lunes, 1 de octubre de 2018

EL COMETERO MAYOR DE MEDELLÍN.




El cometero mayor de Medellín. Una 

crónica de Ricardo Aricapa



Esta crónica está incluida en la antología Medellín es así (Ediciones B, 2016) del periodista 
caldense Ricardo Aricapa. El texto se publicó por primera vez en el periódico El Mundo en
 junio de 1985. Lee también una reseña y entrevista con el autor: El esfuerzo de buscar las
Por Ricardo Aricapa
Cuando a las tres de la tarde suena el timbre que anuncia el fin de su turno en la fábrica
 Noel, donde trabaja, Luis Carlos Cadavid no tiene su mente ocupada en esas
pequeñas compensaciones que el ocio da a la vida gris de los obreros cuando terminan
su jornada. 
Él no busca la cerveza compartida en una mesa de café, ni busca la oscuridad de un cine 
para desconectarse del mundo, ni se va para su casa a sumergirse en esa cotidianidad que
 apenas cabe en dos habitaciones y una pantalla de televisión.
No. Luis Carlos sale de la fábrica con un afán distinto. Toma el primer bus Circular Sur y se
 va para su casa en el barrio Las Mercedes, donde junto a su mujer y sus dos hijos lo espera 
anhelosa de viento su otra enamorada: su cometa.
A menos que llueva o esté enfermo, Luis Carlos ha elevado sus cometas todos los días en
 los últimos dos años, sin faltar ni siquiera los domingos. Dice que lo hace por terapia; para
 dejar que sus preocupaciones, como a su cometa, se las lleve el viento.
No hay duda: en el corazón de este obrero, a quien no es raro ver a media noche con su
 cometa todavía surcando la soledad del cielo, hay un pálpito de pájaro, late el antiguo 
anhelo humano de volar, el mismo que llevó a Ícaro hasta el sol batiendo alas de cera. Pero
 menos codicioso que Ícaro, Luis Carlos se contenta con volar sus humildes cometas.

El santuario del viento

Sin proponérselo, Luis Carlos le está haciendo un enorme favor a la ciudad. Él, con su
 inveterada costumbre de elevar a diario sus cometas en la manga de la urbanización Nueva
 Villa de Aburrá, ha convertido este sitio en un santuario del viento. Allí un domingo se 
cuentan hasta 250 personas, de todas las edades, a quienes las multicolores cometas de
 Luis Carlos han revelado que volar no es solo para los pájaros.
Allí ya es asiduo don Gustavo Bernal, un comerciante de confecciones que llega orgulloso 
con su moderna cometa Parafoy, que desafía sin cola al viento. También se ve una espesa 
barba y tras ella la cara radiante y sin espinas del poeta John Sossa, ensartando la poesía 
en el aire, como él dice.
Llega puntual don Pablo Sánchez, otro comerciante que a sus 55 años no ha dejado apagar
 las cenizas del niño que lleva en el alma. Es un estudioso de las cometas, y tiene muchas.
 Él las ensaya, analiza su vuelo, y les detecta los defectos de construcción que luego en su 
taller corrige para poderlas exhibir al domingo siguiente en un vuelo perfecto.

El hombre cometa

Pero es Luis Carlos Cadavid ‘el cometero mayor’ en la manga de la Nueva Villa de Aburrá, 
a quien todos consultan sus dudas. Él sabe de qué lado es más benevolente el viento, cómo
 deben desplazarse para evitar que se enreden las cuerdas, cuándo hay que recoger o 
cuándo hay que soltar el hilo. Él gesticula y ordena a sus pupilos con un brillo febril en su
 mirada. En cada cometa concentra todo el sumo de su atención, como si de su vuelo 
dependiera el equilibrio del universo.
Su nueva cometa es amarilla, hecha bajo el modelo que inventara Coddy a finales del siglo
 pasado. Tiene la forma de un cajón de compartimientos simétricos en rectángulos 
superpuestos, y es la que está más lejos en el cielo, como un pájaro extraño prisionero de
 un hilo.
Cuenta orgulloso que una vez con una cometa-diamante sin cola hecha por él mismo
 derrotó en un concurso a los cometeros más famosos del mundo: los gringos. Ocurrió en 
un evento organizado en el Palacio de Exposiciones y Convenciones hace dos años, cuando
 todavía no era un profesional en el arte de manejar el viento. Su cometa voló más lejos que
 todas las de los estadounidenses que participaron, solo que su triunfo no fue certificado por
 que la forma de su cometa no era aceptada en el certamen.
El éxito de esa cometa, y de todas las que hace Luis Carlos, está en el material usado, más
 propio para el vuelo que las fibras sintéticas de las cometas fabricadas en Estados Unidos.
 Él usa flechas de cañabrava de barba madura, que crece silvestre y gratis en Porce, 
Sabaneta, Barbosa y otros sitios del Valle de Aburrá. De tener capital, dice, montaría un 
negocio de exportación para inundar el mercado gringo con las flechas de cañabrava, las
 cuales solo se dan en estas generosas tierras de sol perpetuo.
Así como el placer de la pesca radica en ver aparecer el pez ensartado del anzuelo, para 
Luis Carlos la dicha de elevar cometas estriba en las variaciones que el viento produce en 
la tensión de la cuerda, lo cual le confiere a la cometa una cualidad de ser vivo. Y son altas
 tensiones, dice, y cuenta que una vez un gallinazo se desnucó al chocar con la cuerda de 
una de sus cometas, al tiempo que se levanta la manga de la camisa para dejar ver el bulto
 que se ha formado en sus bíceps a fuerza de sostener la tensión de las cuerdas.
Luis Carlos es además un afortunado del destino. Dio con una mujer que antes que enojarse
 por su misticismo cometero, permanece al tanto de las novedades atmosféricas y cuando 
Luis Carlos regresa de la fábrica discute con él sobre la conveniencia de salir o no salir a 
elevar cometas esa tarde. Tampoco se disgusta cuando él, presintiendo desde la mañana 
que el viento de la tarde va a ser bondadoso, se lleva la cometa para el trabajo, y sale de
 la fábrica directo para la manga.
Son las seis y media de la tarde y Luis Carlos señala en el aire unas sombras fugaces. Son
 los murciélagos, enemigos declarados de las cometas, que después del ocaso salen en 
bandadas a congestionar el cielo.
Se puede decir que Luis Carlos es un hombre feliz, porque su felicidad, a diferencia de la 
mayoría de los mortales, no depende de tener a tiempo la cuota del apartamento, o listo el 
vestido para el próximo coctel, o asegurada la suerte en el amor y el aguacate en el
 almuerzo. No. La felicidad de Luis Carlos depende, simplemente, de los designios de la
 rosa de los vientos.


Análisis socio-económico de la comuna 16 Belén en Medellín



Análisis socio-económico de la 
comuna 16 (Belén) en Medellín




1. Aspectos generales

1.1. Situación geográfica

La comuna de Belén está ubicada en el extremo sur-occidental de la ciudad.


1.2. Límites

Al Norte con la quebrada Altavista y la Avenida 33; al Oriente con el Aeroparque 
Juan Pablo II, desde el Cerro Nutibara hasta la carrera 80-81; al Sur con el Municipio
 de Itagüí y al Occidente con el Corregimiento de Altavista, perímetro urbano.


1.3. División barrial

Según el Acuerdo No.997 de 1.993 la comuna está compuesta por 21 barrios:

Código Nombre del Barrio
1601 Fátima
1602 Rosales
1603 Belén
1604 Granada
1605 San Bernardo
1606 Las Playas
1607 Diego Echavarría
1608 La Mota
1609 La Hondonada
1610 El Rincón
1611 Loma de los Bernal
1612 La Gloria
1613 Altavista
1614 La Palma
1615 Los Alpes
1616 Las Violetas
1617 Las Mercedes
Código Nombre del Barrio
1618 Nueva Villa del Aburrá
1619 Miravalle
1620 Nogal – Los Almendros
1621 Cerro Nutibara

2. Aspectos físicos

2.1. Área

La comuna de Belén ocupa un área de 988.7 hectáreas, equivalentes al 9% del total de
 la zona urbana y al 2.7% del total de Medellín.

2.2. Topografía e hidrología

El terreno de esta comuna se caracteriza por presentar pendientes suaves a moderadas en gran parte de su territorio, excepto la parte alta constituida por los barrios Belén Rincón (La Capilla), Zafra, Altavista y La Violetas. Está atravesada por las vertientes de las quebradas Guayabala, La Pabón, El Saladito, Caza Diana, Altavista, Picacha o Aguas Frías. El régimen hidráulico de éstas presenta alteraciones notorias en las temporadas invernales debido a la inadecuada explotación de materiales para la construcción en sus cabeceras, generando sedimentación en sus cauces, y a un acelerado proceso de deforestación en las cuencas, además de la utilización de sus lechos para la disposición final de desechos sólidos a lo largo de sus recorridos. Como principal accidente 
geográfico y punto de referencia de toda la ciudad, se destaca el Cerro Nutibara.

Es de anotar que las fajas de retiro de estas quebradas en su parte media se 
encuentran invadidas por construcciones.

