse un poco más joven, para negar en sí
mismo el cruel paso de los años y la evidencia de la pérdida de la juventud,
porque no tiene ídolos vigentes a quien
admirar, o son muy distantes o son tan
costosos que no vienen a nuestras ciudades de provincia, o en el cúlmen de su
carrera nos desprecian por pensar que no estamos a la altura de su condición .
Esperemos que
envejezcan y terminen arrastrados en el torbellino del olvido, del silencio,
del anonimato y aquí vendrán a dar, por unos cuantos dólares, ya sin poses de
grandes estrellas, con unas pretensiones mucho más modestas , llenos de kilos y de canas . Aquí los
aplaudiremos a rabiar, los haremos sentir más jóvenes y aún exitosos porque
ellos nos hicieron un poco más felices, nos acompañaron en el amor y en el
desamor, nos hicieron derramar lágrimas de cursilería y risas de encanto en un
tiempo en que todo era un poco menos duro.
V. UN RECIEN LLEGADO A LA CABALGATA DE LA
FERIA DE LAS FLORES
Hace alrededor
de un año, un buen amigo me convenció para integrarme con él y su grupo, todos
los jueves en la tarde, a la cabalgata que arrancaba de una caballeriza de
Sabaneta y recorría por algunas zonas rurales de este y otros municipios del
sur del Valle del Aburrá. Al principio lo hice por algo de curiosidad y
esnobismo y no sin cierto temor que asiste al que ha sido urbano a ultranza y
citadino desde la más tierna infancia. Se trataba de un grupo de profesionales,
jubilados la mayoría, que sacaron de su rutina el espacio para estar en un
grupo de hombres solos, inicialmente con la prevención de sus esposas que huelen
peligrosos estrógenos circulantes en todas las actividades de sus cónyuges y
luego con una amodorrada resignación de ellas,
como cuando se les activa el chip del fútbol o de los negocios o de la
política que casi todos los machos llevan insertados en su ADN.
Las primeras
jornadas fueron sorprendentes. Conversación amena, apuntes divertidísimos,
música al gusto y por tandas, sin estridencias, licor en la dosis justa,
viandas exquisitas, ambiente, color de naturaleza, senderos ecológicos, cero
ostentación, reivindicación de la palabra y del disfrute de las cosas simples
de la vida. Estuve muy animado por un tiempo y no veía la hora de que llegara
el jueves para departir con mis amigotes, relajarme y olvidarme de tanta
obligación y tanto estrés de la vida diaria. Que gente tan agradable, se veía
lo honesto, lo decente, lo dignos y educados que eran.
Por asuntos
profesionales me ausenté unas semanas de la ciudad y al volver me enteré de que
en el fin de semana siguiente sería la famosa cabalgata de la Feria de las Flores. Sin
pensarlo mucho, acepté la invitación de
unos compañeros del trabajo, distintos al grupo de los jueves, nos
entusiasmamos, nos inscribimos, alquilamos los caballos y nos preparamos para
lo que sería una velada inolvidable.
Ese sábado fue uno
de los peores de mi vida. Durante varias horas traté de avistar a mis colegas
de travesía y no me pude encontrar a ninguno. Los celulares tenían las líneas
saturadas y no había conexión y cuando esta se lograba, oír era imposible, pues
el barullo era insoportable, la estridencia era ensordecedora, todo el mundo
estaba a los gritos. El calor del medio día nos golpeaba inmisericorde los
hombros y nuestras duras testas parecían a punto de reventar. Había miles,
léase bien, miles de caballos con sus respectivos jinetes, todos apeñuscados,
en un hacinamiento que no permitía una marcha fluida, cemento y edificios por
todos los lados, nada de aire puro ni verde alrededor, caballos resoplando,
sudando a cántaros y echando babaza por la boca. Pero lo que más me llamó la
atención era los personajes que estaban a mi alrededor. Todos uniformados con
sombrero, poncho, lentes oscuros, camisa de cuadros y manga larga y blue jeans.
