miércoles, 30 de julio de 2014

HISTORIA DE BELÉN

HISTORIA

RESEÑA HISTÓRICA DE BELÉN

Hablar de la historia de Belén, implica necesariamente hablar de la historia de Medellín desde la llegada de los españoles al  Valle de Aburrá, pasando por el proceso de poblamiento, crecimiento y desarrollo de su territorio que fue conduciendo hacia la división territorial hasta llegar a la que actualmente existe, dentro de la que Belén adquiere la categoría de Comuna 16 del municipio de Medellín.

“El Vallé de Aburrá estaba habitado por grupos indígenas que hacían parte de una misma familia lingüística, aunque se distribuían a lo largo y ancho del valle en pequeños grupos… el valle era denominado por los nativos como Aburrá, al que se accedía desde el Alto de Barcino al sur del valle, utilizando un camino empedrado que comunicaba el Aburrá de los Yamesíes, con los poblados indígenas de la cuenca del Sinifaná, hoy del suroccidente de Antioquia, conocidos como los municipios de Heliconia, Armenia Mantequilla, Ebéjico y la región del Cauca”.

El Plan de Desarrollo Local de la Comuna 16, Belén, Fase II2 presenta una reseña histórica de dicho territorio, la cual se retoma para contextualizar momentos claves en el desarrollo de la Comuna 16. El citado documento expresa que:
“En la historia de la ciudad de Medellín por esa época de 1.541, Belén se denominó Aburrá de los Yamesíes, nombre de la tribu que lo poblaba. A la vez que fue el sector por donde entró al valle del Aburrá don Jerónimo Luís Tejelo.

En los archivos históricos siempre se refieren a “la Otra Banda”, (Otrabanda) u orilla del río, respecto de la banda donde está el observador, esto se debe a que desde la fundación del Poblado de San Lorenzo en su auto de resguardo, el Oidor de la Real Audiencia y Visitador de Antioquia don Francisco Herrera Campuzano, dijo que se hiciera “en la otra banda” es decir en la margen oriental del río. Ya en el año de 1616 lo que hoy es Belén, se convirtió en una encomienda indígena llamada Otrabanda de Aburrá”.
Al respecto, el historiador Roberto Luís Jaramillo Velásquez menciona que en un primer período, esta encomienda…
“funcionaba como una especie de centro económico, en donde los diferentes grupos indígenas llegaban para pagar su tributo a la corona española. Llegada la mitad del Siglo XVII empieza un segundo período caracterizado por la decadencia, debido a las luchas por las tierras que empiezan a ser vistas como fuente de gran importancia y valor para el desarrollo de la agricultura y la ganadería; por lo cual se tiene que trasladar la encomienda. Estas actividades (agricultura y ganadería) se mantuvieron de forma exclusiva y continua hasta las primeras décadas del siglo XX, cuando La Otrabanda se integra físicamente a la ciudad con la construcción de obras civiles que permitieron el fácil cruce del río”.
Hacia finales del siglo XVII, se incrementa el proceso de poblamiento en el sector de Otrabanda, sobre todo a orillas de las quebradas, en mejores condiciones para la agricultura y ganadería, por su cercanía a recursos naturales necesarios para la vida. Al respecto, el historiador Roberto Luís Jaramillo Velásquez, en su obra La Sede de Otra Banda5 afirma que:
“por los finales del Siglo XVII y después de erigido el sitio de Aná como nueva villa de Medellín, tenían necesidad los vecinos de unos ejidos o terrenos comunales que, por estar cercanos al rio, eran pantanosos; al frente, en la parte occidental – y rio de por medio-, había una llanura con pocos desniveles, bien regada, verde y apetecida por los labradores y dueños de hatillos: era La Otra Banda, en la que se habían formado muchas pequeñas propiedades, casi todas cercanas a las quebradas del Mal Paso, La Corcovada, La Puerta, La Iguanacita (hoy, La Gómez), La Iguaná, El Salado, El Gueso (hoy, La Hueso), La Ana Díaz, La Matea, La Picacha o Aguas Frías, La AltaVista, La Guayabala, La Doña María, y otras menores. Algunos se atrevieron a levantar casa y estancia en las vegas y orillas del rio, por ser terrenos bajos, inundables y húmedos”.

