El
primer café famoso del que tuve noticia por testimonio de
mis mayores se llamó “Café
Excelso”. Estaba ubicado
en la carrera 76 con la calle 30A, tenía acceso por calle
y carrera. Inicialmente fue salón de baile con pianola
de
rollo activada por David Dávila, la cuál fue reemplazada
por un moderno
fonógrafo de corneta y más tarde por la
ortofónica dela marca “Víctor”, modelo Credence, que era
el último
grito de la moda en cuanto al sonido se refiere.
Todas estas máquinas parlantes
fueron manejadas siempre por
el señor Dávila.
La
música de moda en aquellas calendas era la bailable
instrumental, particularmente el vals, el charleston, el
pasodoble y el fox trot, siendo los más
escuchados: Nerón,
Titina, La danza de las libélulas, Ondas del Danubio,
el
pasodoble La buenaventura y los tangos El Choclo,
El entrerriano, Derecho viejo
y otros.
Otro
de los cafés más antiguos era “El Murín”, situado en la
carrera 78, cerca al
cementerio, contaba con un billar y varias
mesas de juego: cartas, dominó, dados y póker. No contaba con
equipos sonoros, pero
regularmente acudían allí músicos populares,
siendo famosas las veladas del
poeta Tartarín Moreira interpretando
sus canciones y acompañándose de su tiple. Eventualmente el tenor
Jairo Escobar Vélez le
hacía la primera voz. Algunas de sus
obras
que aún se recuerdan: Rosario de
besos, En la calle, Son de
campanas, Por ella,
Dolor sin nombre, entre otras. Actualmente
funciona allí una tienda mixta
llamada “Sol y sombra”.
Los
tres cafés más importantes por su ubicación
(por estar cerca al
parque) fueron: “El Central”, “El Chipre” y “El Pilsen”. Sus
propietarios eran los hermanos Rubén,
Antonio y Tulio Estrada.
Estos establecimientos contaban con modernos
traganíqueles o
pianos de las marcas Wurlitzer
y Seeburg .
Contaban además con dos mesas de billar y mesas para juegos.
Mario Escobar Vélez era el encargado de
surtir estos
pianos con la música de moda en ese momento, preferencialmente
temas populares argentinos:
tangos, valses y milongas y también
con boleros y música mexicana. Estos sitios
eran muy concurridos
por los belemitas.
Los artistas que se presentaban en el teatro
Mariscal, vecino de estos
bares, luego de su actuación visitaban, así
fuera fugazmente,estos tradicionales sitios de encuentro,
algunos de
ellos fueron Alberto Gómez , Armando Moreno y Andrés Falgás.
Otro
de los bares de aquella época era “El Pielroja”, frente
al Pilsen, antes de la entrada a galería
del teatro Mariscal en la carrera 76.
La música
se escuchaba en un traganíquel marca Wurlitzer el
cuál se accionaba con monedas
de 20, 10 y 5 centavos.
Después
de los anteriores abrieron sus puertas al público
“El Ambrosía” propiedad de Ernesto Ortiz, apodado “Cepillo”,
funcionó en un edificio de dos
plantas, siendo la segunda el famoso
restaurante del mismo nombre, reconocido
por su excelente comida
criolla.
Desapareció a raíz de la construcción del metroplús.
Otro
café reconocido fue “El Jinete” cuyo
administrador era
conocido por el
remoquete de “Picarito”. Quedaba en la 76 frente
al Pilsen. Enseguida de éste funcionó el café
“El Baratón”, que en
sus comienzos fue una tienda de abarrotes, propiedad de don
Francisco Naranjo. Actualmente el primero de los nombrados
es un
moderno casino.
Aparecieron
luego “El Club de los tranquilos” de Leo Villa y su
hermano, fue
fundado hace cincuenta años y aún sigue
vigente.
“Rincón de antaño” llamado posteriormente “Melodías de antaño”
como se llama
actualmente, que fue propiedad de Mario
Escobar
durante más de 25 años y “La Milonga ” ya desaparecido.
Los tres ubicados en la calle 30 entre las
carreras 76 y 77.
En estos bares la música
se difundía con modernos equipos de
sonido.
En
la carrera 76 con calle 29, esquina,
funcionó por muchos años el
“Bar Coba”
propiedad de Gilberto Escobar. La música se escuchaba en
un piano Seeburg que
brindaba a su clientela especialmente boleros y
también un variado género
musical. Este bar pasó luego a manos de
su
hijo John Jairo, quien lo reformó un poco e instaló un moderno equipo
de
sonido suprimiendo el traganíquel y desplazando este café unos
metros más hacia
el sur. Actualmente, con nueva administración es un
referente
musical de Belén conservando el mismo nombre.
Siempre
por la carrera 76 y siguiendo hacia el sur existieron varios cafés,
siendo los
más reconocidos “ El
Amarillo” (76 con calle 25).
Tenía piano, billares y muchas mesas de juego. La especialidad musical
eran los tangos y la
música tropical. Se recuerda un
incidente ocurrido
allí en el año de 1947 cuando fue asesinado Hernando “Nando”
Vélez considerado como el
mejor bailarín de tango y milonga en
aquellos
años.
Dos
cuadras más hacia el sur quedaban los
cafés “El Azul”,
“El San Bernardo” y “La Milonguita ”.
El
“San Bernardo” se conoció también como “
El café de Candelaria”
porque así se
llamaba su propietaria. Estos bares eran
de música
argentina solamente y se escuchaban en los traganíqueles Seeburg en
discos a 45 RPM. Actualmente sólo
existe “La Milonguita ” con música
variada originada en otros sistemas de sonido.