2.3. Litología

Predominan los suelos residuales de rocas dioríticas y granodioríticas del stock de Altavista (materiales de construcción), las unidades de depósitos aluviales constituidos
por materiales transportados por las quebradas que cruzan la comuna, los depósitos lacustres conformados por arcillas expansivas y los depósitos de ladera. Aisladamente 
se encuentran depósitos antrópicos o llenos, de reciente vertimiento en la zona.

2.4. Procesos geológicos

Se encuentran procesos erosivos laminares conformados por surcos y cárcavas; 
también socavamiento de las márgenes de las quebradas, desplomes y 
desprendimientos de taludes y reptación superficial. Todos estos fenómenos se 
pueden asociar con los cambios en el uso del suelo, la extracción inadecuada de materiales de cantera y playa, movimientos de tierra y banqueos para adecuación
 de vivienda en suelos no aptos. Estas actividades geológicas se dan principalmente 
en las partes altas de los sectores de Altavista, Zafra, Las Violetas y El Rincón. Las 
zonas de mayor riesgo se localizan en los asentamientos de Las Violetas y Zafra.

3. Aspectos históricos

Desde 1.541, cuando Jerónimo Luis Tejelo llegó al Valle de Aburrá, el sector 
actualmente llamado Belén, ha figurado en la historia de la ciudad de Medellín de 
forma significativa. En esa época se denominó Aburrá de los Yamesíes, que era la 
tribu que lo poblaba. A partir de 1.616 se convirtió en una encomienda indígena
 llamada Otrabanda de Aburrá. Después de 1.639 inició su decaimiento y traslado 
a raíz de las luchas por estas tierras de gran valor para agricultura y ganadería, actividades que las ocuparon de forma exclusiva hasta las primeras décadas del 
siglo XX, cuando se integraron físicamente a la ciudad con la construcción de obras
civiles que permitieron el fácil cruce del río.

Hasta 1.814, año en que cambió su nombre por Belén de Otrabanda, se llamaba Sitio
 de Guayabal y en 1.830 se le dio el nombre actual: Belén.

Solamente a partir de 1.858, cuando se continuó el Camellón de Carabobo hasta el río
 y se inició la construcción del Puente de Guayaquil, terminada en 1.864, se da el 
proceso de integración de Belén a la ciudad, proceso que se realiza inicialmente a 
través de la producción de insumos para la construcción y de alcoholes y aguardiente.

En 1.875 era el segundo poblado del Valle de Aburrá por número de habitantes y producción, especialmente de caña de azúcar y frutales.

En las primeras décadas de este siglo se inicia un proceso lento de
poblamiento que se da especialmente por inmigración de personas procedentes 
del occidente del departamento (Heliconia, Ebéjico, Armenia y Sevilla); a partir de 
1.950 empieza el proceso de urbanización de una forma masiva y continua, el cual 
se mantiene hasta la fecha.

4. Aspectos urbanísticos

4.1. Formas de asentamiento

Inicialmente la zona de la actual comuna de Belén era un asentamiento para la 
producción agrícola y ganadera; tenía muy baja densidad poblacional. Con la
 integración al costado oriental del Valle de Aburrá a mediados del siglo XX se inició
 su densificación.

En las primeras décadas del siglo XX se da un poblamiento lento y disperso en los terrenos que constituyen hoy la comuna de Belén; solamente a partir de 1.950 y hasta 1.970 se registra una urbanización sistemática realizada por grandes urbanizaciones unifamiliares en el extremo nor-occidental de la comuna; son los barrios que constituyen
 la zona tradicional de Belén. Este proceso se refuerza por la construcción del aeropuerto Olaya Herrera y la carrera 70. En la década de los años 70 el proceso de urbanización 
es poco significativo, solamente a partir de 1.980 se incrementa notablemente por medio de urbanizaciones cerradas construidas en el extremo sur-occidental de la comuna, sacrificando para ello barrios tradicionales como Belén Rincón, La Hondonada y La
 Loma de Los Bernal.

4.2. Usos del Suelo

La zona de Belén presenta una amplia gama en cuanto a usos del suelo se refiere, 
debido principalmente a su configuración geográfica, la red vial y la actividad edificadora. Predomina el uso residencial, pero también hay otros diferentes como áreas y 
corredores de actividad múltiple.

4.2.1. Uso residencial

Según el Acuerdo 62 de 1999 (POT), en el uso predominante residencial

se buscará promover la presencia racional y respetuosa de actividades económicas compatibles con la vivienda, protegiendo este uso como principal. Se distinguen dos grupos, a saber:

Las áreas que presentan de manera general una predominancia del uso de vivienda y 
sus correspondientes usos complementarios, características que se pretenden 
preservar con base en el criterio de sana mezcla de usos.
Las áreas que, contando aún con una predominancia del uso de vivienda, presentan 
una marcada tendencia hacia la mayor diversificación de usos compatibles, debido a
 su estratégica localización en la ciudad, y cuya transformación se quiere promover
 hacia una adecuada convivencia del uso predominante residencial con usos como
 las oficinas, los servicios personales, la educación, la cultura y la salud, entre otros.
Se orientará a lograr una mezcla sana de usos y entre las actividades económicas y
 de vivienda, así como la diversidad y mayor intensidad de actividades económicas, 
de consumo y servicios en las centralidades y ejes, complementarias y compatibles 
con el uso residencial.

4.2.2. Centralidades

Esta comuna cuenta con una centralidad zonal que se localiza en el parque principal 
de Belén y su área de influencia, en la que se pretende promover la localización y mantenimiento de actividades que permitan consolidarla, como punto intermedio de concentración de usos múltiples entre la escala de ciudad y la escala barrial.

El centro de zona es de tipo intermedio entre el centro de la ciudad y las centralidades barriales, en cuanto a la magnitud y a la diversificación de actividades, y se constituyen 
en núcleos de distribución de bienes y servicios a un conjunto de sectores, sirviendo de enlace entre estos y el centro de la ciudad.

Se busca promover la localización de los equipamientos públicos y privados zonales en estas centralidades, así como las diversas categorías de comercio formal y soluciones formales al comercio informal, servicios, oferta de empleo que permitan acercar más a
 las comunidades a este tipo de actividades, manteniendo al mismo tiempo los usos residenciales.

Igualmente se dan centralidades y corredores barriales que son complementarios a las centralidades zonales, en los cuales se concentran las actividades de la vida comunitaria
 a esta escala.

Se reconocen en estas áreas y corredores las mismas actividades que constituyen 
usos complementarios en las áreas predominantemente residenciales. Estas áreas 
se encuentran en proceso de definición.

4.2.3. Corredores de actividad múltiple

Son corredores estructurantes que sirven de conectores entre los componentes del sistema de centralidades, organizados como corredores de actividad múltiple, situación que se busca consolidar como enlaces fundamentales y soporte de la productividad y movilidad urbana.

Se pretende mantener la tendencia a la mezcla de usos, garantizando el mantenimiento de las calidades ambientales y funcionales del espacio público, al tiempo que considerando su futura adecuación con el sistema de transporte masivo de mediana capacidad, se consolidarán como importantes soportes de la productividad urbana.

En esta tipología de corredor se han definido los siguientes: la avenida 80, las calles 
30 y 33 y la carrera 65, en los tramos que corresponden a la comuna de Belén.

Existe en la carrera 70 un corredor especializado que busca consolidar sus 
características principales como centro de actividad de recreación, para el cual se
 deben generar condiciones adecuadas de espacio público.

4.2.4 Uso industrial

Se presenta en los laterales del cerro Nutibara, sobre la calle 30A.

4.3. Zonas de tratamiento

Según el Acuerdo 62/99, la comuna de Belén hace parte de la zona 6 del suelo 
urbano de Medellín, en la cual se presentan zonas de tratamiento urbanístico de consolidación con niveles 1, 2 y 3, redesarrollo, desarrollo y mejoramiento integral.

Así mismo tiene suelos de protección, zonas de riesgo no recuperables y destinaciones específicas que conforman el equipamiento existente.

4.3.1. Tratamiento de consolidación (CN)

La zona de tratamiento de consolidación (CN) se aplica a este sector en el que se pretende afianzar su desarrollo de conformidad con las tendencias que presentan,
 a partir de unas directrices generales.

Los parámetros de ordenamiento establecidos para este sector estará orientado a consolidar los usos del suelo y los valores urbanísticos, ambientales o paisajísticos 
que presenta y a corregir los déficits que afectan su adecuado funcionamiento, 
teniendo en cuenta las condiciones de saturación a futuro. En general, se propiciará
 la generación de dotaciones de espacio público, infraestructura y equipamientos, considerando el déficit actual y las nuevas demandas que se presentarán con el 
aumento de la población.

Las nuevas dotaciones se obtendrán mediante la aplicación de normas sobre 
obligaciones urbanísticas o constructivas. Sin embargo, en aquellas zonas donde 
habita la población de menos ingreso, será la Administración Municipal la que 
promueva y apoye la realización de estas dotaciones.

Consolidación nivel 1 (CN1)
Para la Comuna de Belén se identifican los siguientes barrios con tratamiento de consolidación nivel 1: La Mota, parte de la Loma de los Bernal, parte de La Gloria,
 parte del barrio Altavista, parte de Granada, Fátima, Rosales, El Nogal 
(Los Almendros), La Palma, Los Alpes, Nueva Villa del Aburrá y Belén Central, 
para un total de 363.61 hectáreas.