Con el transcurrir del tiempo, el crecimiento demográfico del sector de Otrabanda crea para la Iglesia Católica –en su labor pastoral– la necesidad de precisar la jurisdicción de las parroquias que iban surgiendo. Se trataba sobre todo de definir los límites y jurisdicción de las parroquias de La Candelaria y Otrabanda. En 1814 en el gobierno de la primera República de Antioquia y después de 16 años de insistencia se erige el nuevo curato de “Belén de Otrabanda” con enorme jurisdicción en casi toda la antigua Otrabanda y en 1.830 se le dio el nombre actual: Belén. En la delimitación histórica de la Otrabanda se dice que en 1817 el cura de la Candelaria, José Salvador Tirado, solicitó que el otro lado del río quedase de Belén, modificando los límites así: “Del desemboque de la quebrada La Madera al río, este arriba hasta el desemboque de Doña María (quebrada) y de aquí hasta los antiguos límites del curato de Medellín” .Luego, añade que los límites de Otrabanda “Se situaba entre los de Envigado (por el lado de Itagüí) y el del Hato Viejo, por El Pedregal; y subía desde el rio Medellín hasta el visto desde la cordillera, salvo lo que correspondía a los curas de San Cristóbal y de San Pedro.

Estos eran los límites del naciente curato de Belén, mientras que desde la parroquia de La Candelaria, se precisaban también sus propios límites. Al respecto, en la reseña histórica de Belén publicada en el Plan de Desarrollo Local Fase II se precisa que en 1828 el límite de la parroquia de La Candelaria presentada por el padre Benítez, da una exacta claridad de los límites de la parroquia de Belén así: “Sus límites con el curato de Belén están bien demarcados por el río Medellín en su curso entre uno y otro curato, de suerte que la banda occidental corresponde a la de Belén y la opuesta, al este de Medellín”
“En este sector occidental se desarrollaron cuatro áreas que tienen identidad histórica propia y son: San Sebastián (Palmitas), San Antonio de Prado, San Cristóbal y Belén, este último comparte y entreteje una misma historia con los barrios La América, Robledo y Guayabal es por ello que exceptuando los tres que hoy denominamos corregimientos, al recopilar la historia de los barrios urbanos de Medellín ubicados en la zona occidental, debemos remitirla a la historia de Belén.

La Integración de Otrabanda al resto de la ciudad se da a finales del siglo XIX y a principios del XX. Las fracciones de Aguacatala, El Poblado, Robledo, Belén, Guayabal, La Granja, La América, Bello, Piedras Blancas, San Cristóbal y San Sebastián, eran considerados como asentamientos periféricos o área rural o “resto del municipio de Medellín”. Solamente a partir de 1.858, cuando se continuó el Camellón de Carabobo hasta el río y se inició la construcción del Puente de Guayaquil (terminada en 1.864), se da el proceso de integración de Belén a la ciudad, proceso que se realiza inicialmente a través de la producción de insumos para la construcción y de alcoholes y aguardiente. En 1875 era el segundo sector más poblado del valle del Aburrá por número de habitantes, y el más productivo, especialmente de caña de azúcar y frutales. Además de ser una despensa era un sector que generaba envidias y odios hasta el punto de darse la lucha por la tierra y por la libertad.   Hacia 1920 aparece Belén como "fracción" de Medellín con 5.922 habitantes, siendo considerada como un corregimiento del área urbana.

Durante las décadas de 1920 y 1930 el crecimiento acelerado de la población y la naciente industria antioqueña, permitieron que se propagaran los asentamientos ilegales, localizados casi todos en las llamadas fracciones de El Poblado, Belén, AltaVista, La América, El Rincón, Las Mercedes, Tenche, San Germán y otros; estos pequeños poblados conformaban una extensa zona rural que luego se correspondería con el occidente de Medellín, cuando por un proceso de urbanización lentamente se convirtieron en barrios legalizados.

Por estos años el sector de Otrabanda comienza a tener importancia en el proceso de expansión de Medellín con la construcción del aeropuerto en 1931, el asfalto de la carretera a Belén, el continuo surgimiento de nuevos sectores o barrios y la rectificación del río que rompió la barrera de expansión de la ciudad hacia la zona occidental entre Guayabal, Belén y La Iguaná. Por un proceso territorial en 1938, fueron suprimidos como corregimientos Belén, Guayabal, La América, y Robledo y luego, anexados como barrios urbanos a Medellín.

Barrio Belén (1940-1960): En 1938 cuando la fracción de Belén recibe la categoría de barrio, la ciudad contaba con 168.266 habitantes, por lo tanto necesitaba expandir su perímetro y así como los españoles habían mirado con interés la Otrabanda del río, los constructores fijaron su atención en esta zona que ya empezaba a evidenciarse con carácter de zona industrial. La consolidación de espacios residenciales para los pobladores vinculados a las industrias nacientes, y la construcción de una infraestructura vial y de servicios que respondiera a los requerimientos de este desarrollo, muestran el notorio auge de esta zona sur occidental de Medellín desde finales de la década de 1930.

