HISTORIA
RESEÑA HISTÓRICA DE BELÉN
Hablar de la historia de Belén, implica necesariamente
hablar de la historia de Medellín desde la llegada de los españoles al Valle de Aburrá, pasando por el proceso de
poblamiento, crecimiento y desarrollo de su territorio que fue conduciendo
hacia la división territorial hasta llegar a la que actualmente existe, dentro
de la que Belén adquiere la categoría de Comuna 16 del municipio de Medellín.
“El Vallé de Aburrá estaba habitado por grupos indígenas que
hacían parte de una misma familia lingüística, aunque se distribuían a lo largo
y ancho del valle en pequeños grupos… el valle era denominado por los nativos
como Aburrá, al que se accedía desde el Alto de Barcino al sur del valle,
utilizando un camino empedrado que comunicaba el Aburrá de los Yamesíes, con
los poblados indígenas de la cuenca del Sinifaná, hoy del suroccidente de
Antioquia, conocidos como los municipios de Heliconia, Armenia Mantequilla, Ebéjico
y la región del Cauca”.
El Plan de Desarrollo Local de la Comuna 16, Belén, Fase II2
presenta una reseña histórica de dicho territorio, la cual se retoma para
contextualizar momentos claves en el desarrollo de la Comuna 16. El citado
documento expresa que:
“En la historia de la ciudad de Medellín por esa época de
1.541, Belén se denominó Aburrá de los Yamesíes, nombre de la tribu que lo
poblaba. A la vez que fue el sector por donde entró al valle del Aburrá don
Jerónimo Luís Tejelo.
En los archivos históricos siempre se refieren a “la Otra
Banda”, (Otrabanda) u orilla del río, respecto de la banda donde está el
observador, esto se debe a que desde la fundación del Poblado de San Lorenzo en
su auto de resguardo, el Oidor de la Real Audiencia y Visitador de Antioquia
don Francisco Herrera Campuzano, dijo que se hiciera “en la otra banda” es
decir en la margen oriental del río. Ya en el año de 1616 lo que hoy es Belén,
se convirtió en una encomienda indígena llamada Otrabanda de Aburrá”.
Al respecto, el historiador Roberto Luís Jaramillo Velásquez
menciona que en un primer período, esta encomienda…
“funcionaba como una especie de centro económico, en donde
los diferentes grupos indígenas llegaban para pagar su tributo a la corona
española. Llegada la mitad del Siglo XVII empieza un segundo período
caracterizado por la decadencia, debido a las luchas por las tierras que
empiezan a ser vistas como fuente de gran importancia y valor para el
desarrollo de la agricultura y la ganadería; por lo cual se tiene que trasladar
la encomienda. Estas actividades (agricultura y ganadería) se mantuvieron de
forma exclusiva y continua hasta las primeras décadas del siglo XX, cuando La
Otrabanda se integra físicamente a la ciudad con la construcción de obras
civiles que permitieron el fácil cruce del río”.
Hacia finales del siglo XVII, se incrementa el proceso de
poblamiento en el sector de Otrabanda, sobre todo a orillas de las quebradas,
en mejores condiciones para la agricultura y ganadería, por su cercanía a
recursos naturales necesarios para la vida. Al respecto, el historiador Roberto
Luís Jaramillo Velásquez, en su obra La Sede de Otra Banda5 afirma que:
“por los finales del Siglo XVII y después de erigido el
sitio de Aná como nueva villa de Medellín, tenían necesidad los vecinos de unos
ejidos o terrenos comunales que, por estar cercanos al rio, eran pantanosos; al
frente, en la parte occidental – y rio de por medio-, había una llanura con
pocos desniveles, bien regada, verde y apetecida por los labradores y dueños de
hatillos: era La Otra Banda, en la que se habían formado muchas pequeñas
propiedades, casi todas cercanas a las quebradas del Mal Paso, La Corcovada, La
Puerta, La Iguanacita (hoy, La Gómez), La Iguaná, El Salado, El Gueso (hoy, La
Hueso), La Ana Díaz, La Matea, La Picacha o Aguas Frías, La AltaVista, La
Guayabala, La Doña María, y otras menores. Algunos se atrevieron a levantar
casa y estancia en las vegas y orillas del rio, por ser terrenos bajos,
inundables y húmedos”.