El objetivo de este tratamiento es el de cualificar, mantener y ordenar el desarrollo urbanístico, de acuerdo con los requerimientos de cada sector. Se aplica en aquellos sectores dotados de espacio público, infraestructura y equipamientos suficientes y
 de buena calidad, en los cuales la generación de las nuevas dotaciones que se
 requieran por el proceso de redensificación, tales como espacios públicos u otras infraestructuras, se logrará principalmente mediante mecanismos de cesiones individuales.

Consolidación nivel 2 (CN2)
En la zona de tratamiento de consolidación nivel 2 se han incluido los barrios: San Bernardo, Las Playas, parte de Diego Echavarría, parte de Granada, parte de
 La Gloria, Miravalle y Las Violetas (sector Villacafé), para un total de 161.32 
hectáreas.

Se aplica en los sectores donde la infraestructura, el espacio público y los 
equipamientos son insuficientes e inadecuados con relación al volumen de la 
población o al funcionamiento adecuado de las actividades. Con este tratamiento
 se pretende suplir esta deficiencia con nuevas dotaciones y cualificación de las 
existentes, además de cubrir los nuevos requerimientos que se generarán en su
 desarrollo a futuro.

Las dotaciones necesarias se obtendrán mediante la intervención asociada público privada, por parte de los constructores en cumplimiento de obligaciones individuales, 
o por las entidades públicas, según la zona.

Consolidación nivel 3 (CN3)
Para el nivel 3 de consolidación se tienen los barrios: parte de El Rincón, parte de Altavista, Las Mercedes y parte de Las Violetas, para un total de 124.25 hectáreas.

Se aplica a aquellos sectores que presentan un déficit crítico en dotación de infraestructura, espacio público y equipamientos; generalmente se presenta en áreas densamente pobladas. El objetivo de desarrollo en estas zonas es suplir estas 
carencias priorizando sus necesidades de acuerdo a la zona y a los requerimientos específicos.

Cuando estos sectores coincidan con la ubicación de la población de menos recursos económicos, la construcción de estos requerimientos se ejecutará bajo el apoyo y promoción de la Administración Municipal.

En los predios desarrollables aislados localizados al interior de las zonas de consolidación, surtirán efecto las normas básicas referentes a los procesos de urbanización o construcción, al tiempo que se deberán cumplir las condicionantes de desarrollo establecidas para la zona respectiva. Igual situación se aplicará a los predios desarrollables en zonas con tratamiento de renovación, redesarrollo y conservación, mientras no se formule un plan parcial.

4.3.2. Tratamiento de mejoramiento integral (MI)

El área de tratamiento de mejoramiento integral busca mejorar la mala calidad y deficientes condiciones de vida en asentamientos humanos de desarrollo incompleto
 e inadecuado, localizados en la periferia, los alrededores del centro de ciudad y en
 zonas de riesgo mitigable, susceptibles de un proceso de consolidación y recuperación.

La intervención de mejoramiento estará dirigida específicamente a superar las carencias de dotación del entorno como: espacio público, vías, transporte y equipamiento social y productivo, así como también a la legalización integral de predios y edificaciones y el mejoramiento de la vivienda. Ello implica estrategias de coordinación intersectorial.

Este tratamiento se aplicará en aquellos asentamientos humanos, tales como los barrios de Altavista (sectores Zafra y Cantarranas) y Las Violetas (parte alta), para un total de 22.44 hectáreas.

Estos instrumentos de planificación y gestión, proyectos de legalización y regularización urbanística, podrán también desarrollarse en las zonas objetivo del tratamiento de Consolidación Nivel 3.

4.3.3. Tratamiento de desarrollo (D)

En las zonas definidas con tratamiento de desarrollo se incluye parte de La Hondonada, parte de El Rincón y parte de la Loma de Los Bernal, para un total de 143.82 hectáreas.

Este tipo de tratamiento se aplica a predios de extensión significativa localizados al interior del suelo urbano, con posibilidades de dotación de infraestructura, pero que no han sido urbanizados o construidos.

El objetivo principal del tratamiento, será la efectiva articulación de los predios a desarrollar con la malla urbana existente, de manera que los nuevos proyectos se integren efectivamente a la ciudad y realicen sus respectivas cesiones y dotaciones en función de la consolidación futura de sectores urbanos con excelente calidad.

Será requisito para el desarrollo de los predios localizados en estas zonas la elaboración previa y aprobación del correspondiente plan parcial.

4.3.4. Tratamiento de redesarrollo (RED)

De igual manera se da el tratamiento de redesarrollo, el cual pretende orientar procesos de transformación ya iniciados o generar nuevos en zonas que cuentan con buenas condiciones de infraestructura y localización estratégica en la ciudad de acuerdo con los objetivos de ordenamiento propuestos por el POT, de manera que se privilegie su transformación hacia la optimización de su potencial, permitiendo mayores aprovechamientos y diversidad de usos.

Es condición esencial de este tratamiento la búsqueda y aplicación de mecanismos que hagan atractiva y promuevan la gestión asociativa de proyectos, vía la formulación de planes parciales, que garanticen la planificación integral por sectores y posibiliten la utilización de unidades de actuación urbanística, cooperación entre partícipes u otras herramientas dirigidas al reparto equitativo de cargas y beneficios, y la generación de unidades prediales más eficientes que promotion mayores aprovechamientos y mejores dotaciones.

En las zonas de redesarrollo podrán realizarse proyectos predio a predio utilizando el aprovechamiento medio previsto para el caso en la correspondiente ficha. Una vez adoptado el plan parcial de la zona, regirán las normas sobre aprovechamientos y usos complementarios definidos por el mismo. Este plan parcial podrá hacer uso de los mayores aprovechamientos previstos para la zona.

Así mismo, en estas zonas podrán permanecer las actividades actuales siempre y
 cuando no generen conflictos o deterioro en el sector y cumplan con las normas ambientales pertinente.

Esta área se ubica entre las calles 30 y 33 y carreras 65 y 68B.

4.4. Uso social obligado y uso especial

Se aplica esta categoría a los predios cuya destinación es educación, recreación y salud, cultura, seguridad, lo mismo que los servicios institucionales y administrativos. Entre los más importantes se destacan: El Cerro Nutibara, la Unidad Deportiva de Belén, colegios, escuelas, servicios de seguridad y centros de salud.

5. Aspectos demográficos



Con relación al cuadro anterior y bajo los conceptos de que la población menor de 15 
años está constituida por las personas en edad escolar, la comprendida entre los 15 y los 64 años por las personas en edad de participar en la producción de bienes y servicios y las personas mayores de 65 como aquellas que corresponden a la tercera edad, se aprecia que para el año de 1999, la comuna de Belén registraba un total de 36.753 menores de 15 años de edad, volumen que representa el 24,34% de la población residente en esta zona. La población que está en edad de proveer la mano de obra para la producción, o sea la población económicamente activa, ascendía a 105.297 personas, equivalente a un 69,77% de su población total. Ahora, la población que se encuentra en edad de retiro de la actividad económica, representa el 5,89% de su total general, que en términos absolutos suman 8.884 habitantes.

Vivienda



Contabilizaba la comuna de Belén en el año 1998, un total de 41586 viviendas con instalaciones de energía, según Empresas Públicas de Medellín, lo que permitió caracterizarlas por estrato socioeconómico como se planteó en el cuadro anterior.

El mayor porcentaje de las instalaciones en viviendas, o sea el 36.4%, corresponde al estrato medio-bajo o estrato tres (3) caracterizado a nivel de estructura física de las viviendas, por ser casas independientes revocadas y pintadas, también pueden ser bifamiliares y trifamiliares construidas con materiales durables. El estrato cuatro (4) o estrato medio, representa el 29.2% del total de las instalaciones de energía y se caracterizan por ser casas independientes o apartamentos en zonas residenciales técnicamente planeadas.

Hogares

Contabiliza la comuna de Belén un total de 43.665 hogares, lo que teóricamente representa un déficit habitacional de 2.079 viviendas.

Densidad

Para el año 1.999, la comuna de Belén alberga 152,7 personas por hectárea, cifra que es levemente inferior a la de la zona urbana del municipio de Medellín, la cual es equivalente a 166,7 personas por hectárea.

Sisben



6. Equipamiento colectivo

6.1. Educación

Para atender la demanda educativa de la comuna se cuenta con 62 establecimientos educativos: 33 públicos y 29 privados.

Para el año 1998, la población matriculada era 35.665 personas, distribuida así por niveles educativos: en preescolar 4.379 alumnos y en primaria 13.883 alumnos, para un índice neto de escolaridad de 92.6%; en secundaria 17.403 alumnos y un índice neto de escolaridad de 79.6%.

El mayor déficit educativo de la comuna, para 1998, se ha detectado en el nivel de secundaria con un 20.4%, en los barrios periféricos donde está ubicada la población de menores recursos, como son Zafra, Altavista, Buenavista, Las Violetas y El Rincón, los cuales muestran mayores carencias, tanto cuantitativas como cualitativas.