Belén de los años 1960 a 1980: En 1963 la Administración Municipal aprobó la división territorial de la ciudad, con la cual se pretendía adjuntar al concepto de zonificación, pues seguía rigiendo la idea de ordenamiento urbano, criterios geográficos y socioeconómicos para la agrupación de la ciudad alrededor de unidades barriales y comunales; se definieron seis comunas: comuna 1 Oriente; comuna 2 Robledo; comuna 3 La Candelaria; comuna 4 La América; comuna 5 El Poblado; y comuna 6 Belén. Cada comuna con barrios de características homogéneas y proximidad territorial.

En Belén se abrió, a finales de la década de 1950 y principios de 1960, la carrera 76 hasta la Gloria y el anillo medio occidental (Carrera 80 hasta la 30).

En su política de fomento, el Estado colombiano contó con el apoyo tanto de constructores como de la iglesia católica, la cual, para esa época, construyó urbanizaciones como el denominado barrios de Jesús en un sector entre el barrio San Bernardo y la fracción de Las Margaritas, ambos divididos por un afluente denominado Caño Panorama, el cual fue entamborado y se realizó su relleno en la década de 1990, con el material retirado para la construcción de la Terminal del Sur, en un extremo de esta ladera se construyeron la torre Bosques de San Bernardo.

El hoy denominado barrio Las Playas contiguo a los anteriormente mencionados y la parte baja del barrio Altavista fue construido por el Instituto de Crédito Territorial (ICT), como parte de la política de fomento, con las especificaciones que el mercado estaba imponiendo; los lotes para construcción eran de 72 metros cuadrados, reducidos en algunos casos a 60 metros cuadrados, y las vías de acceso a la vivienda pasaron a 9 mts. de sección, de allí la particularidad vial del barrio Las Playas, para esa época esta misma entidad (ICT) había construido los primeros edificios multifamiliares, la urbanización Rafael Uribe Uribe.

También por iniciativa de constructoras privadas se habían construido barrios como La Nubia, Rosales, Fátima y La Castellana. A finales de este período y principio de los 80, Cadenalco había construido en un proceso de reloteo de la denominada finca de la Familia Medina el LEY de Belén, luego el otro lote de esta finca dio origen al denominado Mall de la 76 urbanización Quintas de Veracruz.

Belén y su incorporación a la ciudad Moderna: Hasta mediados de la década de 1980 la parte periférica de Belén estuvo libre de proyectos de construcción, era común para los habitantes de la centralidad realizar paseos de olla a la parte alta de Belén Rincón, a sectores como el Manzanillo y la parte central de Altavista (hoy corregimiento), a la casa de La Piedra y la cascada de aguas cristalinas cerca de las areneras del sector llamado La Perla, detrás de donde hoy existe la Perrera Municipal. También era frecuente asistir a las fiestas de la arepa en Belén Rincón, fiestas que incluían reinado.

Varios factores realizan en este periodo la integración de estas tierras al mercado inmobiliario de la gran ciudad, como en el primer proceso, la expansión de la malla vial de la comuna, se destacan en esa época la continuación de la carrera 80-81, la circunvalar 84 y la calle 1 sur que une a la parte de Belén Rincón con la carrera 80-81, además se construye la carrera 70, paralela al hoy Aeroparque Juan Pablo II. Igualmente se dan pequeñas construcciones en sectores que hasta ese entonces eran rurales como los lotes de doña Enriqueta en el sector de Belén Rincón en donde se construyeron las urbanizaciones Tejares del Valle y Balcones de la Serranía y en la parte de Las Violetas se construyeron apartamentos y casas como Altos del Castillo.
Sobre la carrera 80-81 se empiezan a desarrollar programas de vivienda para sectores medio-alto con la construcción de unidades residenciales como La Mota, El Enclave, Kalamari, Quintas del Plantío; Campanas de la Mota, y Vegas del Rodeo; ya antes sobre este corredor se había construido la urbanización Nueva Villa de Aburrá y la Urbanización Tierralta junto al hoy mercado Consumo.
Un segundo factor es el cambio que se dio en la división territorial de la ciudad en el año 1987 según el Acuerdo 054 de ese año, que incorpora dos nuevos conceptos el de Zona y el de Comuna. Las primeras fueron delimitadas de acuerdo con perímetro urbano, las segundas, es decir las comunas, son tomadas como la mayor división de las zonas urbanas, identificadas por la relativa homogeneidad socioeconómica y cultural; entonces la ciudad quedó dividida en seis zonas y 16 comunas, la zona 6 incluyó a la comuna 15 Guayabal y a la 16 Belén, separándose la parte rural de Belén y convirtiéndolo en el corregimiento de AltaVista.
Un tercer factor es el cambio que se da en la administración política de la ciudad con la irrupción de las Juntas Administradoras Locales (JAL) a finales de la década de 1980, las cuales aplicando el acuerdo 054/87, debían tener muy claro su radio de acción y determinarlo en su zona y comuna, para empezar a obtener de cada barrio un banco de datos, su memoria y significación.