Con el transcurrir del tiempo, el crecimiento demográfico
del sector de Otrabanda crea para la Iglesia Católica –en su labor pastoral– la
necesidad de precisar la jurisdicción de las parroquias que iban surgiendo. Se
trataba sobre todo de definir los límites y jurisdicción de las parroquias de
La Candelaria y Otrabanda. En 1814 en el gobierno de la primera República de
Antioquia y después de 16 años de insistencia se erige el nuevo curato de
“Belén de Otrabanda” con enorme jurisdicción en casi toda la antigua Otrabanda
y en 1.830 se le dio el nombre actual: Belén. En la delimitación histórica de
la Otrabanda se dice que en 1817 el cura de la Candelaria, José Salvador
Tirado, solicitó que el otro lado del río quedase de Belén, modificando los
límites así: “Del desemboque de la quebrada La Madera al río, este arriba hasta
el desemboque de Doña María (quebrada) y de aquí hasta los antiguos límites del
curato de Medellín” .Luego, añade que los límites de Otrabanda “Se situaba
entre los de Envigado (por el lado de Itagüí) y el del Hato Viejo, por El
Pedregal; y subía desde el rio Medellín hasta el visto desde la cordillera,
salvo lo que correspondía a los curas de San Cristóbal y de San Pedro.
Estos eran los límites del naciente curato de Belén,
mientras que desde la parroquia de La Candelaria, se precisaban también sus
propios límites. Al respecto, en la reseña histórica de Belén publicada en el
Plan de Desarrollo Local Fase II se precisa que en 1828 el límite de la
parroquia de La Candelaria presentada por el padre Benítez, da una exacta
claridad de los límites de la parroquia de Belén así: “Sus límites con el
curato de Belén están bien demarcados por el río Medellín en su curso entre uno
y otro curato, de suerte que la banda occidental corresponde a la de Belén y la
opuesta, al este de Medellín”
“En este sector occidental se desarrollaron cuatro áreas que
tienen identidad histórica propia y son: San Sebastián (Palmitas), San Antonio
de Prado, San Cristóbal y Belén, este último comparte y entreteje una misma
historia con los barrios La América, Robledo y Guayabal es por ello que
exceptuando los tres que hoy denominamos corregimientos, al recopilar la
historia de los barrios urbanos de Medellín ubicados en la zona occidental,
debemos remitirla a la historia de Belén.
La Integración de Otrabanda al resto de la ciudad se da a
finales del siglo XIX y a principios del XX. Las fracciones de Aguacatala, El
Poblado, Robledo, Belén, Guayabal, La Granja, La América, Bello, Piedras
Blancas, San Cristóbal y San Sebastián, eran considerados como asentamientos
periféricos o área rural o “resto del municipio de Medellín”. Solamente a
partir de 1.858, cuando se continuó el Camellón de Carabobo hasta el río y se
inició la construcción del Puente de Guayaquil (terminada en 1.864), se da el
proceso de integración de Belén a la ciudad, proceso que se realiza
inicialmente a través de la producción de insumos para la construcción y de
alcoholes y aguardiente. En 1875 era el segundo sector más poblado del valle
del Aburrá por número de habitantes, y el más productivo, especialmente de caña
de azúcar y frutales. Además de ser una despensa era un sector que generaba
envidias y odios hasta el punto de darse la lucha por la tierra y por la
libertad. Hacia 1920 aparece Belén como
"fracción" de Medellín con 5.922 habitantes, siendo considerada como
un corregimiento del área urbana.
Durante las décadas de 1920 y 1930 el crecimiento acelerado
de la población y la naciente industria antioqueña, permitieron que se
propagaran los asentamientos ilegales, localizados casi todos en las llamadas
fracciones de El Poblado, Belén, AltaVista, La América, El Rincón, Las
Mercedes, Tenche, San Germán y otros; estos pequeños poblados conformaban una
extensa zona rural que luego se correspondería con el occidente de Medellín,
cuando por un proceso de urbanización lentamente se convirtieron en barrios legalizados.
Por estos años el sector de Otrabanda comienza a tener
importancia en el proceso de expansión de Medellín con la construcción del
aeropuerto en 1931, el asfalto de la carretera a Belén, el continuo surgimiento
de nuevos sectores o barrios y la rectificación del río que rompió la barrera
de expansión de la ciudad hacia la zona occidental entre Guayabal, Belén y La
Iguaná. Por un proceso territorial en 1938, fueron suprimidos como
corregimientos Belén, Guayabal, La América, y Robledo y luego, anexados como
barrios urbanos a Medellín.
Barrio Belén (1940-1960): En 1938 cuando la fracción de
Belén recibe la categoría de barrio, la ciudad contaba con 168.266 habitantes,
por lo tanto necesitaba expandir su perímetro y así como los españoles habían
mirado con interés la Otrabanda del río, los constructores fijaron su atención
en esta zona que ya empezaba a evidenciarse con carácter de zona industrial. La
consolidación de espacios residenciales para los pobladores vinculados a las
industrias nacientes, y la construcción de una infraestructura vial y de
servicios que respondiera a los requerimientos de este desarrollo, muestran el
notorio auge de esta zona sur occidental de Medellín desde finales de la década
de 1930.