Los principales establecimientos educativos son:

Liceo Montini
Escuela Rosalía Suárez
Instituto Yermo y Parrés
Liceo Sofía Ospina de Navarro
Centro Educativo Pedro Olarte Sañudo
Idem José Antonio Galán
Escuela Especial Belén
Escuela Urbana Integrada Ramón Ceballos
Escuela República Dominicana
Escuela Urbana Integrada Roberto Belarmino
Jardín Infantil Nacional Nº 1
Liceo Antonio Nariño
Escuela Jaqueline Kennedy
Escuela República de Guatemala
Liceo Octavio Harry
Escuela José María Bernal
Colegio La Inmaculada
Liceo San Rafael
Escuela Especial Belén
Liceo Alcaldía de Medellín
Escuela de Varones Antonio José Restrepo
Escuela Pedro Octavio Amado
Instituto Industrial Salesiano Pedro Justo Berrío
Escuela Rural San Pablo
Escuela República de Venezuela
Liceo Comercial Horacio Muñoz S.

6.2. Cultura

Aunque la zona cuenta con algunos escenarios culturales de carácter metropolitano, como son los teatros Carlos Vieco, Universidad de Medellín y los escenarios del cerro Nutibara y la Nueva Villa del Aburrá, se puede decir que no se dispone de suficientes espacios donde puedan desarrollarse actividades a nivel barrial o en menor escala, actividades que permitan a la población la creación artística y el acercamiento a las manifestaciones culturales en un plan diferente al consumo masivo de espectáculos.

6.3. Recreación

En lo que se refiere a este sector, la comuna de Belén está bien dotada en términos generales; cuenta con gran variedad de áreas recreativas que van desde parques hasta completas unidades deportivas y equipamientos con cubrimiento metropolitano como son el cerro Nutibara, la Unidad Deportiva de Belén, el parque Juan Pablo II. Casi todos los barrios de la comuna cuentan con algún tipo de equipamiento recreativo, además de acceder fácilmente a los parques metropolitanos.

En cuanto a equipamiento se cuenta con 77 escenarios deportivos distribuidos así; 23 parques infantiles, 20 parques, 17 placas polideportivas, 7 canchas de fútbol, 4 unidades deportivas, 2 clubes, 2 canchas de baloncesto y 2 canchas de microfútbol.

Para esta comuna se obtuvo, en el estudio de recreación que se realizó para la creación del INDER en 1.997, un índice de recreación de 0.79 metros cuadrados por habitante, resultado de comparar la población con las áreas dotadas para recreación, incluyendo el Parque Juan Pablo II y el cerro Nutibara.

6.4. Salud

El equipamiento está conformado por dos centros de salud, una unidad intermedia hospitalaria y una clínica particular (Las Américas) de alta especialización, además de otros centros de consulta que por su tamaño no se consideran aquí.

Mirando la salud en cuanto a morbilidad, las cinco primeras causas de consulta en su orden y con porcentaje de las consultas realizadas en las instituciones adscritas a Metrosalud son: Infecciones respiratorias agudas, 60.6%; diarreas y enteritis, 24.3%; hipertensión esencial, 6.4%; tumores malignos, 1.6%; y varicela, 1.4%.

En cuanto a mortalidad, las cinco primeras causas en su orden son: Agresiones (homicidios), 16.5%; enfermedades isquémicas del corazón, 13.9%; enfermedades cerebrovasculares, 6.5%, enfermedades crónicas de las vías respiratorias, 6.3%; y accidentes de tránsito, 5.0%. El 51.8% restante, corresponde a otras causas de mortalidad que no son muy representativas porcentualmente.

Estos indicadores son una clara muestra de la crítica situación de la comuna, ya que la primera causa de muerte son los homicidios, indicador clave al momento de plantear acciones y proyectos de desarrollo.

6.5. Bienestar Social

Para atender las demandas de la población a este nivel, se cuenta con la Unidad Integral de Bienestar Social, encargada de coordinar los programas de atención a grupos poblacionales específicos. Para estas actividades se cuenta con locales en los barrios, tales como las casas de la tercera edad; además existen 8 hogares infantiles, dos asilos de ancianos y una corporación de atención a los niños.

En este sector social se debe destacar la presencia de una serie de programas no institucionales como son los hogares comunitarios, los hogares sustitutos, etc., que buscan hacer los procesos de rehabilitación y capacitación en el medio al cual pertenece la población objeto de ellos.

6.6. Seguridad

En la comuna de Belén se concentra una serie importante de equipamientos de seguridad de carácter metropolitano, como son ellos DAS, F2, DIJIN y la Estación Metropolitana de Policía. También se cuenta con un CERCA, dos inspecciones de policía, una inspección especial, una permanencia y una comisaría de familia.

No obstante lo anterior, los altos índices de muertes violentas y homicidios, demuestran la insuficiente gestión de los estamentos frente a la dimensión del problema que radica principalmente en desequilibrios de tipo social comunes a toda el área metropolitana.

Según la información contenida en los Macroindicadores Medellín 1998, que elabora el Departamento de Análisis Estadístico, los delitos cometidos en la comuna y denunciados se distribuyen así: contra el patrimonio económico, 876; contra la vida e integridad personal, 250; hurto de vehículos, 523; y otro tipo de delitos, 416; lo que representa el 7.1% de los delitos ocurridos en la ciudad.

Las muertes violentas, según registros estadísticos de 1997, alcanzaron la cifra de 246, lo que representa el 6.4% de las muertes violentas ocurridas en el municipio. Por homicidio murieron 200 personas, por accidentes 37, por suicidios 7 y por causas no definidas 2.

7. Servicios públicos

La comuna cuenta con 41.586 viviendas, en las cuales la prestación de servicios públicos básicos se hace por las Empresas Públicas de Medellín, servicios que pueden considerarse muy buenos en cuanto a calidad y cubrimiento, ya que el porcentaje de viviendas con instalaciones de servicios de energía, acueducto y teléfono es de 99%.

Como situaciones a resaltar, se presentan las siguientes:

– Proliferación, no autorizada de antenas de telecomunicaciones para servicios de celular y trunking y tv cables.
– Vertimiento de escombros y basuras a las principales quebradas del sector: La Guayabala, La Picacha y La Altavista.
– La prestación del servicio de gas está programada para el año 2000/2001.

8. Infraestructura vial y transporte publico

Diagnóstico

En general, presenta una buena retícula vial, excepto en los asentamientos ubicados en la periferia, los cuales obedecen a desarrollos urbanísticos informales. Esta malla vial existente presenta una sección pública adecuada para las demandas vehicular y peatonal locales.

La comuna está conectada al resto de la ciudad por corredores norte-sur-norte como son las carreras 65, 70, 76, avenida 80-81 y la carrera 83-84, que le permiten una buena integración con las zonas del sur y del norte de la ciudad.

Adicionalmente, cuenta con buenos corredores oriente – occidente – oriente como son las calles 30 y 33 que permiten el acceso al centro de la ciudad. Sin embargo, en este sentido tiene deficiencias dado que el aeropuerto Olaya Herrera representa una barrera para lograr una adecuada integración con las comunas 15 (Guayabal) y 14 (El Poblado). Asimismo, se presenta saturación del flujo vehicular en las intersecciones de esta red vial estructurante de la comuna, generándose problemas de congestión especialmente en las horas pico del día.

Es de resaltar el apoyo que dan a la red arterial las vías laterales a las quebradas La Picacha, Altavista y Guayabala, que permiten mayor fluidez y posibilidad de maniobrabilidad al conjunto de la estructura vial principal.

El acelerado incremento de urbanizaciones en los sectores de El Rincón y la Loma de Los Bernal, ha contribuido a generar un aumento del flujo vehicular, con baja infraestructura vial de acceso (calle 1 sur, laterales a la quebrada La Guayabala y la carrera 76) que hacen críticas las intersecciones a nivel con la avenida 80-81.

Proyectos

Para mejorar las condiciones de conexión de la comuna con el resto de la ciudad, se tienen proyectos viales de gran importancia como lo son:

Prolongación de la calle 10 bajo las pistas del aeropuerto, a empalmar con las vías laterales a la quebrada La Guayabala.
Prolongación de la calle 14 a desnivel con la avenida 80-81.
Ampliación de la carrera 76, con paso a desnivel sobre la avenida 80-81 y la calle 14.
La longitudinal o Circunvalar Occidental de alcance metropolitano.
Partición y semaforización de las glorietas a lo largo de la avenida 80-81, como primera etapa para mejorar la circulación por esta vía.
Implementación de puentes retorno en las laterales de las quebradas La Guayabala, Altavista y La Picacha.
Ampliación de las calles 30, 33 y la carrera 70, en los tramos que aún faltan por ampliar.
En general la zona de Belén dispone de una adecuada red vial, pero debido al acelerado crecimiento urbanístico de la misma y del parque automotor, que generan problemas de congestión vial sobre algunas vías arterias e intersecciones viales principales, especialmente en los períodos picos del día, hoy y hacia el futuro se requiere la ejecución de los proyectos viales relacionados anteriormente.

Transporte

El servicio de transporte público en la zona de Belén es el más eficiente de la ciudad con un cubrimiento del 99% en ambas direcciones: norte – sur y oriente – occidente, servido por las rutas, 170, 171, 172, 174, 176, 178, 179, 300, 301, 302, 303, 190, 192, 193.

La operación del metro a lo largo del río Medellín, debería obligar a una reestructuración del transporte colectivo tradicional con el fin de alimentar el Metro, buscando así mejorar la eficiencia del sistema de transporte para la comunidad.

La empresa Metro, dentro de la política de crecimiento del sistema, ha adelantado el estudio de factibilidad para operar la línea C sobre la calle 30, entre la estación Industriales y la Universidad de Medellín.

El Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad en su propuesta de mejorar el Sistema Integrado de transporte para la ciudad, propone introducir una red que ofrezca un nuevo nivel de servicio transporte masivo de mediana capacidad (TMMC) estilo trolebús. Se propone para la zona de Belén como parte de la nueva red, la línea sobre la calle 30 estudiada por el metro, pero con ingreso al centro, y la de la calle 10, y en la dirección norte – sur la línea de la avenida 80-81.

El programa de depósitos de buses urbanos, establecido por el Acuerdo Municipal 49/98 y gestionado por la Promotora Inmobiliaria, dará al servicio el depósito-terminal de Altavista, dando solución al problema que generan los buses sobre la vía pública.

9. Organización comunitaria

Según el Directorio de Organizaciones Comunitarias de Medellín, en la comuna se cuenta con 27 Juntas de Acción Comunal, una Junta Administradora Local y 20 organizaciones que se aglutinan alrededor de diferentes intereses colectivos, primando las que se dedican a trabajar con y por los jóvenes. También son importantes los grupos comunitarios de salud y de actividades culturales.


La Nueva Villa del Aburrá es el tercer barrio más cool del mundo




¿Por qué la Nueva Villa es el tercer barrio más cool del mundo?

  • La vida nocturna y la confluencia de tribus urbanas en la plazoleta de la Nueva Villa de Aburrá, en Medellín, fue reseñada por la revista británica Time Out. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ








PUBLICADO HACE 11 HORAS

Infografía
50
barrios del mundo fueron reseñados por la revista.
1982
fue el año en el que terminó de construirse la Nueva Villa.

EN DEFINITIVA
La Administración del barrio tolera la actividad nocturna en la plazoleta de la Nueva Villa de Aburrá, pero pide a quienes disfrutan de este espacio, que es privado, respeto por los residentes.





Esta vez no fue el Parque Lleras, o El Poblado, ni el Pueblito Paisa o Explora.
Sitios que habitualmente salen reseñados en revistas de turismo internacional
 que hablan de Medelín. No. En esta ocasión, la revista británica Time Out
sorprendió catalogando a la Nueva Villa de Aburrá (ubicada en la comuna
del occidente llamada Belén) como el tercer barrio más “cool” del mundo.
La publicación afirmó que este sector de la ciudad es el único colombiano en
 una selección de 50, solo por debajo de Embajadores, en Madrid, y Euljiro,
en la capital de Corea del Sur, Seúl.
Entre algunas de las razones para elegirlo como uno de los más atractivos
del mundo, el medio, especializado en entretenimiento y guías de turismo,
 indica que allí hay “una plaza en forma de herradura que a diario pasa de
 ser un paseo majestuoso para convertirse en una multitud de jóvenes
amantes de la música”.
No obstante, la plazoleta (Cincuentenario) de la que habla la revista es
privada, hace parte de las unidades residenciales de la Nueva Villa y,
aunque ha tolerado la actividad comercial y el nicho juvenil que se
formó allí, tiene normas de convivencia y a las 11:00 p.m., por ejemplo,
desaloja el lugar para tranquilidad de los que buscan conciliar el sueño
en sus casas.
Una sorpresa
Time Out no ahonda mucho en la metodología, solo señala que la lista
 fue creada luego de preguntar a escritores y editores de la misma publicación
 y a más de 15.000 viajeros en todo el mundo.
Cuando los amigos de Iván Orrego le dijeron que su bar Valhala, ubicado
 en La Villa, salía en la revista, él pensó que se trataba de un chiste o que
seguramente era un local homónimo en cualquier otro rincón del mundo.
“Hablaban de nosotros, entonces fue una sorpresa agradable. Uno
acostumbrado a que solo se hable de otros sitios de la ciudad, sobre
todo de El Poblado, ve esto como una forma de descentralizar el turismo
que llega”, expresó.
En la Nueva Villa también hay personas que se reúnen para los juegos de rol (entrenamiento con espadas), para hacer picnics o para asistir a los eventos
artísticos en la plazoleta, costumbres que son mencionadas en la publicación
 y que hacen de este barrio un sitio diverso que agrupa a diferentes tribus
urbanas.
El docente de la Universidad de Medellín Juan Camilo Vásquez, doctor en
 antropología, considera que es quizás la curiosidad de ver esa transformación
 urbana de Medellín, del paso del miedo a la esperanza, lo que llevó a que
 los turistas escogieran a este sector dentro de los más “cool”.
Aunque, aclara, es una mirada más externa, porque para los locales los
 indicadores de seguridad y la realidad siguen marcando otra visión.
“Es curioso también porque la Nueva Villa no fue pensada en su construcción
 como un lugar “cool”, sino que fue a donde llegaron familias con préstamos
 del Banco Hipotecario (década de los 80), que servía para obreros y profesores”,
 comentó Vásquez.
¿Y los residentes?
Paula Andrea Vélez, con más de 37 años en el barrio, solo va a la plazoleta
 Cincuentenario de vez en cuando o en diciembre, cuando es infaltable el
concierto del Grupo Suramérica, de música latinoamericana. De resto, no
comparte los gustos juveniles, pero entiende que existen y los tolera porque
en las noches se esfuma el ruido y puede dormir en su casa “como si estuviera
 en el campo”.
La administración del barrio entiende la vocación que adquirió su plaza y
alrededores. Por eso solo hace un llamado al respeto y a entender que la
Nueva Villa es un lugar donde deben convivir el comercio, las oficinas y
 las viviendas.
El profesor Vásquez cree que con la publicación, “con la que quizás muchos
 residentes no estén tan de acuerdo”, así como sucede en otras ciudades
(como Barcelona), donde la revista es una guía para futuros turistas,
seguramente atraerá visitantes interesados en descubrir este rincón de
 Medellín.
Iván Orrego opina que además de la plaza, principal referente del lugar,
hace falta fijarse en esas otras características como los corredores llenos
 de árboles, los restaurantes y los eventos culturales generados por la
comunidad, que también hacen parte de lo “cool” del barrio.

CONTEXTO DE LA NOTICIA

La Fundación Centro Experimental Las Gaviotas lideró la instalación de paneles solares en
 los techos de los edificios de la Nueva Villa de Aburrá. En su página web reseñan que la
de este barrio de Medellín fue en su época (1979) la instalación “más grande del mundo”
de energía fotovoltaica.
“La construcción de la urbanización significó una gran innovación para los proyectos
residenciales de la ciudad, (...) fue la primera en usar la energía solar para el calentamiento
 del agua”, señala la ingeniera civil y residente María Elena Uribe Rivera.




El tercer barrio “más cool” del mundo está en Medellín

  • Según la publicación, La Villa tiene un historial de protestas políticas pacíficas, y esto ha impulsado el compromiso social en el sector. Foto: Time Out
    Según la publicación, La Villa tiene un historial de protestas políticas pacíficas, y esto ha impulsado el compromiso social en el sector. Foto: Time Out





RONAL CASTAÑEDA | PUBLICADO EL 26 DE SEPTIEMBRE DE 2018






La revista Time Out destacó los 50 barrios “más cool”, es decir, aquellos que están
causando una buena impresión en el mundo. Recomendó visitar en 2018 la Nueva
 Villa de Aburrá, barrio ubicado al occidente de Medellín.
La lista fue hecha por esta revista de ociouna publicación multinacional que opera
en 108 ciudades. Los resultados salieron la semana pasada y se basaron en una
encuesta de 15.000 participantes de todo el mundo, junto con una selección de los
 principales editores y otros colaboradores.
El primero y segundo de la lista fue el barrio Embajadores en Madrid, “el lugar de
 los colores”; y Euljiro, en Seúl, donde todavía “se puede oler a pintura fresca mientras
 se pasea por sus calles”.
Según Time Out, esta plaza –conocida también como “La Villa”– se asemeja a una
 “herradura” y reúne todos los días a roqueros, punkeros y metaleros, lo que
 lo hace un referente para jóvenes amantes de la música.
La revista anota que “con el paso de los años, este barrio se ha establecido como
 un lugar que celebra nuevas tradiciones: festivales anuales de salsa picante y de
música electrónica o el centro comercial Los Molinos, donde se exhiben
mensualmente espectáculos”.
Entre las recomendaciones para visitar La Villa los editores invitan a aprovechar
 “el verde montañoso lleno de árboles perfectos para picnics, estatuas y jóvenes
de entrenamiento con espadas, para disfrutar de las delicias veganas y vegetarianos
 de Vegarden a un precio local”.
También sugieren tomar algunas cervezas artesanales alemanas, guaro y ron en
el Bar Valhala, para disfrutar “música en vivo atronadora con grandes jarras de
cerveza local”.










Tomado de:

Más información en: 
Mas sobre LA NUEVA VILLA DEL ABURRÁ





Así nació “La Villa” que todos conocemos en Medellín







POR DIEGO ZAMBRANO BENAVIDES | PUBLICADO EL 10 DE MAYO DE 2018

Infografía

EN DEFINITIVA
Este barrio fue el primero de Medellín en implementar paneles solares para calentadores de agua. Allí, sus habitantes se acostumbraron a la vida nocturna que caracteriza la plazoleta.