Otros
Café "VEREDA TROPICAL"
Estaba situado en la calle 30 al cruce con la carrera 72. Su propietario
se llamaba José María Ruiz, a quien conoció todo Belén como "El Mono Ruiz".
Este bar tenía "piano" con música bailable especialmente grabaciones de la
orquesta del argentino Eduardo Armani , de los colombianos Emilio Sierra,
Milcíades Garavito y Efraín Orozco Morales. Ahí se escuchó por vez primera
parte del repertorio de Guillermo Buitrago. Temas como El vendedor de cocos,
La buchaca, Borrachera, Las pilanderas y A la carga (dedicado al caudillo liberal
JORGE ELIÉCER GAITÁN), por la orquesta de Armani. De Emilio Sierra y
su orquesta se bailaban las rumbas criollas "Vivan los novios", "A juerguiar
tocan", "Ceñidita más y más" y "Mañana nos casaremos", entre otras.
De la OrquestaGaravito "La loca Margarita", "Trago a los músicos" y otras famosas.
De Efraín Orozco obras como "Se va el caimán", "Que sí señora" y "El negro Ramón".
Este porro es de Homero Manzi y Efraín Orozco quienes lo firmaron con los seudónimos
de Arauco y Guajiro respectivamente. De Buitrago casi todos: "La víspera de año nuevo",
" Dame tu mujer José", "La araña picúa" , "Grito vagabundo", "Que criterio"
y muchísimos más . Este café lo visitaba Tartarín Moreira quien se disgustaba al
escuchar estos temas y dicen que hacía apagar el traganíquel. En este lugar era
la parada del tranvía que se dirigía al centro.
Café "NUNCA"
Ubicado en la carrera 76 con la calle 24. Especializado en música argentina.
Se daba gusto la clientela con los tangos y foxes de Armando Moreno y Roberto
"El Chato" Flores con la orquesta de Enrique Rodríguez . También con las voces
de de Alberto Gómez, Agustín Magaldi, Hugo del Carril, la orquesta de Francisco
Canaro, la de Juan D´Arienzo y sus cantores, en fin sólo tangos, valses y milongas.
El piano era un modelo moderno de La Seeburg con discos a 45 R.P.M.
A estos bares asistían los más reconocidos tangueros de la época como Hernán Caro,
José "Chepe" Rúa, Félix Marín Mejía y otros más.
Café "ORIÓN"
Estaba situado también en la 76 pero con la calle 23. Este sector de San Bernardo se
conocía como "El chispero" pues sus habitantes eran muy alegres y parrandistas.
Los sábados , domingos y festivos se reunían para bailar. El "Orión" era muy
pequeño pues apenas tenía cuatro mesitas. La máquina parlante ocupaba buena
parte del salón y se escuchaba solamente música argentina.
Es necesario aclarar que me refiero únicamente a los cafés del centro
de Belén
propiamente dicho. Es un hecho que en
los barrios circundantes
también existieron y actualmente son vigentes estos
centros de
encuentro que tanto queremos y que forman parte del patrimonio
histórico de la región.
También
fueron y serán importantes las llamadas heladerías y estaderos
que serán tema
para otras crónicas de gratas reminiscencias.
tomado de:
Ñapa:
Nota. El autor dirige unos programas de música popular en la radio, con una amplia audiencia.
Ñapa:
CRÓNICA: "SANCOCHO" MATÓ A OMAR POSADA
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Fué un lunes santo de 1961 y todo comenzó entre sorbos de cerveza en el
Café Central de Rubén Estrada. Charlaban alegremente "Sancocho" Álvarez
y Omar Posada. El primero hijo del patriarca don Arturo, ebanista y todo un
señor; Omar, integrante de una familia de bien y el menor de la casa.
A pesar de su amistad, entre trago y trago, "Sancocho" y Omar terminaron
discutiendo por razones baladíes según testigos. Lo cierto es que los ánimos
se fueron alterando y, en un"santiamén", Álvarez quebró una botella y salió
persiguiendo a Posada con el cuello de la "Pilsen" causándole una profunda
herida en la garganta que le interesó la yugular y práctcamente lo degolló.
El herido cayó al pié de un poste dela energía ubicado en la entrada a luneta
y palco del teatro Mariscal. El padre Carlos Cadavid, quien alcanzó a Omar
aún con vida, le dió la absolución y, poco después, falleció.
Inmediatamente se llenó de curiosos el lugar del crimen y, dicen, "Sancocho"
se entregó a las autoridades. Este hecho doloroso que enlutó a la familia
Posada y que confundió el hogar de don Arturo fue comentado durante mucho
tiempo en Belén. La noticia la publicó El Colombiano y, con lujo de detalles
"Sucesos Sensacionales" el semanario dirigido por el periodista Octavio
Vásquez Uribe. Ese mismo lunes santo apareció el Long Play "Taboga"
con canciones en las voces de Margarita Cueto y Juan Arvizu.
Nota. El autor dirige unos programas de música popular en la radio, con una amplia audiencia.
Estos programas radiales son: en Radio Bolivariana los domingos de 8 a 10 A.M "Pentagrama del recuerdo" En la frecuencia 1110 A.M o bien en www.radiobolivariana virtual.com opción A.M.
El otro los domingos a las 12 meridiano a través de la emisora de la U de A (1410 A.M) Se llama "Al compás de los recuerdos". La música es de su colección personal.
Don Gustavo es una calidad. Soy oyente de sus programas y es una elegancia. Lo admiro mucho y ojalá siguiera escribiendo bastante para leerle lo que sea de música y del barrio. A lo bien. Siga así cucho.
ResponderEliminarMarlon Tejada, de Belén Rincón