Belén de los años 1960 a 1980: En 1963 la Administración
Municipal aprobó la división territorial de la ciudad, con la cual se pretendía
adjuntar al concepto de zonificación, pues seguía rigiendo la idea de
ordenamiento urbano, criterios geográficos y socioeconómicos para la agrupación
de la ciudad alrededor de unidades barriales y comunales; se definieron seis
comunas: comuna 1 Oriente; comuna 2 Robledo; comuna 3 La Candelaria; comuna 4
La América; comuna 5 El Poblado; y comuna 6 Belén. Cada comuna con barrios de
características homogéneas y proximidad territorial.
En Belén se abrió, a finales de la década de 1950 y
principios de 1960, la carrera 76 hasta la Gloria y el anillo medio occidental
(Carrera 80 hasta la 30).
En su política de fomento, el Estado colombiano contó con el
apoyo tanto de constructores como de la iglesia católica, la cual, para esa
época, construyó urbanizaciones como el denominado barrios de Jesús en un
sector entre el barrio San Bernardo y la fracción de Las Margaritas, ambos
divididos por un afluente denominado Caño Panorama, el cual fue entamborado y
se realizó su relleno en la década de 1990, con el material retirado para la
construcción de la Terminal del Sur, en un extremo de esta ladera se
construyeron la torre Bosques de San Bernardo.
El hoy denominado barrio Las Playas contiguo a los
anteriormente mencionados y la parte baja del barrio Altavista fue construido
por el Instituto de Crédito Territorial (ICT), como parte de la política de
fomento, con las especificaciones que el mercado estaba imponiendo; los lotes para
construcción eran de 72 metros cuadrados, reducidos en algunos casos a 60
metros cuadrados, y las vías de acceso a la vivienda pasaron a 9 mts. de
sección, de allí la particularidad vial del barrio Las Playas, para esa época
esta misma entidad (ICT) había construido los primeros edificios
multifamiliares, la urbanización Rafael Uribe Uribe.
También por iniciativa de constructoras privadas se habían
construido barrios como La Nubia, Rosales, Fátima y La Castellana. A finales de
este período y principio de los 80, Cadenalco había construido en un proceso de
reloteo de la denominada finca de la Familia Medina el LEY de Belén, luego el
otro lote de esta finca dio origen al denominado Mall de la 76 urbanización
Quintas de Veracruz.
Belén y su incorporación a la ciudad Moderna: Hasta mediados
de la década de 1980 la parte periférica de Belén estuvo libre de proyectos de
construcción, era común para los habitantes de la centralidad realizar paseos
de olla a la parte alta de Belén Rincón, a sectores como el Manzanillo y la
parte central de Altavista (hoy corregimiento), a la casa de La Piedra y la
cascada de aguas cristalinas cerca de las areneras del sector llamado La Perla,
detrás de donde hoy existe la Perrera Municipal. También era frecuente asistir
a las fiestas de la arepa en Belén Rincón, fiestas que incluían reinado.
Varios factores realizan en este periodo la integración de
estas tierras al mercado inmobiliario de la gran ciudad, como en el primer
proceso, la expansión de la malla vial de la comuna, se destacan en esa época
la continuación de la carrera 80-81, la circunvalar 84 y la calle 1 sur que une
a la parte de Belén Rincón con la carrera 80-81, además se construye la carrera
70, paralela al hoy Aeroparque Juan Pablo II. Igualmente se dan pequeñas construcciones
en sectores que hasta ese entonces eran rurales como los lotes de doña
Enriqueta en el sector de Belén Rincón en donde se construyeron las
urbanizaciones Tejares del Valle y Balcones de la Serranía y en la parte de Las
Violetas se construyeron apartamentos y casas como Altos del Castillo.
Sobre la carrera 80-81 se empiezan a desarrollar programas
de vivienda para sectores medio-alto con la construcción de unidades
residenciales como La Mota, El Enclave, Kalamari, Quintas del Plantío; Campanas
de la Mota, y Vegas del Rodeo; ya antes sobre este corredor se había construido
la urbanización Nueva Villa de Aburrá y la Urbanización Tierralta junto al hoy
mercado Consumo.
Un segundo factor es el cambio que se dio en la división
territorial de la ciudad en el año 1987 según el Acuerdo 054 de ese año, que
incorpora dos nuevos conceptos el de Zona y el de Comuna. Las primeras fueron
delimitadas de acuerdo con perímetro urbano, las segundas, es decir las
comunas, son tomadas como la mayor división de las zonas urbanas, identificadas
por la relativa homogeneidad socioeconómica y cultural; entonces la ciudad
quedó dividida en seis zonas y 16 comunas, la zona 6 incluyó a la comuna 15
Guayabal y a la 16 Belén, separándose la parte rural de Belén y convirtiéndolo
en el corregimiento de AltaVista.