Dicen los habitantes más añejos que los cimientos de la Nueva Villa de 
Aburrá son más profundos que los edificios que componen este barrio. 
Ubicado en Belén, occidente de Medellín, tiene más de 950 apartamentos
, entre viviendas, locales comerciales y oficinas; sus paredes y vigas son 
gruesas, como las construcciones típicas de Medellín de la década de los 70.
Lo más tradicional del sector es su plazoleta en forma de herradura, que 
comúnmente se conoce como “La Villa”, pero que en realidad se llama 
Cincuentenario. En este espacio que está declarado como privado pero de
 uso público, se reúnen en las noches, sobre todo los fines de semana,
 jóvenes en busca de un lugar de dispersión.
Desde el aire, los bloques de la urbanización, en ambos costados de la
 carrera 80, se ven incrustados entre los árboles que parecen algodones 
verdes; también sobresalen en los techos unos paneles solares instalados 
para calentar el agua con la que se bañan sus moradores.
Aunque Arturo Álvarez llegó a vivir al barrio apenas en 2006, es un
 conocedor de la historia de su fundación. Cuenta que antes de ser 
apartamentos, allí habían lotes y mangas donde incluso había un terreno 
del que explotaban arcilla para fabricar tejas.
La construcción de los edificios de cinco pisos del lado occidental de la
 avenida 80 concluyó antes de 1980, mientras que las obras en el lado
 oriental terminaron en 1982. Álvarez relata que para aquella época la 
vía que divide las dos etapas no existía como se la conoce hoy en día, o
 al menos no era tan ancha como ahora.
Los paneles solares
La Fundación Centro Experimental Las Gaviotas fue quien lideró la 
instalación de este tipo de energía para la Nueva Villa de Aburrá. Con más
 de 30 años de experiencia, reseñan en su página web que la de este barrio
 de Medellín fue en su época la instalación “más grande del mundo”.
Independientemente de la veracidad de la afirmación, lo cierto es que 
hasta el sol de hoy los paneles siguen funcionando y aliviando el consumo
 de electricidad de los vecinos.
“La construcción de la urbanización significó una gran innovación para los
 proyectos residenciales de la ciudad, (...) fue la primera en usar la energía
 solar para el calentamiento del agua”, señala la ingeniera civil y residente
 María Elena Uribe Rivera.
Con el paso de los años, Álvarez reconoce que hace falta quizás hacerle un 
mantenimiento a los contadores de los sistemas, pero saca pecho porque
 mientras que en Colombia apenas toma fuerza el tema de paneles foto
 voltaicos, su barrio fue pionero hace casi 40 años.
La herradura
El movimiento del rock en Medellín ha tenido cinco grandes epicentros, 
los parques Obrero de Boston, el del Periodista en el Centro, el de El Poblado,
 las Torres de Bomboná, y sin lugar a dudas la plazoleta Cincuentenario de 
la Nueva Villa del Aburrá.
Por este espacio en forma de herradura, pasaron bandas musicales como
 Ehkymosis y Perseo. En la década de los 90 se convirtió en un lugar donde
 confluyen diferentes culturas: punkeros, metaleros, skaters, raperos, entre 
otros.
Alejandro Cardona, quien vive en el lado oriental, recuerda que desde su
 infancia los rockeros se tomaron la plazoleta, mientras que otros intereses
 llenaban el resto de zonas públicas del barrio, donde es normal encontrar a 
personas disfrazadas, con espadas, participando de lo que se conoce como 
juegos de rol.
El Código de Policía, que prohibe el consumo de licor en espacio público
 tiene su paréntesis en la herradura, pues al ser un sitio privado, está por fuera 
del alcance de la norma.
“Es un lugar emblemático, donde se pude disfrutar con precios muy baratos.
 Puede que por eso tomó relevancia y vayan muchas personas para departir 
al aire libre”, comenta Juan Esteban Oliver, visitante ocasional de la plazoleta.
Límites
En 2009 hubo protestas por la prohibición de darse besos en la herradura, 
que supuestamente había impartido la administración de la urbanización. 
Entonces la juventud decidió ir allá mismo y armar una besatón con lo cual 
terminó el debate.
Pero los residentes no piden otra cosa que consideración en el barrio que
 habitan. La administradora Luz Adriana Moreno explica que nunca han 
visto en las expresiones de afecto algo inmoral y solo se trata de un llamado 
al respeto cuando esas demostraciones pasan a ser obscenas.
La música en los locales está permitida hasta las 11:00 p.m., cuando los
 vigilantes privados piden a quienes se encuentran en la plazoleta salir del
 lugar para no afectar la tranquilidad de aquellos que solo pretenden conciliar 
el sueño en sus hogares.
La Nueva Villa del Aburrá tiene varias caras: en las mañanas y tardes desfilan
 por sus calles deportistas con sus mascotas, niños en sus triciclos, y ancianos
 en sus paseos diarios; las noches huelen a juventud y cerveza. Tal es la magia
 del barrio, que parece que tiene cabida para todos.

CONTEXTO DE LA NOTICIA

Arturo Álvarez opina que la plazoleta se presta para los eventos (musicales o culturales), para el
 disfrute de la juventud y como un espacio para las familias. De alguna manera, los vecinos se acostumbraron a eso, pero piden respeto las normas de la administración porque también es una 
zona residencial. Por su parte, la administradora Luz Adriana Moreno comenta que quien compra
 su apartamento allí debe saber que la zona tiene una vida nocturna, con límites pero la tiene.

Tomado de: http://www.elcolombiano.com/antioquia/una-pequena-villa-en-el-occidente-de-medellin-CE8677774





Denuncian vandalismo a escultura de Villa de Aburrá

Trasladarían la obra. Comunidad dice que nadie responde por su cuidado.







la obra es un gran referente para la comunidad y es visitada
 permanentemente por los amantes de la escultura en el 
mundo.
Foto: 
Esneyder Gutiérrez



26 de noviembre 2016 , 10:05 a.m.
 La famosa escultura ‘Los Obreros’, del artista panameño Justo Arosemena, ubicada 
en la Nueva Villa de Aburrá, está siendo devorada por el abandono y la falta de cultura 
ciudadana.
A la obra, conformada por una estructura de concreto y siete figuras de lámina, le 
destruyeron la parte inferior de la pala.
La figura, un hombre de tipo negroide, con casco, pantalón remangado, correa y sin 
camisa, tenía una pala entre sus manos con la que simbolizaba el trabajo rudo de los
 que laboran en la construcción.
Jesús María Martínez, quien lleva 36 años en el mantenimiento de la unidad residencial,
 expresó que esta es la segunda vez que le dañan la pala al monumento.
La primera vez, hace como siete u ocho años, los residentes la recogieron y la soldaron
 de nuevo con la ayuda de un experto. En esta ocasión, la encontraron rota y decidieron
 mejor guardarla para que no se pierda.
“En esa pala hay manes que sientan a las peladas para tener sexo”, cuenta Martínez.
En el pasado, para evitar ese inhabitual uso, la administración de la Villa tomó medidas
 como aplicarle grasa, ponerle clavos y hasta se propuso envolverla en alambre de púa.
Sin embargo, no fue suficiente. Además, porque desvirtúa la esencia de lo que quiso expresar el artista con su creación.
La obra luce hoy con uno de los trabajadores sin su herramienta y, en general, en un estado deplorable por falta de mantenimiento, así como por los grafitis y rayones que la gente le hace.
Claudia Marcela Velásquez, que ajusta un año en la urbanización Nueva Villa de 
Aburrá como administradora, aseguró que la responsabilidad en cuanto al mantenimiento de la obra 
es un enigma.
Al inicio de su gestión envió un derecho de petición a la Secretaría de Cultura de 
Medellín solicitando restauración y protección de la escultura. Pero la Secretaría de Cultura respondió que no está dentro de sus competencias.
Velásquez recordó que llamó a la Alcaldía antes de realizar el primer derecho de 
petición y la respuesta fue que eso correspondía a la Secretaría de Cultura, luego esta
 sugirió que realizara la petición a la Secretaría de Obras públicas. Hasta el momento 
no ha habido respuesta y “solo ha generado que la restauración y protección de la obra
 esté en vilo”, agregó Velásquez.
La administración de la urbanización ha dejado en claro que el mantenimiento no es 
su responsabilidad. Pero, aun así, propuso, ante la negativa de las autoridades 
competentes, que la comunidad pagaría la restauración con la condición de trasladarla
 al centro cultural de la unidad residencial donde le darán los cuidados necesarios y 
conservar la escultura que es representativa no solo del barrio sino también de la ciudad.
Esneyder Gutiérrez
Para EL TIEMPO
Tomado de: https://www.eltiempo.com/colombia/medellin/denuncian-vandalismo-a-escultura-de-villa-de-aburra-34234



Ir por la Villa de Aburrá es sentirse en una ciudad chiquita


IR POR LA VILLA DE ABURRÁ ES SENTIRSE EN UNA CIUDAD CHIQUITA

Continuamos los recorridos por los barrios de Belén, conociendo lo bueno y lo malo desde las voces de sus vecinos.

La tranquilidad que se siente al caminar por la etapa 1 de la Nueva Villa de Aburrá es deliciosa. Así lo expresan sus vecinos y así lo evidenció también el periódico Gente en un recorrido a pie entre los laberintos de sus 68 bloques, sus 3 plazoletas internas y sus espesas zonas verdes.
Lea también: Recorrido por La Mota
En ese predio ubicado en el costado occidental de la avenida 80, donde antes había una finca con tejar, entregaron desde 1980 los 544 apartamentos de esta urbanización abierta que marcó un hito innovador en la ciudad.