El Acuerdo Metropolitano Nº 09 de 1992 con el cual se amplió el perímetro urbano de la ciudad, permitió en esta comuna 16 algunos asentamientos humanos con características urbanas similares como eran: el entorno físico, el desarrollo histórico, las facilidades de acceso, la identificación de la comunidad con el territorio, la homogeneidad en las características de la población, la identidad de las necesidades y los elementos sociológicos aglutinadores de la población. Es así como se conformaron en Belén los barrios Villa de Aburra y El Nogal-Los Almendros.

La división territorial se estructuró con el Decreto 997 de 1993, el cual recogía el acuerdo 037 de 1992 que autorizó al Alcalde para realizar el ajuste de inventario de barrios de la ciudad de Medellín, y es así como se realizan modificaciones en el límite de las comunas 11 Laureles, 12 La América, 15 Guayabal y 16 Belén, quedando así:

Las Mercedes pasa de la comuna 12 La América, a la comuna 16 Belén.
El Rodeo y La Colina pasan de la comuna 16 a la comuna 15 Guayabal.
El cerro Nutibara pasa de la comuna 15 Guayabal a la comuna 16 Belén.
Miravalle pasa de la comuna 11 Laureles a la comuna 16 Belén.
A la fecha nuestra Comuna 16 Belén, tiene definidos 21 Barrios.

Belén y la planeación de su territorio: La planeación del territorio de Belén está integrada a los procesos de planeación que desde el orden central se han planteado el desarrollo de la Metrópoli que se inician con la creación de entidades como El Área Metropolitana del Valle de Aburrá (ordenanza 034 de 1980), la integración reglamentada de la Junta Metropolitana (Decreto 038 de 1981), y la reestructuración de la Oficina de Planeación Municipal con funciones Metropolitanas (Decreto 040 de 1982), con estos elementos se realizaría en 1982 el primer plan de desarrollo, denominado: Plan de Desarrollo de Antioquia 1983-1986, donde se planteó el proceso de descentralización municipal y se afirmó la necesidad de incluir a la ciudadanía en la formulación y ejecución de los planes de desarrollo, complementado con la elección popular de alcaldes y las consultas populares como los primeros mecanismos para la participación ciudadana en la planeación de sus territorios.

La primera aproximación a un proceso de planeación participativa en Belén se da cuando, con la coordinación de la Consejería Presidencial para Medellín, se realiza el Plan Estratégico que programa varios foros para abordar los problemas y los retos de las zonas de la ciudad y se consulta a la comunidad en general, generando las mesas permanentes de trabajo de discusión y proposición, éstas son: Educación, Empleo, Cultura, Medio Ambiente, Espacio Público y Territorio, Vida y Derechos Humanos, Juventud y Comunicaciones, dentro de este proceso se asiste al primer Foro los días 5 y 6 de julio de 1991 en las instalaciones de Comfama en Cristo Rey, allí las comunas 15 y 16 y el corregimiento de AltaVista, plantearon las propuestas para el desarrollo de la zona 6, las que quedaron consignadas en el documento de 1994, dentro del Plan Estratégico presentado por la Consejería, muchas de las cuales, al ser releías hoy, después de 16 años, son iguales a muchas de las propuestas presentadas en el desarrollo del actual Plan de Desarrollo Local Fase II.

En el año 2005 por iniciativa de la Mesa Político Institucional de la JAL y de la Asociación de Juntas de Acción Comunal, ASOBELÉN se plantea la urgente necesidad de la continuación de la elaboración de un Plan de Desarrollo para Belén y se le asigna, dentro del Presupuesto Participativo de ese año, recursos para su Primera Fase, ejecutados en el 2006. Nuevamente, en el Presupuesto Participativo del 2006, se asigna unos dineros para su Segunda Fase, que concluye hoy con la publicación de este documento

Referencias: 









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