Un tercer factor es el cambio que se da en la administración
política de la ciudad con la irrupción de las Juntas Administradoras Locales
(JAL) a finales de la década de 1980, las cuales aplicando el acuerdo 054/87,
debían tener muy claro su radio de acción y determinarlo en su zona y comuna,
para empezar a obtener de cada barrio un banco de datos, su memoria y
significación.
El Acuerdo Metropolitano Nº 09 de 1992 con el cual se amplió
el perímetro urbano de la ciudad, permitió en esta comuna 16 algunos
asentamientos humanos con características urbanas similares como eran: el
entorno físico, el desarrollo histórico, las facilidades de acceso, la
identificación de la comunidad con el territorio, la homogeneidad en las características
de la población, la identidad de las necesidades y los elementos sociológicos
aglutinadores de la población. Es así como se conformaron en Belén los barrios
Villa de Aburra y El Nogal-Los Almendros.
La división territorial se estructuró con el Decreto 997 de
1993, el cual recogía el acuerdo 037 de 1992 que autorizó al Alcalde para
realizar el ajuste de inventario de barrios de la ciudad de Medellín, y es así
como se realizan modificaciones en el límite de las comunas 11 Laureles, 12 La
América, 15 Guayabal y 16 Belén, quedando así:
Las Mercedes pasa de la comuna 12 La América, a la comuna 16
Belén.
El Rodeo y La Colina pasan de la comuna 16 a la comuna 15
Guayabal.
El cerro Nutibara pasa de la comuna 15 Guayabal a la comuna
16 Belén.
Miravalle pasa de la comuna 11 Laureles a la comuna 16
Belén.
A la fecha nuestra Comuna 16 Belén, tiene definidos 21
Barrios.
Belén y la planeación de su territorio: La planeación del
territorio de Belén está integrada a los procesos de planeación que desde el
orden central se han planteado el desarrollo de la Metrópoli que se inician con
la creación de entidades como El Área Metropolitana del Valle de Aburrá
(ordenanza 034 de 1980), la integración reglamentada de la Junta Metropolitana
(Decreto 038 de 1981), y la reestructuración de la Oficina de Planeación
Municipal con funciones Metropolitanas (Decreto 040 de 1982), con estos
elementos se realizaría en 1982 el primer plan de desarrollo, denominado: Plan
de Desarrollo de Antioquia 1983-1986, donde se planteó el proceso de
descentralización municipal y se afirmó la necesidad de incluir a la ciudadanía
en la formulación y ejecución de los planes de desarrollo, complementado con la
elección popular de alcaldes y las consultas populares como los primeros
mecanismos para la participación ciudadana en la planeación de sus territorios.
La primera aproximación a un proceso de planeación
participativa en Belén se da cuando, con la coordinación de la Consejería
Presidencial para Medellín, se realiza el Plan Estratégico que programa varios
foros para abordar los problemas y los retos de las zonas de la ciudad y se
consulta a la comunidad en general, generando las mesas permanentes de trabajo
de discusión y proposición, éstas son: Educación, Empleo, Cultura, Medio
Ambiente, Espacio Público y Territorio, Vida y Derechos Humanos, Juventud y Comunicaciones,
dentro de este proceso se asiste al primer Foro los días 5 y 6 de julio de 1991
en las instalaciones de Comfama en Cristo Rey, allí las comunas 15 y 16 y el
corregimiento de AltaVista, plantearon las propuestas para el desarrollo de la
zona 6, las que quedaron consignadas en el documento de 1994, dentro del Plan
Estratégico presentado por la Consejería, muchas de las cuales, al ser releías
hoy, después de 16 años, son iguales a muchas de las propuestas presentadas en
el desarrollo del actual Plan de Desarrollo Local Fase II.
En el año 2005 por iniciativa de la Mesa Político
Institucional de la JAL y de la Asociación de Juntas de Acción Comunal,
ASOBELÉN se plantea la urgente necesidad de la continuación de la elaboración
de un Plan de Desarrollo para Belén y se le asigna, dentro del Presupuesto
Participativo de ese año, recursos para su Primera Fase, ejecutados en el 2006.
Nuevamente, en el Presupuesto Participativo del 2006, se asigna unos dineros
para su Segunda Fase, que concluye hoy con la publicación de este documento
Referencias:
Más artículos de Historia de Belén en:
http://cronicas-belen-y-otras.blogspot.com/2014/06/san-antonio-de-aburra-hugo-bustillo.html
http://cronicas-belen-y-otras.blogspot.com/2014/06/san-antonio-de-aburra-hugo-bustillo.html
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