Cadenas y relojes de marca en notoria ostentación. Bebeta compulsiva de licor
en todas sus presentaciones y combinaciones, un lenguaje vulgar y ordinario, en
berridos ininteligibles y carcajadas sin razón aparente, insultos cuando se
presentaban fricciones entre los binomios bestia-bestia, que era cada dos
pasos. A su alrededor, la concentración más alta del mundo de mujeres bonitas,
pero todas iguales: pelo largo, rubio a la fuerza de las tinturas y recién
cepillado, sombrero vaquero puesto por primera vez, tetas descomunales a punto
de reventarse muy seguramente de origen siliconudo, pantalón apretado, bota
tejana comprada la víspera, lentes negros de marca, casi siempre sobre el
sombrero, no en los ojos como uno espera. Casi todas igual de chillonas y
ebrias, igual de fanfarronas, igual de mostronas, era casi evidente que la
mayoría era la primera vez que montaban. Me llamó poderosamente la atención la
ausencia de esposas, que a esa hora deberían de estar viendo el desfile por
televisión. Después un amigo me sacó de la ignorancia y me dijo que esos
maniquíes reciben el remoquete de “grillas” y suelen acompañar en eventos
públicos a los señorones que tanto me asombraron. No lo sabía, pero al verlos
juntos me asombré de su volumen, de su cantidad, pero después me hicieron caer
en cuenta que a Medellín le dicen “Lobolandia” y que aquí se cuentan por
millares.
En todo caso mi
faena se tornó en pesadilla. Una vez metido en el torrente de bestias y
caballos, era imposible salirme. Me mencionaron mil veces la madre, me
ensuciaron de babas, sudor y boñiga de caballo, vómito de borracha; me insolé y
todavía me duelen los muslos y la cintura de hacer fuerza. Los hongos que me
quedaron en la ingle de tanto sudar parecían champiñones y por poco quedé
despellejado. Si me hubieran visto la parte posterior y baja donde termina la
espalda, hubieran pensado que estuve en un crucero con un grupo de marineros
escandinavos y que se había acabado el lubricante. Hubo amenazas, miradas
fieras, alegría por decreto, alboroto artificial, euforia postiza y una de las
veladas más desgastantes que me ha tocado vivir, por no decir que decadente y
aburridora.
Supe que en
otros años se presentaron peleas de borrachos, caballos muertos, desmayos,
equinos subidos al metro, grescas, basura por todos los lados, caos vial,
atropellados, pero nunca lo había vivido
tan de cerca. En el remate de la dichosa cabalgata, se presentó una riña al
parecer de carácter pasional-etílica en la plaza mayorista que terminó con
varios asesinatos.
No pude por
ningún lugar recuperar lo lúdico, lo grato de la naturaleza, la fluidez de una
jornada espontánea contemplando paisajes y deleitándome de una buena
conversación al calor de unos buenos tragos y una comida agradable. Encontré
solo apariencias y vulgaridad, mezquindad y agresión, ebriedad de la mala,
vanidad de la fea, poses y artificios, superficialidad y belleza de postín.
Creo que dentro de mí, tengo suficientes razones para nunca más volver.
Cuando le
pregunté a los del grupo de los jueves que porqué no habían ido, sorprendidos
de mí, me contestaron que por todo eso mismo, que los caballistas puros, de
años de experiencia, de formación ecuestre por ancestro, abolengo, gusto y
convicción, nunca se prestaban para tal desmadre; que eso violaba todas las
normas del respeto por los animales y por el prójimo y que el cemento
desvirtuaba el sentido real de una cabalgata ecológica en su más pura
concepción estética y filosófica. Con indignación me ripostaron que cómo se me
ocurría siquiera pensar que ellos iban a ir a semejante adefesio que prostituye
el sentido puro y conceptual de la cabalgata como tal, que no contara con ellos
para prestarse a semejante aparato de ostentación, arribismo y superficialidad.
Que a los jinetes de verdad, a los que amaban el arte ecuestre, jamás los
verían en semejante esperpento mediático.
Con la vergüenza
de un recién llegado que comete una torpeza por desconocimiento, entendí que me
merecía lo que me pasó por embelequero y filipichín y preferí cambiar de tema.
Hola señor emilio.
ResponderEliminarEn esta publicación no veo el año, mes y día en el cual publico esta entrada.
Me gustaria conocerla para incluirla adecuadamente en la bibliografia de la tesis que adelanto.
Muchas gracias.
Att, Daniel.
Puede escribirme a este email: struc_2005@hotmail.com