El orgullo de vivir en un barrio bien planeado

Foto Esteban Vanegas

Foto Esteban Vanegas

La Villa, desde sus inicios, ha sido “un vividero muy bueno y apetecido”. De acuerdo con Gloria Elena Escobar, vecina fundadora del barrio, uno de los orgullos del sector es que durante 38 años los copropietarios han tenido acceso al agua caliente por medio de los paneles solares ubicados en los techos de cada bloque. “Fue la primera urbanización en Medellín que los tuvo y funcionaron perfecto”.
Muchos de esos primeros habitantes llegaron allí cuando apenas estaban formando su familia, y vieron en este barrio planeado, tan silencioso y ordenado, el sitio ideal para criar a sus hijos. La integración de los vecinos se fue forjando, en parte, gracias al centro cultural donde se organizaban fiestas para festejar las fechas especiales.
Según Gloria Elena, otra ventaja de la Villa es el acceso al comercio, no solo por las tiendas dentro de la urbanización, sino también por la cercanía a la plazoleta de la herradura, en la etapa 3 de la Villa, y también al centro comercial Los Molinos. 

Ahora hay más seguridad en la zona verde de la 80 

Foto Juan Antonio Sánchez

Foto Juan Antonio Sánchez

Hasta la zona verde donde se encuentra el monumento El trabajo, que rinde homenaje al obrero de la construcción, llegaban vecinos para aprovechar los vientos y elevar sus cometas. Cuentan los residentes del sector que por esta causa la electricidad fallaba constantemente y debido a ello un administrador decidió arborizar el lugar. Esa bandera verde la habían asumido también otros habitantes que fueron sembrando en lo que antes eran potreros, hasta convertir la Villa en ese pulmón natural que atrae la biodiversidad.
Cuenta Paula Andrea Álvarez que esta zona verde ha sido punto de discusión en la comisión accidental que lidera el concejal Ricardo Yepes, debido al consumo de marihuana y al deterioro que presentaba la escultura entregada por el maestro Justo Arosemena en 1984. A raíz de estas discusiones, este año la Alcaldía invirtió $ 183 millones en la restauración y adecuación del entorno y además reforzó la presencia policial. Sin embargo, el consumo de droga persiste.

El parque donde ya no juegan los niños

Foto Santiago Mesa Rico

Foto Santiago Mesa Rico

Son gratos los recuerdos que tiene Paula Andrea Vélez de esos días de infancia que pasó en el parque infantil de la Villa, ubicado entre las carreras 81A y 82A, con calles 32E y 32EE. En esa zona verde, dotada con juegos y una cancha de arenilla, ella solía jugar con sus vecinos, pero no ha sido igual para las siguientes generaciones. Este ya no es el sitio donde los papás, o ahora los abuelos, sacan a sus hijos y nietos. Prefieren jugar con ellos en las plazoletas, porque el parque, además de estar deteriorado (tiene piezas oxidadas, tornillos salidos, basuras y excremento de perros), ahora lo frecuentan personas que van a consumir marihuana.
Por otro lado, la cancha de arenilla, que antes administraba la Villa, hoy es manejada por el Índer. Allí entrenan escuelas de fútbol como el Club Deportivo Villareal y el Club Alexis García. Paula cuenta que, aunque antes solían organizarse también torneos, ahora se hacen con menos frecuencia debido al ruido que incomoda a los residentes de bloques cercanos.

Les dieron una manito a los andenes, pero todavía falta

Foto Santiago Mesa Rico

Foto Santiago Mesa Rico

El arreglo de andenes y la adecuación de la ciclorruta en el corredor de La Picacha sigue avanzando. El Área Metropolitana invertirá $ 10.000 millones en esta obra que conectará Belén con Parques del Río, y los habitantes de la Villa se sienten beneficiados. Según dice Gloria Elena Escobar, la comunidad estaba a la espera de una mejora del espacio público, porque en algunos sitios el crecimiento de los árboles ha levantado las aceras y es común ver accidentes. Esto ha tenido impacto también las redes de alcantarillado, que se han obstruido con las raíces. Cuenta Gloria Elena que ya han tenido que hacer reparaciones en 3 bloques y ahora el que presenta inundaciones de aguas negras es el 8.
Lo que espera la vecina Paula Álvarez es que la conectividad no les juegue en contra con la seguridad. Cabe recordar que, según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia, entre el 1.° de enero y el 18 de junio se registraron en el sector 26 hurtos a personas, 2 robos de carros, 3 de motos y 1 a residencia.



Tomado de: http://gente.com.co/recorrido-por-la-nueva-villa-de-aburra-medellin/


LA VILLA ES UNA DROGA

Por: Juliana Mejía Jiménez
En nuestra urbe existen espacios que se configuran como escenarios propios para las relaciones sociales, estos lugares además de ser zonas de encuentro, se aproximan a las vivencias  humanas de manera  directa;  la connotación de un espacio termina a veces jugando un papel importante en las particularidades de los individuos y de las colectividades, e  influenciando directamente la vida de muchos sujetos.
Un espacio de estos es la plazoleta de la Nueva Villa de Aburrá trae consigo más de una historia que se podría contar y que da pie para entender una parte de las juventudes pertenecientes al territorio de la ciudad de Medellín.
RECORRIENDO LA  HISTORIA…
El centro comercial de la Villa pertenece a la Urbanización Nueva Villa de Aburrá  que está ubicada en la comuna dieciséis, Belén, al sudoeste de la ciudad; el origen del nombre se remonta a la fundación del “Poblado de San Lorenzo de Aburrá”, la que ocurrió en el año 1616. Este sector fue erigido el 22 de marzo de 1671 con el nombre de Nueva Villa del Valle de Aburrá de Nuestra Señora de la Candelaria, al cual posteriormente, se le dio el nombre de Villa de Medellín en noviembre de 1675.
La señora María Patricia González habita en la etapa tres desde el año 83. Ella cuenta que antes de construirse la urbanización estos lotes eran  lagunas y  potreros; sus habitantes llaman a la primera etapa la vieja villa y al centro comercial le dan el nombre de   plazoleta o de herradura (por su forma).
Los locales se pensaron con el propósito de llenar las necesidades de los habitantes de los apartamentos y  los moradores más cercanos. La idea de plaza estilo europeo, que se considera como un sitio vitalizador de actividades comerciales y espacio eminentemente de uso público, hoy es una luneta que cumple funciones sociales importantes.
Los primeros  locales fueron almacenes de ropa y de comidas rápidas, hoy en día prevalecen algunos de estos, empero han incrementado la tabernas; el centro comercial se considera espacio público sin embargo posee vigilancia privada.
Ana María, una joven de veintidós años que frecuenta la villa desde hace trece, cuenta que éste era un sitio en donde la gente se encontraba para ir a rumbear a  lugares como el Pub. También se emborrachaban aquí y posteriormente se iban a rematar a otros sitios. Llegó un momento en el que la gente percibió que en esta plazoleta no los molestaba tanto la ley como en la Torres de Bomboná y otros sitios de la ciudad, es más, muchas de las personas que frecuentaban las Torres migraron a la Villa.
Catalina es una joven de veintitrés años quien cuenta que “cayó”  a la Villas porque en ese tiempo era menor de edad, además  que era un sitio barato y podía ponerse la ropa que quisiera y sin que nadie la criticara; dice además, que este lugar siempre ha sido concurrido  por todo tipo de personas; narra que todos los sujetos a excepción de los menores de edad pasan por los bares para “sollársela” , pero resultan afuera porque es más barato.
Patricia, habitante de la Villa describe las primeras tabernas, las cuales, además de no ser de música rock, solían ser visitadas por personas de la Villa misma; con el tiempo las circunstancias fueron cambiando, ya habían nuevos visitantes y las tabernas modificaron el estilo de música; la señora dice, que la llegada de estos forasteros se volvió una cadena: una persona ajena llegó, fue trayendo a otros y este nuevo grupo no compaginó con el primero, el cual desertó. Afirma además que “esa gente ha sido muy difícil de controlar, se les han impuesto normas (la hora de permanencia en la plazoleta es hasta las 12 p.m.) y no pueden poner sillas, ni carpas , sin embargo, el gentío en la plazoleta es impresionante”.
Ana, explica que la gente de la unidad residencial ha intentado molestar, colocando incluso vigilancia privada, “pero que eso no ha valido ya que la gente no se va, es más, hubo un tiempo en la época de los Skates  y los Rollers  en que por los enfrentamientos entre bandas la gente dejó de ir a la Villa pero debido a que las milicias populares se involucraron, el conflicto entre bandas se trasladó, y las cosas volvieron a estar igual que antes”.
Para Ana las escalas de la herradura fueron diseñadas para sentarse y tomar vino, ella piensa que a la gente “la llama”  en donde hay dónde sentarse; las personas que van a la Villa son expresión de un pensamiento que se refleja en una música cargada de emoción.
Existió un tiempo en que la Villa era solo un lugar para la cultura Rock; en la actualidad esta plazoleta durante la noche es un lugar de encuentro para muchos jóvenes que escuchan este tipo de música; no obstante, no son los únicos que se apropian de este territorio, aquí el  espacio se pluraliza, es ocupado por jóvenes de subculturas y de diversas tendencias  musicales, e incluso por personas de mayor o menor edad.
Por estas razones es importante observar cómo son las relaciones sociales en correspondencia con el lugar: una sola plazoleta llena de ideologías diferentes y de grupos que se comportan y se apropian de los espacios de manera disímil.
LA VILLA LUGAR DE TRANSICIÓN
La plazoleta de la urbanización fue creada como un área de comercio enfocada a satisfacer las necesidades de consumo de los habitantes del sector; su arquitectura se asocia como un No-lugar : una amplia explanada ausente de espacios en dónde reposar, estructura que refleja una finalidad de transición y poca permanencia.
Este centro comercial pareciera no cumplir con los propósitos iniciales para los que fue construido; María Patricia afirma que el comercio que allí se instaura no cumple de manera sinérgica las necesidades comerciales de los habitantes de la zona, y además, en las horas de la noche sufre una transformación significativa que da lugar a dos caras de un mismo sitio.
En las horas de la mañana parece ser una zona estática, la aparición de algunos transeúntes que se desplazan con agilidad refleja el diario panorama, cemento muerto y pocas relaciones de socialización primaria, no obstante al medio día suele tener más dinamismo, sin que un movimiento pasivo deje de acompaña el lugar.
¿LUGAR DE ENCUENTRO, O CONFUSIÓN?
Al caer la tarde la Villa se va llenando gradualmente hasta transformarse en un lugar de encuentro; amigos se reúnen, charlan, y hasta tocan guitarra; en algunos de estos encuentros y relaciones sociales predomina el consumo de licor, cigarrillo y de manera discreta, de sustancias psicoactivas.
En el transcurso de la noche se hace difuso identificar estilos, los metaleros  se ubican a un  lado de los alternos , los gronchos  bromean cerca de los skate, diversidad de personas transitan, todo se hace confuso, el ambiente se torna nuboso para quien observa, muchas veces se ha escuchado decir que la Villa es un espacio propicio para la cultura rock, empero, ante este panorama se podría decir que es un escenario plural, expresado en la diversidad de subculturas, tribalismo urbano y relativismo cultural.  nota al pie]
Observando este cuadro, se hace difícil entender la dinámica relacional de dicho territorio. Catalina cuenta que en la época de los noventa, la Villa era un lugar para la cultura Rock, este pensamiento al ser una preconcepción social logra que quien se incorpora buscando entender el espacio se encuentre permeado por juicios de valor,  por tanto se hace confusa la expectación; empero, en el ejercicio de observación se logra visualizar la pluralidad y además encontrar cierta armonía en la misma; pensar que la diferencia es un elemento que imposibilita la integración social, impide visualizar las relaciones de espacios de diversidad cultural. Entender la pluralidad termina permitiendo la clara visualización de los espacios.
LA INFLUENCIA DE UN LUGAR EN  UNA  VIDA
Este espacio, se ha convertido para muchos jóvenes en un lugar de convivencia y de socialización.  Para Catalina la Villa  fue donde creció, donde se crió, “lo que soy es gracias a la Villa, o por desgracia lo saqué de la Villa… considero que la Villa me ha ´cagado´  mucho, y no es porque yo alguna vez me haya considerado la niña inocente, no, porque yo siempre he sido… muy… no sé, algún día deseo definirme, pero yo llegué a la Villa y yo conocí los excesos, el exceso de diversión, el exceso de alegría, el exceso de tristeza, el exceso de risa, el exceso de lágrimas y a mí eso me parece muy triste, desde que yo llegué a la Villa, cambié las amistades que tenía: de la cuadra, del colegio, con las niñas buenas estudiantes, con las que no hacían nada malo; yo llegue acá, me involucré con una barrita, eran satánicos, y se iban cada ocho días para los cementerios; yo vivía tragada del jefecito de ellos, y conocí la vida como no la debí haber conocido, y me di cuenta muy chiquita, que la vida no era jugar con la Barbie y el Ken y que se casaban, tenían sus hijos, y vivían felices para siempre; yo me di cuenta que la vida era una decepción, y yo siento que desde que llegué acá, la vida es eso, una decepción y el problema es que la Villa es como una droga para mí. Yo digo, tengo que dejar la Villa, tengo que cambiar de ambiente, y yo cambio, pero una semana e incluso uno o dos meses; pero siempre vuelvo a la Villa, con la gente que conozco, con la gente que me vio crecer, a la gente que yo vi crecer, la gente que me ha causado tantas lágrimas y tantos dolores. Es eso, la Villa es una Droga”.
¿QUÉ ES ENTONCES LA VILLA?
¿Es la Villa ese lugar donde pueden encontrarse los amigos? Sí, un sitio muerto de día y vivo de noche, del que se han apropiado cientos de jóvenes, un lugar de encuentro, lugar de excesos, lugar de rumba, lugar de pluralidad.
En la  Villa se puede guitarrear, hacer picnic, tomar, fumar, consumir droga; los menores de edad tienen lugar, también las familias, los jóvenes de todo tipo, las persona mayores, es la Villa un sistema social de vida seminocturna, es un ecosistema que se recrea en sí mismo, pero es tan absorbente que incluso, como dice Catalina, es la Villa una Droga, la cual trae consigo placer, vacío, alegría tristeza, y de la cual, es difícil salir.

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El salón de los rockeros

Si usted no ha ido a Valhala Rock Bar en Medellín, aquí los acercamos a la historia de este espacio emblemático para la tertulia y sonido del rock n roll. 
Mauricio López Rueda // @WillyWildeR10 // 16 de agosto de 2018
El Valhalla, en la mitología nórdica, es el “salón de los caídos” de Asgard, reino de Odín. La mitad de los muertos en combate van allí a la espera del Ragnarok, mientras que la otra mitad va al salón de Freyja, o el “salón de la gente”, más conocido como el Fólkvangr.
Al Valhalla llegan los muertos guiados por las valkirias, y allí descansan hasta la “Batalla del Fin del Mundo”.
En Medellín existe un Valhala. Está ubicado en la Villa de Aburrá, en Belén, y para ir hasta allá no es necesario morir sino al contrario, es obligatorio estar vivo, muy vivo.
Valhala es uno de los bares de rock emblemáticos de la ciudad. Fue fundado el 15 de mayo de 2000, fecha en que abrió sus puertas al público, a las nueve de la noche. Su creador es Juan Carlos Orrego, un oriundo de Ituango quien llegó a Medellín a finales de los ochenta, junto a su familia, con quienes se instaló en el barrio Santa Mónica.
Esos primeros años fueron de mucho metal, pues Juan Carlos y su hermano Iván eran aficionados a ese género, y no había tarde en que no se juntaran con sus amigos a escuchar vinilos a todo volumen. Fue así como se enamoraron del rock, y fue así como se les metió en la cabeza la idea de abrir un bar.
En esos turbulentos tiempos de cambio de gobierno y fracasados procesos de paz, los jóvenes colombianos buscaban en el rock un espacio para expresarse libremente. Muchas bandas surgieron de las calles de Medellín, y sobre todo de Belén.
Valhala era el único bar rockero de la Villa, y por ello atrajo a un sinnúmero de clientes que se volvieron habituales. Y en ese intercambio de experiencias, en esa retroalimentación de realidades, el bar también tuvo que hacer cambios. El metal siguió siendo el género de la casa, pero los Orrego empezaron a permitir nuevos sonidos. El punk, el grunge, el indie e incluso el blues, fueron abriéndose paso con sus respectivos aullidos de guitarras.
Cada noche era una fiesta inolvidable y, en esas mesas de madera, se fueron construyendo historias dignas de leyenda. Allí se han formalizado matrimonios; han iniciado amistades; se han creado bandas y se han compuesto canciones.
Valhala se transformó en una especie de cofradía, en una sociedad de rockeros indestructibles.
Es común encontrarse grandes personajes en la barra y en las mesas, tales como Juanda Villa de Juanita Dientes Verdes, Camilo Martínez o Juanda Márquez de Nadie. También lo han visitado los integrantes de Estados Alterados, La PestilenciaFrankie ha muertoMasacre y Neus, entre otros.
Un viejo conocido, por ejemplo, fue el ‘Titán’ Elkin Ramírez, quien llegó alguna noche como cliente y falleció siendo uno de los mejores amigos del bar. Por eso los Orrego le rindieron homenaje cuando murió y prestaron el bar para el lanzamiento de su libro.
Pero además de los grandes artistas del rock, a Valhala acuden otros personajes de la escena rockera como Santiago Arango, Mario Líbido, Andrés Valencia, Alirio Cuervo y Hugo Caro.
En todos estos años, más de 130 personas han trabajado en el bar que, gracias a su historia, es reconocido en Belén como un importante referente cultural.
A Valhala le quedan muchos años de gloria por delante y los rockeros que gozan la vida a plenitud, tendrán siempre las puertas abiertas para ir a beber los elixires que ofrecen Anamilé y La Roja, y que prometen noches de fiesta, de amores y de guitarras afiladas.
Porque como dice Judas Priest en su famosa Halls of Valhalla, “Bebemos y nos gloriamos del cáliz, sosteniendo el curso, a través de largas noches y días”.
Tomado de: http://www.hagalau.net/noticias/2588-el-salon-de-los-rockeros